La réplica de Nipper, el perrito fox terrier que el pintor inglés Francis Barraud inmortalizó y terminó siendo uno de los símbolos de la publicidad más reconocidos en el mundo, en los primeros años del siglo pasado, llegó ayer hasta donde palpita el Encuentro de Melómanos y Coleccionistas de la Feria de Cali.
La escultura de esta mascota ícono de la RCA Victor, la casa discográfica estadounidense, revive esa imagen de Nipper con su hocico hacia la bocina de un fonógrafo, aquella invención de Thomas Alva Edison en ese 1877 que patentó un año después, cuyas primeras grabaciones, algunas de ellas, canciones, eran reproducidas, en un comienzo por cilindros de cartón recubiertos de estaño y después de cartón parafinado hasta llegar a los cilindros de cera sólida.
Es decir, eran como los discos de ese entonces. Ese fonógrafo junto al perrito dio origen a la pintura que luego el mismo Barraud transformó cuando, en lugar de pintar junto a Nipper un fonógrafo, puso el gramófono que identificó a la RCA Victor en los años posteriores. Con tal fascinación, el melómano caleño Antonio José Manrique cuenta esta historia, señalando a Nipper y el gran fonógrafo a su lado con los valiosos cilindros. Y lo hace a pocos metros de otro fonógrafo de Edison, otra de sus valiosas adquisiciones que este médico ginecólogo de la Universidad Libre de Cali ha hecho, cuando ha viajado por países de Europa y del continente americano.

Estos son los cilindros de un fonógrafo de Edison, una invención de 1877 que brilló en los primeros años del siglo pasado.
Juan Pablo Rueda. EL TIEMPO
Su explicación la hizo en las Canchas Panamericanas, donde la temática del primer día del Encuentro de Melómanos y Coleccionistas fue ‘Salsa en el nuevo milenio e Influencia de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones ( TIC)’.
Gary Domínguez, el alma del Encuentro de Melómanos, destaca la tarea del coleccionista. Y que este año se abre espacio a la visita de los niños.
Este año son cinco días de programación con una hora de música en vivo, otras siete horas de música fonograbada y más de 170 coleccionistas y expositores. El médico, de 60 años y que a los 18 comenzó con su colección que hoy supera los más de 30.000 discos de larga duración, algunos de la Sonora Matancera, tiene ya más de 300 piezas reproductoras de sonidos. Esta es una de sus más grandes pasiones: la música, como también lo son la medicina, su familia y sus amigos de la Universidad del Quindío, donde es docente. Cuenta que con estas piezas creó El Museo del Disco y la Música hace 15 años en Armenia, donde vive con su esposa y sus cuatro hijos, ya profesionales, dos de los cuales, siguieron sus pasos en la medicina.
“Me gusta la música y me gusta la medicina porque puedo ayudar a que las personas estén bien”, dice el coleccionista que, además, tiene un programa sobre música en la emisora de la Universidad del Quindío.
Es su cuarta vez en el Encuentro de Melómanos. Ahora, muestra 70 de las 300 piezas reproductoras de sonidos del Museo por primera vez en Cali. “Una de las más difíciles de traer fue Nipper”. Tuvo que cubrirlo con cobijas y otros materiales protectores en ese viaje del Eje a Cali.
CALI