A los pacientes que salen o llegan por la Troncal de Aguablanca al hospital Isaías Duarte Cancino no les queda otra que recorrer más de 300 metros. Eso porque la entrada peatonal está convertida en escombrera.
La caminada es un dolor de cabeza con una enfermedad y el riesgo de atracos. El problema suma 13 años. Los escombros, que a diario traen desde otros puntos, causan anegamientos cada que llueve. María Cecilia Muñoz, secretaria de la Liga de Usuarios del Isaías, y Alberto Obregón dicen que el riesgo es que se taponen las redes de servicios del Isaías y llegue una emergencia sanitaria.
Los vecinos como María Cecilia Muñoz y Alberto Obregón están preocupados por falta de soluciones.
Foto:
Juan Pablo Rueda / EL TIEMPO
El director administrativo y financiero del hospital, Gustavo Quiñónez, dijo que es un drama para los usuarios y se requiere tarea común de Dagma, empresas de aseo y Policía.
En la Dirección Administrativa de Gestión del Medio Ambiente (Dagma) aseguran que no se tiene la competencia, pero se han realizado unos 300 operativos para que quienes produzcan escombros no causen desorden y los depositen en sitios transitorios.
Se han realizado unos 300 operativos para que quienes produzcan escombros no causen desorden y los depositen en sitios transitorios.
La Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos, creada en 2016, señala que el tema tiene una década y les corresponde a las autoridades ambientales y de Policía impedir que se presente inadecuado manejo de residuos.
Así mismo, a la secretaría de Seguridad y Justicia de la ciudad le compete la aplicación del Código de Policía.
Emas, operadora de aseo, ha informado que se encarga del aseo, pero el manejo de la escombrera tiene entes competentes.
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