Desde la madrugada de este martes se vive una situación grave e incierta en medio de un aparente amotinamiento en la cárcel de mediana seguridad de Tuluá, que afronta un alto hacinamiento pese a que fue ampliada en 2017.
El Instituto Nacional Penitenciario (Inpec) confirmó 51 muertes y 24 lesionados o afectados por el humo.
(Lea en contexto: Drama de familias cerca de cárcel de Tuluá al no saber suerte de internos)
(Lea además: Incendio en cárcel de Tuluá, una nueva tragedia en cárceles por motines)
La cárcel de Tuluá está pegada a la historia urbana de Tuluá, municipio del centro del Valle del Cauca. Hasta 1979, la entonces cárcel del Circuito Judicial de Tuluá operaba en una casona de dos pisos de estilo republicano, en la carrera 26 con calle 28.
El primer piso era para los detenidos y el segundo servía de sede a los Juzgados de este Municipio, a menos de hora y media de Cali, capital del Valle del Cauca.
(No deje de leer: Tragedia en cárcel de Tuluá: confirman 51 muertos tras motín e incendio)
El contacto con los guardianes Municipales y el público que llegaba a los juzgados se iba complicando.
El 25 de agosto de 1979, los reclusos se amotinaron y amenazaron con armas contundentes y cortantes de fabricación carcelaria a los guardianes.
(Le puede intereesar: Mamá de modelo desaparecida dice que su hija sí estuvo en Cartagena)
En ese desorden fueron destruidas las instalaciones y se presentaron llamas en la edificación. Fue necesario el traslado de numerosos internos a otros establecimientos carcelarios.
En 1972 se había iniciado el proceso para la construcción de la nueva sede penitenciería en terrenos del municipio, donde ayer se presentó la tragedia. El predio corresponde a la carrera 29 No 14-02 del barrio Popular.
Las instalaciones se han ido ampliando con el paso del tiempo y el aumento de detenidos.
A mediados de 2017 se anunció la entrega de la ampliación de la cárcel de mediana seguridad en Tuluá, en un área estimada de 21.000 metros cuadrados y una inversión de 64.000 millones de pesos, aportados por el Ministerio de Justicia.
(También lea: Duros relatos de familias sobre lo que vivieron reclusos en cárcel de Tuluá)
Eran seis edificios o bloques entre 18 y 20 celdas cada uno, para un total de 656 reclusos en pabellones, 82 celdas y 9 en la Unidad de Tratamiento Especial.
El sitio disponía, entonces, de un sistema de vigilancia a través de 304 cámaras de alta definición.
(Puede leer: Exigen plan de mejora a EPS de Cali por demora en entrega de medicamentos)
En mayo de 2001 fue reportado un incendio por corto circuito en el área de dormitorios. Hubo daños en instalaciones y colchonetas en el segundo piso.
Luego, el 10 de octubre de 2018 fue reportado un intento de fuga de internos de la cárcel de Tuluá, que ya superaba los 1.500 detenidos.
La Asociación Sindical de Servidores Públicos del Sistema Penitenciario y Carcelario Colombiano expresó su preocupación por la escasez de personal para la seguridad.
A la hora del incendio se reportaba la presencia de 1.267 privados de la libertad.
Desde la noche del domingo se presentaba la situación confusa en el interior del pabellón 8, donde hay sindicados y condenados.
Pero a la 1 de la madrugada en el vecindario del barrio Popular se escuchaban la algarabía y algunas sirenas en el interior de la cárcel. Fue el comienzo de lo que sería una de las tragedias más graves en la historia carcelaria de Colombia.
Exigen plan de mejora a EPS de Cali por demora en entrega de medicamentos
Comentar