Referente de la selección Colombia, ídolo en el Deportivo Cali y Atlético Junior; sobre sus venas, como lo dijo cuando América lo intentó contratar en 1990 mientras militaba en el Montpellier de Francia: "Mi sangre es verde".
Siempre lo dejó claro a través de los años. En múltiples ocasiones dijo que nunca dirigiría a los 'diablos' y que no tendría una relación con ellos. Entre 1985 y 1988, tiempo que duró en los 'azucareros', mostró a dónde le pertenece su corazón.
Carlos Valderrama formó junto a Bernardo Redín una de las mejores duplas en el fútbol colombiano. Pero la vida tiene paradojas. Uno de sus grandes amigos, pero con corazón 'escarlata' es Freddy Rincón.
Nombrar esta dupla es recordar el pase del 'Pibe' en el minuto 91 al 'Coloso' para marcar el 1-1 ante Alemania en el Giuseppe Meazza de Milán, en el Mundial de Italia 1990.
El fútbol da esas reivindicaciones a la vida: ambos son amigos, a pesar de que en sus corazones corren sangre de diferentes colores.
En la actualidad, América no atraviesa su mejor momento. En Liga se quedó afuera de las semifinales. En Libertadores el panorama no es muy alentador con un solo punto en tres juegos.
Hace unos años sería impensable imaginar al 'Pibe' rodeado de camisetas rojas, en un lugar que no fuera el campo de fútbol. Pero si algo caracteriza a Valderrama es saber dar pases de primera.
Un gesto que da un nuevo significado a esa rivalidad, un pase que pone paz a la tensión entre el exjugador y el América. "Dos títulos seguidos... hay que tener títulos y agallas para poder hacerlo", sentenció.
Además, resaltó la jerarquía y entrega del capitán Adrián Ramos en un acto de paz, en medio de momentos turbulentos para el país.
El final fue aún más inesperado: entre aplausos y fotos, Valderrama lució la camisa del rojo.