La franja de más de nueve kilómetros de cañaduzales, donde se unen dos de las comunas más violentas de Cali, es una especie de camposanto donde terminan enterrados los cuerpos de desaparecidos, la mayoría de ellos menores de edad y jóvenes.
Estos cañaduzales bordean la frontera del suroriente de Cali con el corregimiento de Navarro, una frontera de muerte y terror que está en inmediaciones de un antiguo depósito de basuras.
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Parece otra ciudad. Según la lideresa Francia Márquez, la principal característica del sector es la marginalidad. El barrio Llano Verde, donde se cometió la masacre de los cinco menores que conmocionó a todo el país, hace parte de esta zona de peligrosidad.
Luego del crimen, que ocurrió el 11 de agosto, se capturó a dos personas, que no aceptaron cargos, y se busca a un tercer sospechoso, identificado como Gabriel Bejarano, alias Mono, quien tendría supuestos vínculos con grupos armados organizados y dos condenas por tráfico de armas, delitos por los que tenía casa por cárcel.
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En este gigantesco cordón de cañaduzales también llegan escombros de asentamientos, como El Valladito. Fue allí, por ejemplo, donde la hermana de un joven de 20 años que estuvo desaparecido desde el pasado 28 de agosto desenterró su cuerpo, a punta de pico y pala.
La muerte de esta víctima, identificada como Jeison Illera, es un misterio. Su hermana, Diana Illera, dijo que los familiares no entienden por qué lo mataron. Solo recibieron una llamada anónima indicándoles dónde podían encontrar el cuerpo de Jeison.
“Me dirigí a todas partes. No entiendo por qué no podían conseguir una retroexcavadora para poder encontrarlo”, recalcó.
En este mismo terreno fueron semienterrados en 2017 los restos de una adolescente de 16 años que vivía a kilómetro y medio. Su cuerpo fue hallado desmembrado y con una herida en el tórax. Al igual que la familia de Jeison, la familia de la menor recibió una llamada en la que les informaron del asesinato y dónde estaba su cuerpo para recogerlo.
En este mismo terreno fueron semienterrados en 2017 los restos de una adolescente de 16 años que vivía a kilómetro y medio. Su cuerpo fue hallado desmembrado y con una herida en el tórax
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La Policía señaló que detrás de este macabro hallazgo estuvo la banda ‘los Rakas’ o ‘JZ’, organización dedicada a asesinatos a sueldo, extorsiones y desplazamientos forzados en la comuna 15, que corresponde a Llano Verde.
La comuna 15 se volvió tan temida que, con la comuna 13, tiene los mayores índices de homicidios en Cali. Allí se superó la tasa nacional de homicidios, según la Policía. En Colombia, en el primer semestre de 2020 hubo 23,31 muertes violentas con armas por cada 100.000 habitantes.
Asusta que desde que comenzó este año hasta el pasado miércoles 16 de septiembre, como lo informó la Secretaría de Seguridad de Cali, la comuna 15, con 129.000 habitantes, alcanzó 73 homicidios y el año pasado, en el mismo lapso, hubo 97 reportes. Además,

La larga franja de cañaduzales une a las dos comunas más peligrosas de Cali.
Luis Robayo. AFP
‘Los Rakas’ también fueron señalados de un atentado con granada en una vivienda de la misma comuna, donde murió un menor de 13 años, en 2017. Al continuar el análisis de esta ola de crímenes, cuyas víctimas son enterradas o asesinadas en cañaduzales, la cuenta viene de más atrás.
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En marzo de este año se hallaron cinco cuerpos de jóvenes. Dos meses después, en la comuna 21, en el otro extremo de ese cinturón de caña, la Policía encontró un cuerpo incinerado.
En la comuna 21 van 56 homicidios este año. En el mismo período de 2019 se contabilizaron 68 homicidios en este sector.
En todos estos crímenes, la Fiscalía busca determinar si hay bandas armadas que tendrían alianzas con escuadrones de la muerte organizados y narcotraficantes, quienes utilizan un corredor desde el oriente de Cali hasta el llamado ‘triángulo de la marihuana’, como denominan a los municipios de Miranda, Toribío y Corinto, en Cauca. Desde Llano Verde hasta estos pueblos solo hay una hora de trayecto en carro.
Mientras tanto, según la Policía, se vienen dando golpes a las bandas de la comuna 15.
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En el último año se capturaron 37 integrantes de ‘los Haitianos’ y ‘los Rakas’, dedicados a homicidios, torturas, extorsiones y tráfico de drogas. Estos grupos, además, instrumentalizan a menores, dotándolos de armas para infundir más terror en la zona.
CAROLINA BOHÓRQUEZ
Corresponsal de EL TIEMPO
CALI