El partido de ayer, lleno de adrenalina, no solo representa que América tiene su tiquete a la Liga de Colombia, sino que despierta una economía de las tardes dominicales y las noches de fútbol.
Mueve la ‘máquina registradora’, como lo refleja el mismo partido de ascenso ante Deportes Quindío.Ese juego pudo haber movido más de 8.000 millones de pesos por ventas de artículos como camisetas, gorras, banderas y alimentos en puestos ambulantes y también en locales.
El equipo se favorece incluso porque ya no está en Lista Clinton, de la que lo sacaron las directivas encabezadas por Orestes Sangiovanni, en 2013.
(Además: ¡El infierno se acabó! América es, de nuevo, de la A)
En boletería, los ingresos pueden oscilar entre los 2.000 y 3.000 millones, sin contar lo que se movió por publicidad en medios de televisión, radio e internet.
El ambiente se vivió ayer como con la tensión de una final y con un resurgir económico que se extendió en la región.
Llegaron más de 80 buses de ciudades del Eje Cafetero y Nariño. También de Bogotá.
Hasta el Deportivo hace sus cuentas porque los clásicos con los ‘Diablos Rojos’ le pueden significar taquillas de más de 2.000 millones.
Es que este domingo 26 de noviembre fue uno de los mejores para los vendedores, por ejemplo, comidas rápidas o lechona en el estadio Pascual Guerrero. Vendieron alrededor de 10.000 unidades. Las empanadas y los helados también fueron otros de los productos más solicitados por los asistentes al estadio, que con una capacidad para más de 33 mil personas, estuvo a reventar teñido de rojo.
Los revendedores de boletas también tuvieron su ‘agosto’ con ventas de más de 400.000, pues cada una de las entradas pasó de entre los 27.500 y los 50.000 hasta más de 100.000.
De acuerdo con la Alcaldía, eventos como estos generan unos 9.000 puestos de empleo.
Así mismo, aumentó el trabajo para la Policía y los organismos de socorro con todo el dispositivo de seguridad en toda Cali, tanto en las entradas de la ciudad, como en los alrededores del estadio.
Unos 3.000 policías se repartieron en los puntos más críticos, haciendo retenes a caravanas que estuvieron prohibidas, mientras en el Pascual se reforzaron los controles a los alicorados.
En esos costos, también se incluye el día laborado como domingo por decenas de médicos en toda la ciudad, en especial, los del Hospital Universitario del Valle, donde estuvieron alertas con sus quirófanos y con sus 28 camas de cuidados intensivos (UCI). El costo de un paciente por cama en el Hospital Universitario del Valle supera 600.000 diarios.
El rojo deja en la B un negocio que movió taquillas y publicidad.
La alarma está entre los vecinos del Pascual que temen desmanes o hurtos, en especial, cuando se juegan clásicos con el Cali y Atlético Nacional.
CALI
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