La fiesta roja que se vivió desde tempranas horas de la mañana del domingo se extendió hasta la madrugada de este lunes, dejó un balance relativamente positivo, según las autoridades.
La Policía reportó siete homicdios el domingo, de los cuales cuatro ocurrieron después del final del partido con Deportes Quindío. La secretaria de Gobierno, Laura Lugo, dijo que uno de los casos, en el sector de Siloé, podría tener relación con las celebraciones
El comportamiento de los hinchas al celebrar el ascenso de su equipo a la Primera División del Fútbol Profesional Colombiano, desbordó algunas medidas como no realizar caravanas, pero las mismas fueron acompañadas por la Policía.
En las afueras del estadio Pascual Guerrero, las cuadrillas policiales que custodiaban las calles vecinas se caracterizaron por su rápida reacción ante intentos de bloqueos, se presentaron escaramuzas con el Esmad pero sin saldo de heridos.
Las autoridades de Tránsito reportaron 448 procedimientos durante la celebración, dejando 68 vehículos inmovilizados, entre otros, que desacataron la norma de transitar en motocicleta con parrillero y por no tener los documentos al día. No pocos menores que estaban en toque de queda desde las 9:00 de la noche salieron a las calles.
En el escenarios y sus alrededores se contó con 32 carabineros, 110 agentes de tránsito, 350 miembros del ejército, 83 unidades de la Cruz Roja, 15 ambulancias, 50 bomberos, 20 paramédicos, 44 colaboradores de la Secretaría de Gobierno, y 18 scouts.
Quienes vivieron momentos de susto fueron pasajeros del Sistema de Transporte Masivo, MÍO. Metrocali reportó, a través de un comunicado, la afectación de 12 de sus rutas por actos de vandalismo como quiebra de espejos retrovisores y ventanas de los buses.
Mientras tanto, en Palmira, un hombre que manipulaba una petaca durante la celebración del ascenso escarlata, se voló tres dedos de al momento que esta le estalló en la mano y está siendo atendido en un centro asistencial.
CALI
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