En Nariño, un total de 2.076 predios, entre urbanos y rurales, ubicados dentro de la zona de influencia del volcán Galeras, deberán tener en cuenta ahora la caída de ceniza, un nuevo factor que pasó a ser considerado como una amenaza alta.
En un nuevo estudio elaborado por el Servicio Geológico Colombiano fue modificado el mapa de amenaza volcánica alta que estaba vigente desde el 2005 y ahora incluye a los municipios de Sandoná, Consacá, Yacuanquer y Tangua, sobre los cuales no se descarta una eventual caída de ceniza.
En el municipio de Pasto son 951 predios, en Nariño se contabilizan 436 y en La Florida 689.
“Anteriormente la caída de cenizas solo se determinaba para las zonas de amenaza baja y media pero ahora se incluyó la zona alta”, explicó el director territorial del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, Edgar Roberto Mora, quien agregó que se tuvo en cuenta que la frecuencia de los vientos pueden arrastrar ese material hacia otras áreas.
En el caso de la ciudad de Pasto, con los cambios al mapa, la ocurrencia de lodos en la quebrada Mijitayo, que recorre tanto el perímetro urbano como rural, pasó de categoría media a alta, es decir, se constituye en otra amenaza más a la que las autoridades deberán poner cuidado en caso de una erupción volcánica.
En la extensa zona de Mijitayo se encuentra la empresa Empopasto, los colegios San Felipe y Filipense, un depósito de Coca Cola, un buen número de viviendas y hasta una sede de la Alcaldía.
Con la transformación de la cartografía en los alrededores del volcán Galeras, los municipios se ven obligados a realizar planes parciales, o en su defecto, ajustes al Plan de Ordenamiento Territorial (POT).
Mientras en las poblaciones de Sandoná, Consacá, Yacuanquer y Tangua deberán incorporar, en sus mapas, la zona de amenaza alta que antes no la tenían.
Pero entre quienes más sentirán el impacto de los cambios está el sector de la construcción, en Pasto. Ya se han expedido licencias para nuevas construcciones y ahora les tocará modificar los pisos o plantas a levantar.
“El municipio de Pasto puede prevenir o mitigar el impacto que produzcan los lodos, construyendo unos muros de contención, sobre todo, en el sector de Mijitayo”, señaló el director territorial del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, quien advirtió que el Gobierno local está en la obligación de adelantar estudios detallados de vulnerabilidad y riesgo sobre caída de cenizas.
Se advierte que este fenómeno influirá de manera directa en los sistemas de alcantarillado, acueducto, alumbrado público, e incluso, la misma vivienda.
“Hasta que en Pasto no se hagan esos estudios de gestión del riesgo y vulnerabilidad, porque no los tenemos, quedan congeladas las licencias y la misma construcción”, advirtió el funcionario, quien señaló que habrá limitaciones en la actividad de la construcción y se deberá exigir las normas de sismorresistencia.
Por lo pronto, ya se dio un paso trascendental para la elaboración de los estudios de gestión del riesgo en los ocho municipios localizados en la zona de influencia del volcán Galeras.
El Instituto entregó la cartografía a las autoridades como una herramienta adicional a tener en cuenta en los Planes de Ordenamiento Territorial.
La información cartográfica, elaborada durante cinco meses, contempla el catastro, uso del suelo, número de predios y construcciones, linderos actualizados, propietarios y avalúos.
Elaborar la cartografía del área de influencia de amenaza volcánica alta tuvo un costo superior a los 80 millones de pesos. A las administraciones municipales se entregó de manera gratuita.
PASTO
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