Para la aeronave T – 41 Mescalero con matrícula Fac – 2418 su existencia se parte en dos: el día que se estrelló en el 2015 y el martes 30 de mayo cuando volvió a volar.
Sus alas habían sido destinadas a permanecer en un museo mitilar, pero gracias a la iniciativa de los directivos y técnicos de la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez (Emavi) el sueño de volver a ver aquel Mescalero en el aire se reactivó.
Fue así como se inició un trabajo de mantenimiento de cuatro meses en la ciudad de Bogotá con la empresa Central Charter, luego un Grupo Técnico de la Emavi comenzó al proceso de restauración.
El aeronave tiene una visión más imponente
Foto:
Juan Pablo Rueda / EL TIEMPO
El proceso comenzó en el mes de febrero y culminó el 20 de mayo donde se hicieron nuevos ensambles, instalación de un nuevo motor, pruebas de aerodinámica y hasta una restauración de pintura que lo hace lucir más imponente y aguerrido.
Los T – 41 Mescaleros fueron creados en 1968 y sirven para la formación de los cadetes que luego pasan a ser grandes pilotos de las Fuerzas Armadas colombianas. De este tipo solo quedan 9 de 30 debido a la terminación de su vida útil al servicio de la Fuerza Aérea.
Este Mescalero cuenta con un nuevo motor, hélices y sistema eléctrico, además se suman a una vida útil tasada en el 50 por ciento con 12.913 horas de vuelo, que aunado a los demás aviones, totalizan más de 160.000 horas para este equipo.
El padre de la EMAVI le dio la bendición a la aeronave
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Juan Pablo Rueda / EL TIEMPO
Cuando superó todas las pruebas de inspección y mantenimiento, el avión se trasladó a Mariquita para realizar todas las inspecciones de rigor y al terminar 15 horas de prueba regresó a la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suarez.
A su llegada a al Emavi un carro de bomberos roció de agua en el momento de su aterrizaje y el padre de la institución le dio la bendición, como símbolo de la protección divina y los buenos deseos para que no existan nuevos accidentes.
