Barranquilla tiene el mejor olfato canino. Se trata de un perro de la raza Pastor belga malinois, de 8 años y medio de edad, mejor conocido como ‘Rambo’.
Lo referencian no solo por la fuerza que tiene, sino también por la lucha que sostiene con el mal; en este caso, el narcotráfico organizado por las bandas en la capital del Atlántico.
Y es que en las últimas semanas ha sido pieza fundamental en la incautación de más de media tonelada de marihuana, por lo que se le considera la estrella del Cuerpo Especial de la Policía Metropolitana de Barranquilla, Los Carabineros, unidad de la que hace parte desde el 2011.
Es un animal especial y gracias a su olfato ha recibido seis condecoraciones que lo hacen tener un mayor valor, no solo para la Policía, sino para el guía canino de los carabineros que lo tiene a su cargo, el subintendente Jhon López, para quien cada operativo exitoso es un reconocimiento para ambos.
“Cuando ‘Rambo’ encuentra un cargamento de sustancias narcóticas me llena de orgullo saber que soy yo el encargado de cuidarlo, entrenarlo y, sobre todo, ser ese amigo incondicional para su vida”, afirmó López.
A parte de su olfato, su mayor característica, tiene que ver con que es uno de los perros que más edad tiene y aún continúa en servicio, debido a que su guía considera que no puede quitarle su placa si este se siente activo. “Es como un humano que lo quitan de su puesto de trabajo estando con energía y lo encierran en un lugar. Entonces ahí comienzan las enfermedades”, manifestó.
‘Rambo’ está avaluado en 9 millones de pesos, cifra considerada alta, pero que es poca para lo que significa este canino para su guía y la Policía Metropolitana de Barranquilla.
“El vínculo, con estos caninos se crea desde que uno llega a la Escuela de Adiestro Canino (EAC), debido a que se nos asigna uno, el cual deberá ser entrenado y guiado por cada policía”, apuntó.
Uno de los mitos en torno al entrenamiento canino para fines de propinarle golpes al narcotráfico tiene que ver con la adicción que se le puede despertar a animales como ‘Rambo’, lo cual es falso, según su entrenador.
“No podemos dejar que se vuelvan dependientes de las drogas ya que si esta le hace tanto daño a una persona; imagine a un animal con un cuerpo tan pequeño”, dijo el guía canino que tiene a cargo a ‘Rambo’.
Pero, lo que si es cierto es que este entrenamiento antinarcóticos comienza desde que el canino tiene ocho meses y es llevado, desde el Criadero Mancilla (Bogotá), a la Escuela de Adiestramiento Canino (EAC) Álvaro Rojas Ahumada, ubicada en Facatativá (Cundinamarca), la cual es la única institución en Colombia que puede certificar a un perro como adiestrado.
Si llego a perder a ‘Rambo’ de alguna forma violenta sería como si se me muriera un compañero o incluso o un hermano, pues hemos compartido mundo en la vida”: subintendente López
En la EAC recibe el entrenamiento que dura seis meses, y va desde el básico (con órdenes que el perro haga una acción) hasta el especializado (adiestrarlo a rastrear sustancias, objetos, animales y explosivos).
Según el oficial López, en tres o cuatro meses ya un perro es especialista en encontrar marihuana o cualquier tipo de sustancia sicoactiva.
“La EAC tiene diferentes entrenamientos caninos, (para narcóticos, explosivos y relaciones públicas), pero estos se basan en la impregnación y palabras cortas”, afirma López.
¿Impregnación y palabras cortas? Sí, lo leyó bien, a través de este método los caninos de la Policía reciben ciertos entrenamientos especializados. Durante los seis meses, sus guías toman una toalla blanca e inodora, y la colocan en un tanque que está lleno de la sustancia para las que serán entrenados.
“Tomamos la toalla, que duró más de dos semanas dentro del tanque, y hacemos una forma de un hueso. De esta forma le decimos que vayan por el ‘juguete’, provocando que a través del juego el aroma se le guarde en su cerebro, a los caninos”, explicó el guía.
El entrenamiento básico se hace con palabras cortas, y en inglés, que es el idioma que facilita este aprendizaje. “Solo con decirle high o up él entiende lo que tiene que hacer”, manifesta.
Pero el entrenamiento no dura solo seis meses, pues todos los días sacan de su casa a ‘Rambo’, una jaula en la Unidad de los Carabineros, en el municipio de Malambo (Atlántico) para que haga sus necesidades, pero también para que cumpla con un circuito básico, varias búsquedas de base de coca que le suministran los policías encargados.
“Esta base de coca es tomada de la droga incautada que es llevada para destrucción, sí lo autoriza un fiscal, o en su defecto desde Bogotá mandan una sustancia similar para enseñar”, explica el uniformado.

'Rambo' es la estrella de los Carabineros, no solo en Barranquilla sino a nivel Nacional.
Vanexa Romero/ CEET
Para esta actividad cualquier raza puede servir, desde un pincher hasta un gran danés, pero todo se basa en unos requisitos que pide la EAC para certificar que dicho perro haga parte del grupo de caninos de los carabineros.
El primer requisito es que el canino cumpla con la edad permitida para ser entrenado, ocho meses. También se exige que esté certificado por la EAC, o en su defecto que haya nacido en el Criadero Mancilla, de donde son los perros seleccionados, en su mayoría.
Además de lo anterior, el canino debe pasar exámenes para determinar sí es el indicado o no. “La prueba más segura es dejarlo pasar hambre y sed por un prolongado tiempo, pueden ser días o semanas, se le coloca la comida, agua y un juguete, si el perro toma el juguete es el indicado”, señala el subintendente López.
"Ya que estos perros pueden pasar hambre, pero no pierden el deseo de jugar, por lo que esto es utilizado para entrenarlos", añadió.
‘Rambo’ pasó por todo ese proceso con honores.
JORGE DE LA HOZ SERRANO
Especial para EL TIEMPO
Barranquilla
En Twitter: @Jorgedelahoz2
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