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Barranquilla

Barranquilla, de cero a muchos quemados con pólvora

Un primer reporte de las autoridades departamentales destaca que en Córdoba hubo personas que no acogieron las recomendaciones de las autoridades y resultaron afectadas la manipular pólvora

Un primer reporte de las autoridades departamentales destaca que en Córdoba hubo personas que no acogieron las recomendaciones de las autoridades y resultaron afectadas la manipular pólvora

Foto:Archivo/Óscar Berrocal-EL TIEMPO

La ciudad en años recientes registró cero casos. Ahora es fácil conseguir artefactos pirotécnicos.

Tener un diciembre sin que se registe un solo quemado con pólvora no es una fantasía extraída de un cuento navideño. En Barranquilla fue posible durante cuatro años de las dos décadas recientes. Totes, voladores, volcanes y más elementos parecieron por aquella época un asunto del pasado.
En los años 2007 y 2008 no hubo quemados con pólvora. Tampoco en 2011 y 2012. Las estadísticas de Barranquilla fueron expuestas por funcionarios y muchos ciudadanos de a pie como un motivo de orgullo a nivel nacional. ¿Qué pasó después?

El presente

Siete quemados con pólvora en el departamento del Atlántico y estallidos en las cinco localidades de Barranquilla marcaron la Noche de Velitas (7 y 8 de diciembre), la cual suele relacionarse a un punto alto de lesionados con artefactos pirotécnicos.
Varios de los heridos de municipios cercanos llegaron a Barranquilla por la complejidad de sus accidentes. Así fue el caso de un menor de edad, habitante de Puerto Colombia, a quien le estalló un volcán en una mano.
Los casos registrados en la ciudad solo involucraron a adultos. Dos de los afectados fueron dados de alta en pocas horas, mientras otro requirió cirugía plástica por la gravedad de su quemadura.
Días antes de la celebración, la Policía Metropolitana de Barranquilla y otras autoridades del Distrito anunciaron fuertes controles con decomisos en el Centro de la ciudad.
Horas antes de la fiesta y enmarcado en el plan Navidad segura en casa, la Policía anunció la incautación de 30 paquetes de volcanes por 10 unidades, 12 cajas de fósforo blanco nacional, 5 cajas de totes Zeus, 5 cajas de barril volcánico, 10 cartillas traqui – traqui por 4 pliegos, entre otras existencias. Insuficiente, si se tiene en cuenta toda la pólvora que se quemó en la ciudad para la fecha.
Antes del amanecer del 8 de diciembre, las quejas de los ciudadanos marcaron tendencia local en las redes sociales.
De acuerdo a las cifras del Instituto Nacional de Salud (INS), en la temporada decembrina de 2019 la capital del Atlántico tuvo 14 quemados con pólvora, y hasta el día 11 de este mes ya contaba con 7 casos.
Las estadísticas también referencian a los volcanes como los instrumentos más peligrosos, ya que el 57% de los incidentes se relacionan a la manipulación de estos.
“Se vienen realizando operativos para sancionar y prevenir la fabricación, comercialización, distribución, venta, utilización de la pólvora en las cinco localidades de la ciudad, ya que está prohibida. Estos operativos iniciaron en el mes de mayo y se han intensificado en el mes de diciembre”, afirmó la Secretaría de Gobierno del Distrito.
La Ley 670 de 2001, señala: “Quien venda artículos pirotécnicos, fuegos artificiales, o globos a menores de edad o a personas en estado de embriaguez, o en lugar, fecha u horario no autorizado, incurrirá en sanción pecuniaria de 2 a 20 salarios mínimos legales mensuales vigentes y el decomiso de la mercancía”.
Al margen de la normatividad, en el Centro y el norte de Barranquilla resulta sencillo por estos días comprar pólvora. Lo usual es que el material sea ocultado por comerciantes bajo insumos de aseo y más elementos.
“En los años anteriores uno sentía que había más control. Había visitas y seguimientos. No era solo un asunto de ver a la Policía haciendo ronda por tiendas y más negocios. También había personal de la Alcaldía que de manera muy educada explicaba las razones por las que no se debía promover la pólvora”, aseguró Ignacio Duarte, tendero del barrio Galán, al sur de la ciudad.
Si bien Barranquilla se mantiene lejos de lo vivido en la segunda parte del siglo XX, cuando no existían prohibiciones para la pólvora y los afectados se contaban a diario es claro que el problema crece y la respuesta de parte de las autoridades aún no resulta contundente.
De acuerdo a la perspectiva de las autoridades, la medida de toque de queda en Navidad y Año Nuevo debe repercutir en mejores indicadores con relación a los casos de quemados.

Combinación que agrava

El alcohol y el gel antibacterial se convirtieron en insumos de cualquier hogar desde la llegada del covid-19. Estas sustancias resultan inflamables cuando tienen contacto con pólvora.
Otro detalle que deben conocer los ciudadanos es que algunas prendas de vestir, como las hechas en poliéster, resultan más inflamables y marcan un peligro mayor.

La pólvora se introduce en nuestro territorio en el siglo XV bajo el uso de las armas y de allí en adelante su utilidad es bien conocida

¿Por qué gusta tanto?

“Las sociedades suelen necesitar vehículos de desahogo, que funcionen como elementos de catarsis frente a inconformidades y frustraciones. Las autoridades y quienes trazan las líneas del sector público están llamadas a mejorar las condiciones de la mayoría. Mientras esto sea un pendiente, se tornará usual que los individuos se hagan elocuentes por medio del estruendo. Ya sea con el volumen de un equipo de sonido, agrediendo a quien es hincha de otro equipo o encendiendo pólvora”, explicó el docente investigador Manuel Cuello.
“A todo esto debemos agregar, que nuestras autoridades buscan educar cuando se acerca el peligro y no existe un trabajo constante para abordar el problema desde el fondo. Lo usual es que operemos como una sociedad que se queda en la simpleza de castigar al infractor”, añadió.
La pólvora no es un elemento nuevo en Colombia. Tras el rol crucial que tuvo para los colonizadores europeos, quienes basaron en ella sus actividades de guerra y minería, hay quienes aseguran que, tras la consolidación de la independencia, ganó más terreno como un símbolo de insurgencia en las clases populares.
“La pólvora se introduce en nuestro territorio en el siglo XV bajo el uso de las armas y de allí en adelante su utilidad es bien conocida como un parte de un imaginario social que invita a la concurrencia y el divertimento”, explicó el sociólogo y docente Guillermo Mejía.
“La sociedad contemporánea guarda su memoria, no sólo biológica sino cultural, aunque la transferencia de significado de uso de la pólvora como festejo rememora gestas heroicas y la acústica entrañable de la libertad. Nos gusta la celebración en el contexto de la explosión porque aquella es una respuesta social del jolgorio”, concluyó el académico.

Esto hay que saberlo

Wilhelm Garavito Maldonado
Redactor de ADN
Barranquilla
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