A tres semanas del inicio de los carnavales se comenzó atizar una pelea que se vive todos los años por esta época: el control del espacio público por parte de alquiladores de sillas.
El pasado fin de semana, la Secretaría de Control Urbano reglamentó la ocupación temporal del espacio público en 6 desfiles, a través de la Resolución 0004 de 2017, con valores para el alquiler de sillas que dependen de cada desfile, entre 5.500 y 13.800 pesos.
A los silleros se les permitirá tener un máximo de 15 a 20 sillas y deberán pagar un impuesto, por silla, entre 550 a 2.500 pesos.
La Alcaldía entregará, en promedio, 1.000 permisos para alquiler de sillas, que se hace a través de las 12 asociaciones de silleros formalmente establecidas.
Hasta el miércoles de esta semana las asociaciones tendrán plazo de presentar la documentación exigida por para obtener los permisos de explotación del espacio público.
El secretario de Control Urbano y Espacio Público, Henry Cáceres, dijo que lo que se busca con esta medida es que “los barranquilleros no se dejen estafar y sepan cuáles son los valores oficiales establecidos”.
Cáceres reconoció que no es fácil controlar la especulación, ya que no cuenta con la infraestructura necesaria para hacerlo, pero destacó que hay todo un equipo de trabajo articulado con la Policía para poner orden en los desfiles.
“Contamos con 50 a 60 hombres, por desfile, que estarán acompañados de la Policía vigilando que tanto precios como permisos estén en orden”, dijo Cáceres, quien, además, aseguró que sus operarios están 7 u 8 horas antes de los desfiles revisando y confirmando que todo esté en regla.
La real situaciónLo cierto es que por una silla que la Alcaldía establece pagar 13.800 pesos para un desfile como La Guacherna, y cobra 2.500 pesos de impuesto, algunos silleros piden hasta 40.000 pesos, lo que se convierte en un negocio redondo.
De allí que este servicio genere polémicas y fricciones entre carnavaleros y silleros.
“El año pasado, en La Guacherna, me quedaron libres 600.000 pesos por 20 sillas que alquile frente a la terraza de la casa de un amigo”, contó un sillero que pidió reserva de su nombre y confesó que desde una semana antes comienza la pelea por el espacio. “El precio depende de la fila y la ubicación del lugar. Hay sitios que fácilmente cobran entre 30 y 40 mil por silla, y la gente paga por la comodidad”, afirmó.
Aseguró que una silla en La Guacherna no se baja de 15.000 pesos y que no es fácil cobrar lo que pide la Alcaldía por los costos que genera traerlas y pagar por las que se dañan. “Una silla cuesta entre 17.000 y 26.000 pesos”, agregó.
Ya en sectores como la calle 84, entre carrera 43 y 51B, por pasan varios desfiles, incluyendo el del martes de Carnaval, están marcados algunos puntos con “ocupado” o con nombre propio “Alfredo”, evidencia de apartar espacio.
La reglamentación autoriza la ubicación de sillas en el espacio público comprendido entre la línea de propiedad y la línea de bordillo de los inmuebles y parte de la calzada aledaña al recorrido de los diferentes eventos, dejando un metro y medio en la parte posterior para la circulación de los peatones.
Barranquilla
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