Sacar a pasear sus canarios a un parque o llevar las jaulas en la parte delantera de su bicicleta, para dar una vuelta por el barrio Lucero, en el centro de Barranquilla, es una tarea que hace meses Luis Carlos dejó de hacer, cuando vio en a la policía multar y decomisar las aves que un vecino tenía guindadas en el mostrador del negocio.
“Estos pájaros los quiero mucho como para que vengan y me los quiten. Mejor los dejo en la casa”, dice el joven mientras sostiene una jaula en la mano y muestra con orgullo el trino alegre y rebelde del pájaro.
Esa tradición tan arraigada en Barranquilla y los pueblos del Caribe, de tener crías de canarios de canto como mascotas o para concurso, comenzó a ser víctima de restricciones con la aplicación del Código Nacional de Policía que prohíbe la tenencia en cautiverio de fauna silvestre.
“Nos están persiguiendo, debemos reunirnos de manera clandestina porque la Policía nos los quita”, sostiene Álvaro Rivero, directivo de Asodelca, una de las cuatro asociaciones que existe en Barranquilla de personas amantes de estas aves cantoras.
Desde la entrada en rigor del Código, muchos dueños de canarios, como Luis Carlos, han decidido andar con mucha cautela con sus aves, pues el tema de ser una tradición en la región no los exime de la Ley que busca garantizar la vida y controlar la
explotación de los canarios criollos.

Criadores de Canarios criollos temen que la policía les quite las aves por el nuevo Código de Policia.
Leonardo Herrera
Son muchas las historias de estas aves cantoras y hombres que enmarcan la tradición en la región, donde los criadores de pájaros lo primero que hacen cuando van al mercado, es comprar el alpiste de los canarios, antes que la carne, el arroz o los huevos.
Muchos barranquilleros, que fueron testigos, no se olvidan del canario que llevaban al viejo estadio Romelio Martínez cuando jugaba el Junior, a mediados de los años 70.
Allí su dueño soltaba al pájaro para que diera la vuelta por la tribuna de sombra en medio de los ensordecedores aplausos y luego regresaba manso a la jaula. También está el recuerdo del encopetado ‘Caruso’, el único campeón mundial del país en ornitología, en 1989 ganó el concurso Pordenone (Italia).
Son innumerables los concursos de canto que de manera permanente se realizan en barrios populares y clubes privados de la región, lo que deja entrever el arraigo de esta tradición, que se dice se heredó de los españoles, y el amplio sector de la población que atrapa sin distingo de clase social.
En Barranquilla hay cuatro organizaciones que agrupa a por lo menos a 600 tenedores de canarios.
“Hay personas que tienen canarios para concursos, otros para pasearlo como una mascota, los que les gusta que alegren con el canto la casa y personas como yo que nos apasiona la cría”, dice Jhonatan Campo, un trabajador de una empresa de seguridad, quien lleva 15 años dedicado a la cría de canarios, su más grande pasatiempo.
Johaner Maestre, miembro de una asociación de cría de canarios en Magangué (Bolívar), asegura que ayudan a conservar la especie gracias a la reproducción en cautiverio. “Por cada canario que logramos criar en cautiverio, salvamos que se capturen a 10”, enfatiza.

Criadores de Canarios criollos temen que la policía les quite las aves por el nuevo Código de Policia.
Leonardo Herrera
Gracias a este hobby hay casos de jóvenes y adultos que aseguran haber dejado las drogas y vida delictiva. “Hemos recuperado gente que estaba en el mundo de drogadicción”, dice Luis Armando Cantillo, dueño de un canario, que sostiene conocer historias de personas que retomaron el rumbo de sus vidas gracias a tener un canario como mascota.
La otra miradaPero más allá de la pasión que despierta la cría de canarios, hay serios cuestionamientos de defensores de animales que enfatizan que estas aves no pueden estar enjauladas, además de las restricciones legales contempladas en el Código Nacional de Recursos Naturales, de 1974, y el mismo código la Policía.
“No se si cantan de alegría o tristeza. Las aves no nacieron para estar en cautiverio, tienes alas para volar”, enfatiza Marlene Ferreira, una ambientalista que rechaza los caza y comercialización de aves en los plazas de mercado de Barranquilla y pueblos de la región.
No se si cantan de alegría o tristeza. Las aves no nacieron para estar en cautiverio, tienes aves y plumas para volar
El comandante de la Policía Ambiental en Barranquilla, intendente Ever González, dice que reconocen que se trata de una tradición y por eso buscan darle un manejo a la situación.
“Había un estadero de salsa donde un fin de semana llegamos a contar hasta 150 canarios. Cuando nos veían llegar algunos salían corriendo con los pájaros, nos tocó hacer un trabajo de sensibilización y explicarles la norma, hasta que ya no llevaron más los canarios”, señaló el uniformado.
La recomendación que por el momento les hace González a los dueños de canarios es que no los lleven a sitios público, como quiera que no tienen permisos especiales. “Nos toca decomisarlos”, dice.
Hace dos años se realizó el comando de la Policía del Atlántico una reunión con los representantes de las asociaciones de canarios de esta capital y las autoridades ambientales, para buscar una salida a la situación.

Así es la cría en cautiverio de canarios en Barranquilla
Leonardo Herrera
El biólogo de la CRA Joe García recuerda que se les expuso el marco normativo que prohíbe la tenencia de estas aves en cautiverio, y luego de escuchar las inquietudes se organizó una visita del Ministerio del Medio Ambiente.
También se envió un oficio para que se evalúe la posibilidad de elevar a la categoría de aves domésticas y de esta manera facilitar la reproducción y tenencia en cautiverio y contrarrestar la caza de estas aves.
“Esta es una especie que no está en vía de extinción, pero la Ley es clara y protege a toda la fauna silvestre, y ellos no han podido demostrar la legalidad de los canarios”, explica García, quien dice que la solución es montar zoocriaderos que legalicen la tenencia de estas especies, pero sabe que es un trámite complejo y costoso.
Esta es una especie que no está en vía de extinción, pero la Ley es clara y protege a toda la fauna silvestre, y ellos no han podido demostrar la legalidad de los canarios
Sobre el tema, Andrés Polo, médico veterinario de Barranquilla Verde, autoridad ambiental del Distrito, aclara que no pueden reglamentar nada y la Ley es clara.
“La persecución es real, y no pueden escapar, ellos saben que están cometiendo un ilícito. O los entregan, dejan en libertad, o no pueden sacarlos de la casa”, sostuvo el funcionario.
A lo que Jonh Miranda, criador Avicultura C4, insiste en que las autoridades ambientales los vean con otros ojos y no como depredadores y traficantes de aves.
“Estamos unificados por un mismo fin y nuestro lema es ‘nuestra casa no es su casa, pero si lo reproducen en casa, es uno menos que cazan’. Criar es preservar”, enfatiza el hombre que busca como muchos criadores justificar el trabajo de reproducción que de manera silenciosa hacen en los patios de sus casas.
Pero mientras se logra encontrar una salida a esta situación, los tenedores se siguen encontrando en las esquinas de parques para foguear a sus emplumadas mascotas, y desde los patios se sienten el canto alegre de los canarios, que desde siempre han estado impregnados a la alegría del caribe.
LEONARDO HERRERA DELGANS
CORRESPONSAL EL TIEMPO
BARRANQUILLA