“El estandarte de ébano levantó sus brazos hacia el cielo omnipotente...”. Con esas palabras textuales, Mike Schmulson, el periodista que murió la noche del jueves en Houston (EE. UU.), describió el simple festejo de Antonio Cervantes, tras liquidar por nocaut a un rival y defender el título del peso welter junior de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), triunfo que en Colombia y Venezuela desató una locura.
Antes, el 28 de octubre de 1972, en el ring side de Ciudad de Panamá, Schmulson comentó, a través de Caracol Radio con la narración de Napoleón Perea Castro, la conquista con el hoy legendario ‘Kid Pambelé’ del primer título élite del deporte colombiano.
Entonces el boxeo, que aprendió a querer al verlo en las programaciones de su infancia en el Centro y en el Salón de las Quintas, sobre la calle Murillo, en Barranquilla, era su pasión. Y se movía por el mundo para llevarle a los colombianos, primero por radio y luego por televisión, las incidencias de los mejores combates, entre ellos los de ‘El Más Grande’, Muhammad Alí.
Y luego, trajo a ‘Happy’ Lora y, más tarde, mostró al menos una docena de peleas de un novato con proyección, desconocido por el mundo, que respondía al nombre de Mike Tyson, a quien también exhibió por TV la noche de su gloria.
Pero después se fue de lleno al béisbol, otro deporte que seguía con pasión, especialmente el de las Grandes Ligas. Y metió ese deporte por televisión en el país, primero en el canal único nacional y, desde hace 30 años, a través deTelecaribe y, de manera reciente, en Win Sports.
Lituano, que a los 2 años se vino a Ciénaga (Magdalena), con sus padres médicos (su madre, Liuba, fue la primera doctora que ejerció en Barranquilla), Mike se radicó a los 6 en Barranquilla. La amistad con Álvaro Cepeda Samudio, el célebre integrante del Grupo de Barranquilla, primero en la población magdalenense y más tarde en la capital del Atlántico (estudiaron en el Colegio Americano), influyó en su formación deportiva.
“Los sábados, el ‘Nene’ Cepeda armaba sancochos de pescado en su casa para conversar de boxeo y béisbol. Yo casi siempre participaba”, dijo ‘Don Mike’, como muchos le llamaban, hace cuatro años a este periodista de EL TIEMPO.
Las transmisiones de béisbol por Telecaribe eran únicas, con música y frases muy suyas, que se hicieron populares: “la recogió de ricaché”... o “quedó preciso como dedo en...”. Era perfeccionista. Para salir al aire se preparaba todo el día, con la vitalidad de un joven, con nóminas y cifras, no gustaba escuchar el audio en español, sino en inglés; él mismo coordinaba con las antenas en su casa. Y si se caía la señal, salía del set para hablar con Mcnamara, persona encargada de las transmisiones en EE. UU. “Pero lo que siempre escuchaba, entre episodios, era el tema New York, New York, pero no en la voz de Frank Sinatra, sino cantado por una nieta”, dice Marcos Cepeda, productor deportivo de Telecaribe.
Aunque estaba metido en las Grandes Ligas, como ninguna otra persona en Colombia, no se alejaba del boxeo. Al día siguiente de la muerte de Alí, llamó a este redactor para conversar una hora sobre el caudillo nacido en Lousville y a que le recordaran nombres y fechas de peleas que él mismo había transmitido. “Gracias, mi querido Estewil, esta conversación me inyectó vida”, confesó.
Palabras similares expresó el 17 de diciembre de 2012, cuando la Asociación de Periodistas Deportivos del Atlántico (Acord Atlántico) lo exaltó con el premio Vida y Obra, en compañía de Andrés Salcedo.
Pero Schmulson, ingeniero químico y economista, políglota y exconcejal de Barranquilla –además de director y presentador de un programa de entrevistas con personajes de la actualidad por Telecaribe llamado Cara a Cara–, estaba afectado de un cáncer de garganta, que meses atrás lo llevaron a Estados Unidos y le hicieron temer por su vida.
Pero el esposo de Susie Steckerl, con quien tuvo seis hijos, regresó a la pantalla y narró la emotiva final de la Serie Mundial, el 2 de noviembre... Hasta que el jueves se apagó su voz.
BARRANQUILLA
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