El pasado 14 de febrero, la barranquillera Jessica González Herrera hizo historia en España al convertirse en la primera mujer afrolatina que integra el Parlamento de Cataluña, comunidad autónoma de España.
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Nacida hace 31 años, producto de la unión de Carlos González y Janet Herrera, vivió su infancia en el barrio Ciudadela 20 de Julio, luego pasó a barrios de Barranquilla como Delicias, Ciudad Jardín, y, finalmente, en Alto Prado. Estudió en los colegios María Auxiliadora y American School, donde se hizo bachiller, al tiempo que alternaba con la danza, su pasión.
De 16 años, emprendió un viaje a España, donde se formó como politóloga, profesión que la llevó a hacer políticas institucionales, tras ubicarse tercera en los ocho escaños que adquirió su partido, En Comú Podem.
Una barranquillera que hace 14 años decidió migrar a Barcelona. Mi niñez en Barranquilla estuvo marcada por una relación muy fuerte con mi familia, el barrio, con mi entorno, con el mundo cultural y artístico. Siempre he bailado desde pequeña y creo que eso además hace parte de mi raíz. Y en ese proceso migratorio he seguido en mi formación.
Estando en una ciudad tan multicultural como Barcelona, uno empieza a preguntarse de dónde viene, entonces ahí es donde se afianza mi identidad barranquillera y mi identidad afro, que a veces no nos explican tanto. Por eso me gusta definirme como afrocolombiana. Así que fue en todas esas búsquedas identitarias y después en luchas colectivas como el feminismo, la comunidad migrante, la reivindicación de derechos, la lucha de los jóvenes. Vamos a ver si con este espacio en el Parlamento podemos seguir.
Siempre quise ir a estudiar al exterior. Mis papás me dijeron “te apoyamos en la medida en que podamos”, pero mi mamá decía “yo no voy a mover un dedo para que te vayas”. Esto iba también de la mano de la danza. Quería Ciencias Políticas y un lugar donde pudiera seguir bailando.
¿En qué momento hizo la transición de la danza a la política?No lo veo como una transición, sino como dos procesos paralelos en mi vida. La danza es una forma de expresión que puede ser muy política también. Aquí se utiliza mucho la expresión poner el cuerpo. Cuando haces política estás poniendo el cuerpo y te estás poniendo en primera línea para defender ideales y proyectos.
Eso lo haces en danza todo el tiempo, en la medida en que la danza es un método de expresión y reivindicación… En mi compañía Sentimiento Cimarrón lo hacemos: a través de la danza hay denuncia, a través de las danzas folclóricas se cuentan historias, como la cumbia, que nos habla de una trietnia; como el mapalé que es un baile supernegro; como el bullerengue que es un ritual femenino de paso.
El reto en este lugar de política institucional es ver cómo de alguna forma esas lógicas de la danza y la expresión, donde no hay términos absolutos, se llega a los consensos, cómo de alguna forma hacemos que el Parlamento baile, en el sentido de poder llegar hacia un mismo fin, que es que el pueblo de Cataluña pueda salir de la crisis.

Jessica González Herrera (centro) ha trabajado de cerca con las comunidades.
Prensa Jessica González
He cambiado mucho, porque uno va metiendo cosas en la mochila que uno lleva. Mi mochila de una adolescente que llegó se ha nutrido de experiencias con compañeros y compañeras latinoamericanas, de sentirme también latinoamericana, que también es difícil cuando no estás en contacto con personas de Latinoamérica.
Estamos también en Cataluña, un lugar con identidades en resistencia, donde también tienen el tema de la independencia.
Me gustaría, en mis próximos viajes a Barranquilla, incorporar más espacios de conocimiento con otros jóvenes que están organizándose.
Me pregunté mucho si yo tenía que ser una de las personas para ocupar ese espacio, sabiendo que es un espacio hostil, y cómo es necesario que nuestra voz y nuestras demandas estén en el Parlamento de Cataluña.
Ahora mismo estamos en un contexto de crisis, en el que muchas veces se habla de que no se puede quedar nadie atrás, de alguna forma hay que salir todos adelante, pero si no hay esa voz que defienda esos intereses, no solamente de migrantes, sino de personas que han nacido aquí y tienen un bagaje cultural diverso, es muy fácil entonces que se creen fórmulas de políticas públicas que dejen atrás a una parte importante de la población. Entonces, al final, tomo esa decisión colectiva.
Represento a un montón de gente. Esa cuestión de sentirme respaldada fue clave. Voy a poner el cuerpo, pero que detrás de mí hay un equipo no solamente parlamentario, sino también de mis comunidades y movimientos sociales de los que he formado parte.
Entonces vamos a ver qué tal estos cuatro años, que van a ser duros, porque ahora mismo ha entrado la extrema derecha al Parlamento de Cataluña y eso es algo que nos tiene preocupados. El que la extrema derecha con sus discursos racistas, xenófobos, machistas y homófobos estén allí y entren al Parlamento es un mensaje: las instituciones no son solo de ustedes, sino también de mujeres jóvenes afro que podemos defender los intereses de nuestras gentes.
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¿Cómo hacía política inicialmente en Cataluña?Formaba parte de organizaciones no gubernamentales, específicamente el Centro de Estudios Africanos, y desde allí hacíamos estudios, recomendaciones de políticas públicas, intentando incidir.
Sin embargo, cuando en 2019 Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona, me hace la invitación a formar parte de las listas para las elecciones municipales de Barcelona, ahí empieza la decisión. Entonces en estos dos últimos años he estado en el equipo político de Ciutat Vella, que es uno de los Distritos de Barcelona, con una diversidad cultural superamplia, unos movimientos sociales fuertes, niveles de desigualdad supermarcados... Y ahora, cuando se me propone ir a las listas de Parlamento es el mismo razonamiento, ¿de qué manera voy a llegar a mucha más gente?
En gestionar la pandemia en primera línea, intentamos hacer un escudo social. Que a la gente que estaba más afectada no le faltara nada. A nivel de la perspectiva intercultural, la Alcaldía es más democrática y tiene en cuenta la diversidad cultural al momento de atenderla y hacer publicidad. En eso se ha avanzado bastante. El Distrito ha sido asediado por la presión inmobiliaria, por grandes inversores extranjeros que quieren venir y expulsar a vecinos. Lo que estamos intentando son acciones de protección vecinal, del comercio local y en eso hemos avanzado.
Hablemos de su partido…Pertenezco a un partido que se llama En Comú Podem. Es una coalición de organizaciones políticas que son hijas del 15M, de todo ese movimiento que hace 15 años nació en Madrid, Barcelona y en otras ciudades en España, al grito de ‘No nos representan’, en medio de un sistema muy bipartidista, en el que supuestamente había un partido de izquierda y uno de derecha, pero no representaban los intereses de gran parte de la población ni de la gente joven, ni los derechos de vivienda, ni protegían los derechos sociales.
Vengo en realidad de Barcelona en Comú, organización liderada por Ada Colau, la alcaldesa.

Jessica González considera que la danza y la política van de la mano.
Ómar Hernández
Lo más importante es que ya no se puede decir en las próximas elecciones que es la primera mujer afrolatina. Ya se rompió la veda. Un primer objetivo que es cambiar el imaginario de quién está en el poder, ya eso lo cambiamos. Un segundo objetivo es la agenda en torno a temas que tienen que ver con población migrante, con diversidad cultural, con la importancia de que la perspectiva cultural esté de manera transversal en todas las políticas que se dan desde la Generalitat.
Mi idea es juntarme con otros partidos y darles visión a esta apuesta y a este enfoque intercultural y antirracista, para que forme parte del ADN del Parlamento.
Ese es otro de los objetivos y aquí hay que presionar al Estado Central para que haga los cambios que permitan que una persona que está viviendo aquí hace equis años pueda votar. Una reflexión que hacíamos es que ese millón de personas que no pueden votar son probablemente las más afectadas porque entre la extrema derecha.
No es justo que las personas afectadas por este tipo de políticas tengan voz, en algunos casos, pero no votos. No solamente privamos a muchas personas que puedan votar, sino que sean elegidas. Yo, por ejemplo, estas fueron las primeras elecciones en que pude votar y también me presenté para ser elegida.
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¿Considera que la política vive un cambio de paradigma?Creo que estamos hablando de momentos cíclicos. No se puede entender las elecciones de Cataluña sin ver qué ha pasado en Estados Unidos, sin ver qué ha pasado con el auge de la extrema derecha a nivel mundial. Por lo cual yo creo que es un momento muy importante para que desde las instituciones sepamos que todo lo que tiene que ver con política tiene que ver con nosotros.
Lo que pasa es que hay un sistema de desafección con los partidos tan importantes, porque hay muchos partidos que no están representando y que llevan muchos años con curules y gobernando los mismos, que la gente lo que hace es pensar que no les gusta la política, cuando en realidad lo que no les gusta es el sistema de partidos en el que estamos.
Entonces es importante el empoderamiento desde lo comunitario para hacer un frente a todo lo que está pasando con la extrema derecha, y sobre todo para que de esta crisis mundial que estamos viviendo social, climática, económica y sanitaria podamos salir más reforzados. Entonces el cambio de paradigma va por esa cuestión ciudadana.
Muchas veces se gobierna sin la voz de los jóvenes. No va a venir un señor de 65 años, que ha estado 35 años en el poder porque es político profesional, a interesarse por los jóvenes. Tenemos que tomar nosotros esos espacios. Si no hay partidos que te representen, intentemos organizarnos para influir. Cuando se manifiestan los jóvenes, no es que sean tirapiedras, sino que están dando un grito por un montón de problemas.
¿Cómo ve la situación política de Colombia?En Cataluña estamos proponiendo un gobierno de izquierdas, pero nos cuesta un montón ponernos de acuerdo con las izquierdas. O sea, la derecha se pone de acuerdo más fácil.
Eso lo veo como una similitud de lo que pasa en Colombia. Por nuestro pasado, la forma como se entiende la izquierda en Colombia no es como se entiende aquí y hay un estigma. Que pongan a la ciudadanía en el centro y no solo los intereses económicos, a eso me refiero con la izquierda. Tiene que ver con esa historia del país tan dolorosa.
Estamos en un contexto de asesinatos de líderes y lideresas sociales que me rompe el corazón y que hay que visibilizarlos desde el Parlamento.
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Estewil Quesada y Deivis López
Redactores de EL TIEMPO
Barranquilla
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