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Barranquilla

La lucha de Santa Lucía por frenar los brotes de coronavirus

Los habitantes de Santa Lucia, en el sur del Atlántico, saben que lavarse las manos es una de las medidas más afectivas para controlar la propagación del coronavirus.

Los habitantes de Santa Lucia, en el sur del Atlántico, saben que lavarse las manos es una de las medidas más afectivas para controlar la propagación del coronavirus.

Foto:Archivo particular

Solo tiene un caso y mantiene las alarmas, porque no tienen recursos para enfrentar la pandemia. 

Santa Lucía  se encuentra en el último recodo del Atlántico y en donde quizás estar alejados de todos y de todo, le ha servido en estos momentos para reportar un solo caso de coronavirus. Aquí la gente teme contagiarse.
Detrás de esta cifra, está todo un trabajo, esfuerzo y sacrificio de muchas personas que en estos momentos miran con mucho recelo la orden de normalizar las actividades comerciales y de movilidad del mismo pueblo. Por eso, cualquier persona que entra al pueblo ‘dispara’ de inmediato las alarmas.
El municipio se encuentra a dos horas de Barranquilla, tiene 16.023 habitantes, y es conocida por ser la cuna del Son de Negro, una de las danzas más representativas de los pueblos (Atlántico y Bolívar), ubicados sobre las márgenes del Canal del Dique, brazo del río Magdalena.
La secretaria de Salud de Santa Lucía, Nezli Molinares, cuenta que ha sido una dura lucha la que el municipio ha dado para mantener la cifra. “Aquí no estamos preparados para atender a un solo caso con pacientes afectados con coronavirus”, señala la funcionaria al contar que el pueblo cuenta con un centro de salud de primer nivel, que dispone solo ocho camas.

Aquí no estamos preparados para atender a un solo caso con pacientes afectados con coronavirus

Durante la temporada de cuarentena, la Alcaldía implementó un modelo de pedagogía sobre la higiene que se debe tener para evitar los contagios, que consistió en ir casa a casa con jabón y agua, enseñándole a las personas como deben lavarse las manos. “El municipio no cuenta con el servicio de agua las 24 horas, por eso había que decirles como optimizar el recurso”, manifiesta.
Molinares asegura que se contrató  a enfermeras y técnicos de salud para conformar un grupo especial llamado  ‘Guardianes de la Salud’, que van con dispensadores de jabón, toallas desechables y botellas de agua, puerta a puerta, recordándole a la comunidad que debe lavarse las manos.
En las entradas y salidas del pueblo, en especial los caminos veredales, la alcaldía ha instalado puntos donde desinfectan cualquier vehículo o moto que entre al pueblo, lo mismo que a sus pasajeros.
Funcionarios de la Secretaria de Salud  van puerta a puerta explicándole a los ciudadanos, como mantener al virus alejado de sus casas.

Funcionarios de la Secretaria de Salud van puerta a puerta explicándole a los ciudadanos, como mantener al virus alejado de sus casas.

Foto:Archivo particular

“Aquí todo el mundo está pendiente de quien entra y sale, tenemos líneas abiertas las 24 horas y la gente avisa cuando ve que llega alguien de afuera”, sostiene Molinares.
Hasta el momento se han reportado 15 casos sospechosos, de los cuales todos dieron negativos.
El comercio del pueblo lo conforman tiendas, misceláneas, carnicerías y uno que otro pequeño almacén, los obligaron a instalar lavaderos de mano u ofrecerles a los clientes alcohol o gel desinfectante. Además tienen unas horas fijas para prestar la atención al público. Y no es que Santa Lucía por estar lejos no llegue nadie, pues según el último reporte del municipio en esta temporada de cuarentena han llegado personas de Bogotá, Cartagena, Barranquilla, y del exterior como Perú y Venezuela.

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“Las tenemos bajo observación y cuidados preventivos”, afirma la secretaria de salud, quien cuentan que el municipio dispone de los servicios de una epidemióloga, que es la encarga de estar llamando de manera permanente los casos de personas que considere sospechosos.
La preocupación está en estos momentos en los 40 campesinos que los viernes, sábado y domingos salen a Barranquilla a vender sus productos en los llamados ‘Mercados Verdes’. Cada vez que regresan son sometidos a chequeos y procesos de desinfección.
“Ellos llevan productos lácteos, pescado, yuca, maíz, plátano, melón, patilla, todo lo que
le pueda dar la tierra y sus animales”, sostiene Molinares.
Son todos estos esfuerzos los que hoy tienen a los habitantes de Santa Lucía y a la administración local dudando de si volver a la normalidad, o mantener los controles con el rigor que implica no bajar la guardia.
LEONARDO HERRERA DELGANS
Corresponsal de EL TIEMPO Barranquilla
En Twitter: @leoher69
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