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La inseguridad no deja dormir a Barranquilla
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El fin de semana la Policía intensificó las acciones de vigilancia y controles, en viarios puntos de la ciudad.

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Archivo / EL TIEMPO

La inseguridad no deja dormir a Barranquilla

Ola de atracos y homicidios golpea a la ciudad.

Las noticias de desarrollo y crecimiento que ocuparon las primeras planas de los medios de comunicación, mostrando el buen momento que atraviesa la capital del Atlántico, se han visto empañadas este comienzo de año por titulares violentos de crímenes, atracos y robos callejeros que reflejan una realidad difícil de ocultar, y que pareciera se les salió de las manos a las autoridades.

Las cosas en materia de seguridad en Barranquilla no andan bien desde hace rato, y la percepción de inseguridad entre los ciudadanos es creciente ante la ola de crímenes y atracos que a diario suceden. Si bien la Alcaldía,  a través del Sistema Unificado de Información  de Seguridad  Ciudadana, reportó hasta el 26 de enero, 356 casos de robo denunciados y la Policía Metropolitana de Barranquilla, 277, el barranquillero de a pie piensa otra cosa. 

La situación es tan preocupante que hay barrios en donde sus habitantes han pegado en los postes avisos con alertas de robos, como lo que aparecieron en el barrio San Felipe, suroccidente, y hace dos meses en Buenavista y Prado, al norte. Pese a que la Policía retira estos avisos, al explicarle a los ciudadanos que este tipo de acciones no ayudan a mantener la calma, los vecinos reiteran su temor de ser atracados en sus propias calles y casas, y los vuelven a pegar.

Preocupa la poca confianza que los barranquilleros tienen en sus autoridades y en el sistema judicial, lo cual es nefasto y se constituye en un desincentivo para ejercer su corresponsabilidad con el problema y sus posibles soluciones”, subraya Rocío Mendoza, directora de Barranquilla Cómo Vamos, encuesta de percepción que todos los años mide la calidad de vida.

En estos momentos quizás lo que más preocupa a las autoridades, y al mismo alcalde Alejandro Char, es que la ciudad está en temporada de carnaval, en que se requiere redoblar los esfuerzos por el incremento de eventos públicos programados al aire libre, a los que asisten no solo barranquilleros, sino personas de todas partes del mundo.
Char se había mantenido distante de tomar medidas como las adoptadas por el gobernador Eduardo Verano y algunos alcaldes del Atlántico, hace tres semanas, para contrarrestar la inseguridad en los municipios.

Verano ordenó la restricción en las calles, después de las 10:00 p. m. para menores de edad, y el cierre de establecimientos públicos a las 2:00 a.m. El alcalde de Soledad, Joao Herrera, fue más allá y decretó la restricción al parrillero hombre de moto. El alcalde de Barranquilla implementó la misma medida que su vecino, pero solo para el norte de la ciudad, donde está ‘disparado’ el número de atracos.

Los barranquilleros están en una permanente zozobra como consecuencia de la inseguridad que ronda las calles. De norte a sur, de este a oeste, a cualquier hora del día, el accionar delincuencial mantiene el pánico. Desde finales de año las alarmas están sonando por el alto número de homicidios, riñas y atracos que se viven y de la que no escapa nadie.

“Eran como las 8:00 p. m. estábamos viendo televisión, cuando sentimos que llegó una moto y en menos de un minuto se bajó el parrillero con una pistola entró hasta la sala me amenazó con meterme un tiro si no le dábamos los celulares. Nos quitó los aparatos y arrancó”, contó Rafael, un vecino del barrio San Felipe, atacado la semana pasada en su propia casa.

Según el director ejecutivo de Fenalco, Héctor Carbonell, de 100 comerciantes en Barranquilla, 37 han denunciado problemas de inseguridad. Solo en las tres primeras semanas de 2017, la cuenta de homicidios alcanzaba los 54 crímenes en el área metropolitana de Barranquilla.

En esta ola de crímenes y atracos, el gobernador Verano la atribuye a la salida el pasado 23 de diciembre de 250 delincuentes de las cárceles. Otros tratan de responsabilizar a los miles de inmigrantes venezolanos que hay en la ciudad. Lo ciertos es que la semana en la urbanización La Playa la Policía capturó en flagrancia a Pablo Andrés Reales Jiménez, de 22 años, y Luis Alfredo Muñoz Romero, de 25 años, de nacionalidad venezolana, luego de haber cometido un hurto. Se les decomisó una escopeta y un machete.

La zona más afectada por estas muertes es el sur, en donde las autoridades aclaran que no se tratan de grupos armados organizados, como Los Pachencas en Santa Marta o El Clan del Golfo en Cartagena, sino de bandas de delincuentes comunes. En esta zona es donde hay mayor incidencia de homicidios, riñas y atracos a buses. En esta área se estima hay presencia de unas 14 bandas, pero la Policía dijo tener conocimiento de 35 que tienen su accionar delictivo en el área metropolitana.

También está claro que desde la cárcel hay cabecillas de bandas que siguen delinquiendo. Por eso, hace una semana en el consejo de seguridad departamental se pidió al Inpec el traslado de no menos de 30 internos de los centros penitenciarios de Barranquilla a otra zona del país.

El presidente del sindicato de guardianes del Inpec, Milton Aníbal, denunció esta semana que en promedio diariamente quedan en libertad dos reclusos como consecuencia del vencimiento de términos. En la Penitenciaria de El Bosque y la cárcel Modelo, que tiene capacidad para 910 internos, en estos momentos se encuentran 2.524. Es decir, que el hacinamiento y las condiciones inhumanas en que permanecen no les permite recibir más presos.

“Sucesos como los que vienen aconteciendo en este mes afectan la percepción de seguridad por parte de la ciudadanía. Los hechos muestran que los problemas de seguridad urbana no son solo asunto de percepción; es un problema real que ha venido adquiriendo dimensiones nunca antes vistas en una ciudad que era tranquila. La presión ciudadana es positiva para motivar a las autoridades a responder”, señala la directora Barranquilla Cómo Vamos, Rocío Mendoza, al explicar que esta presión debe traducirse en colaboración a las autoridades.

El apretón

La creciente ola de inseguridad ya generó fuertes enfrentamientos entre el alcalde Char y la Policía Metropolitana. Hace dos semanas, el mandatario hizo un vehemente llamado a la institución para que mejorara sus resultados en su lucha contra las bandas de sicarios.

Char cuestionó la decisión de la Policía Metropolitana de ordenar la salida de vacaciones de 1.200 policías en plena temporada de fin de año y puente de Reyes, lo que aseguró representó que 45 cuadrantes de seguridad quedarán descubiertos de la presencia de uniformados.

“Mientras la tercera parte del pie de fuerza de la policía se va de vacaciones, en Barranquilla los bandidos hacen fiesta. La Policía se ha dormido con Barranquilla”, dijo visiblemente molesto a los periodistas, al reconocer como salvaje el incremento en el número de atracos callejeros a diario.

A su turno, el comandante de la Policía Metropolitana, el general Mariano Botero Coy, señaló que el 60 por ciento de las víctimas presentaban anotaciones judiciales por delitos como homicidio, hurto y porte ilegal de armas de fuego.

El general Botero aseguró que no han bajado la guardia, al informar que en las dos primeras semanas del año llevaban 157 capturas por diferentes delitos. La Policía comenzó a ofrecer recompensas de hace 10 millones de pesos a quien de información por una lista de 19 delincuentes peligrosos que la encabeza Jorge Díaz Collazos, alias ‘Castor’, considerado el máximo líder de la principal estructura del crimen organizado en el Atlántico, y Digno Palomino Rodríguez, alias ‘Digno’ o Sebastián’, cabecilla de la banda ‘Los Costeños.

El gobernador Verano insitió en reforzar el pie de fuerza en el departamento y pidió que lleguen los reemplazos de los 120 agentes desvinculados de la institución por casos de corrupción. Sobre este punto, Botero aseguró que en los próximos días llegaran 500 policías a reforzar la seguridad, y para el 17 de febrero, por la temporada de precarnaval y Carnaval, son esperados 1.927 uniformados.

Más acciones

Hace dos semanas, el presidente Santos puso al servicio el sistema más grande y moderno de videovigilancia en Barranquilla, que lo conforman 820 cámaras para una cobertura total de la ciudad, cuya inversión fue de 30 mil millones de pesos, con lo que aseguró se combatirán los problemas de inseguridad.

Quiero que en el Carnaval de Barranquilla el alcalde Char me diga que no hubo muertos”, dijo Santos al pedirle a la Policía Nacional redoblar los esfuerzos para mejorar la seguridad en esta capital.

Esta orden fue clave para una reunión que se dio enseguida entre el alcalde, los generales Jorge Ramírez, director de Seguridad Ciudadana; Jorge Vargas, director de la Dijín; Fernando Murillo, director del Gaula; Gonzalo Londoño, comandante de la Regional 8; Mariano Botero, comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, y Luis González, director nacional de Fiscalías, en que se analizaron los últimos acontecimientos en materia de orden público en esta capital y se plantearon alternativas y planes conjuntos para enfrentar esta situación.

Los resultados de estas acciones son los que esperan ahora los barranquilleros, que reclaman a la Policía más efectividad en su lucha contra la delincuencia y a los fiscales y jueces que no dejen salir de las cárceles a los bandidos para de esta manera recuperar la tranquilidad, dormir en paz y ver de nuevo las noticias de las cosas buenas que están pasando en ‘La Arenosa’. 

Leonardo Herrera Delghams
Corresponsal de EL TIEMPO
Barranquilla.

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