Como “unas horas de tensión”, así describe la barranquillera Jessica González Herrera los momentos posteriores a las elecciones parlamentarias en Cataluña, cuyos resultados la ubican desde el domingo 14 de febrero como la primera afrolatina en el Parlamento de esta comunidad autónoma de España.
Después de un mes largo, González vuelve a hablar en EL TIEMPO, pero esta vez no lo hace como candidata al Parlament, sino con la certeza de pasar a conformar el tercero de los ocho escaños que su partido En Comú Podem adquirió, tras la jornada electoral.
"Se empalmó una campaña que fue muy corta, pero muy intensa. Con un resultado electoral marcado por la incerteza. A nivel personal ha sido muy bonito, un desborde de ilusión, de llamadas, de contactos, de muchísima gente que venía a través de mi partido la oportunidad de sentirse representadas o representados”, dice la mujer, de 31 años.
Para la diputada electa, ahora se le ha creado una sensación de gran responsabilidad, de estar a la altura, de corresponder con las expectativas, independientemente del lugar donde se vaya a legislar. Por el momento, dialogan para hacerlo desde el Gobierno.
(Lea también: El 'top' de los casos de abusos a turistas en playas de Colombia)
“Intentando pensar cuáles son las estrategias para en estos cuatro años estar conectadas con las bases, para crear estrategias en contra de este auge de la extrema derecha que ha entrado en el Parlamento. Ahí vamos a tener que hacer un cordón sanitario fuerte para defender a nuestra gente y para que no cale ese mensaje de odio que está metiendo la ultraderecha en nuestras instituciones”, manifiesta.
Según González, ese mensaje de odio se refiere a que el problema es la inmigración, las feministas, entre otros frentes, excepto el frente de las élites económicas que están controladas por los mismos partidos.
Jessica ya vive su nueva etapa de política institucional, pero recuerda la anterior, en la que hacía políticas en los barrios, desde movimientos sociales, haciendo investigación para la administración y lanzando líneas de acción de políticas públicas que tuvieran en cuenta esa diversidad cultural a nivel de género, de juventud, la perspectiva de clases a la hora de desarrollar políticas públicas.
Ahora se proyecta en el nuevo panorama como diputada en una institución que se dedica a elaborar leyes, que toma decisiones y legisla sobre la vida de los habitantes de Cataluña “sin que esa institución encarne toda la diversidad”.
“Eso era de alguna forma una anomalía democrática. Con mi entrada y con la entrada de otra compañera afro nacida aquí, esas perspectivas lo que hacen es ampliar derechos, la cobertura y los puntos de partida para hacer las leyes”, asegura la politóloga barranquillera.
(No deje de Leer: Barranquilla, otra vez reconocida entre las ciudades árbol del mundo)
De acuerdo con ella, ahora será importante hablar de los mecanismos de “racismo institucional” que no han permitido que algunas situaciones pasaran antes. Como por ejemplo, los tantos años del Parlamento de Cataluña sin una mujer afrolatina.
“Son cuestiones que hay que arreglar y visibilizar. El hecho de que yo entre no significa que ya esté solucionado. Toda esa voz latina, toda esa voz migrante junto con mi grupo parlamentario la idea es que esté a la hora de hacer políticas públicas. Se tiene que prácticamente reconstruir el país, teniendo en cuenta la crisis cuádruple: social, económica, sanitaria y de emergencia climática”, explica.
Para acercar a los sufragantes, la barranquillera cuenta que manejó un discurso transversal de derechos con las personas jóvenes, que considera olvidados en las políticas de Cataluña; de la población migrante y de la clase trabajadora.
“Nuestra apuesta política se trata de que esta crisis no la paguen los de abajo. En el 2008, se salvaron a los bancos. Esta vez queremos salvar a las personas, combatir los discursos de odio, hacer políticas que afecten a la mayoría, ampliar derechos y no retroceder”, dice.

Jessica González, barranquillera en Barcelona.
Prensa Jessica González
Con respecto a las acciones frente a temas de migración y Derechos Humanos, los cuales aclara son competencia estatal, estima que desde la Gobernación de Cataluña se puede manejar el empadronamiento municipal, que les da derecho a las personas, independientemente de su situación administrativa, a acceder a salud, educación, entre otros.
Otra de las iniciativas es la protección a menores, especialmente de menores extranjeros sin acompañamiento, que migran desde países del norte de África, que llegan desde los 15 o 16 años y a los 18 años el sistema los expulsa sin herramientas para construir un proyecto de vida.
Sin duda, la barranquillera hace historia. Es la primera afrolatina en el Parlamento de esta región y el hecho ha generado todo tipo de reacciones entre los catalanes, quienes han saludado de buena manera su logro.
“Muchísima gente de todas partes que me han felicitado. Hay que decirlo que hay un millón de personas en Cataluña que no tienen derecho a voto y me han escrito. He tenido una respuesta muy acogedora, hay un acento de mi gente migrante y a nivel de medios he tenido más contacto con los medios de Colombia. Eso es importante: si la gente joven de mi país ve que alguien puede migrar y llegar a algún lugar de representación política, es posible hacerlo”.
Jessica González indica que hubo un porcentaje de votación bajo, entendido por elecciones en medio de una pandemia y por niveles de desencanto con lo que sucede en las instituciones.
“Muchas de estas personas que se quedaron en casa y está viendo cómo subió la extrema derecha, se están arrepintiendo de no haber ido a votar. Es importante ver de qué manera se configuran las instituciones”, expresa.
Ante estas circunstancias, interpreta de varias maneras los resultados: “Desde el sector independentista se habla de que nunca había tenido tanta mayoría, pero también diría que nunca tendríamos un Parlamento tan de izquierda como lo vamos a tener. Se puede tener desde varios ejes: desde el independista – no independentistas, izquierda – derecha, y parlamento con más mujeres”.
El Comú Podem quedó con ocho diputados de 135 en el Parlamento. Sin embargo, Jessica lo ve, como partido de izquierda, en la capacidad de generar diálogos, una oportunidad que no se debe desaprovechar.
“No me gustaría estar dentro de la institución (en un futuro a largo plazo), y espero no comerme mis palabras cuando hablemos de aquí a 10 años (risas). Uno tiene que ponerse al servicio en un momento puntual. Ahora mismo me lo planteo como una pausa que va a ser algo muy importante, que la voy a tirar toda, con mucha responsabilidad y que voy a dejar la piel estos cuatro años”.
Deivis López Ortega
Corresponsal de EL TIEMPO Barranquilla
En Twitter: @DeJhoLopez