En términos globales, estos 10 años los principales indicadores sociales y económicos de Barranquilla han mejorado; la ciudad ha avanzado en la superación de la pobreza y ha mantenido el buen comportamiento de su dinámica de mercado laboral; la salud y la educación van enrutadas con buenos resultados. Sin embargo, la ciudad no logra resultados contundentes en materia de movilidad y seguridad. La gestión ambiental no muestra resultados positivos.
Esta es una de las conclusiones que arroja el programa Barranquilla Cómo Vamos (BcV), que en el marco de los primeros 10 años está presentando este lunes a la opinión pública el Informe de Calidad de Vida 2008– 2016, en donde son analizados más de 320 indicadores, contenidos en 14 temas, para monitorear la calidad de vida de los barranquilleros.
El informe está siendo presentado desde las 8:30 a.m. en las instalaciones del Hotel Barranquilla Plaza, en el norte de Barranquilla, con entrada libre para los ciudadanos que deseen conocer cómo va la ciudad.
El estudio destaca el mejoramiento del Distrito de Barranquilla en su desempeño fiscal de acuerdo con el Departamento Nacional de Planeación (DNP), lo que le ha permitido escalar posiciones dentro del ranquin; entre 2008 y 2015 pasó del puesto 168 al puesto 91. “Al mismo tiempo cumplió con el indicador de límite de gasto de funcionamiento, lo que indica que la administración ha procurado la racionalización de los gastos de este orden”, señala el informe.
En los últimos nueve años el Distrito logró duplicar sus ingresos, pasando de 1,087 billones a 2,207 billones de pesos, y se ha posicionado como la segunda ciudad con mayores ingresos totales por persona dentro de las seis principales ciudades del país.
Entre el 2008 y 2016, el Distrito igualó los recursos destinados para educación y salud, gracias a la inversión realizada con recursos propios en la construcción de infraestructura y una mayor cobertura.
Al mismo tiempo cumplió con el indicador de límite de gasto de funcionamiento, lo que indica que la administración ha procurado la racionalización de los gastos de este orden
“La pobreza monetaria extrema, también ha mostrado una notable reducción. La incidencia pasó de 10 por ciento en 2008 a 2,8 por ciento en 2016. Aunque cabe destacar que, en el último año, la cifra aumentó 0,4 por ciento. Lo que representa 8.200 nuevos pobres extremos”, agrega el informe.
En educación los resultados son notorios tanto en la calidad como en el desempeño de los estudiantes en las Pruebas Saber. Para el período 2015 -2017, el Índice Sintético de Calidad Educativa (ISCE) registró un crecimiento promedio del 15%, 18% y 4%, para primaria, secundaria y media, respectivamente. Con un promedio de crecimiento total del 12,15%, más alto que el de Bogotá (4,89%), Medellín (5,91%) y Cartagena (9,52%).
“Como reto en materia educativa, se requieren mayores esfuerzos en la eficiencia de cobertura y en los niveles de educación de transición y media, donde los datos registran menores tasas de cobertura bruta y neta”, recomienda el documento.
En salud permanecen retos en cuanto a la promoción y prevención de enfermedades relacionadas con afecciones del sistema circulatorio, siendo la principal causa de defunciones en el territorio.
Aquí el estudio revela cifras como las presentadas desde 2012 donde hay una mayor incidencia de VIH/Sida y tuberculosis.
“La incidencia de tuberculosis ha aumentado pasando de 284 casos en 2008 a 570 en 2016; sin embargo, la mortalidad por tuberculosis ha disminuido de 46 muertes en 2008 a 42 en 2016.
La incidencia de VIH/Sida ha aumentado desde 2012, en personas de 15 a 49 años de edad. Sin embargo, la mortalidad por VIH/Sida, ha disminuido. En 2016 se registraron 146 muertes y en 2008, 154. Pese a lo anterior, es la segunda gran causa de muertes en personas de 15 a 44 años con 91 muertes en 2016”, revela BcV.
El comportamiento de la seguridad en la ciudad ha mostrado tendencias positivas y negativas en algunos indicadores, mientras que otros han mostrado poca variación.
En el estudio de BcV se muestra que la percepción negativa de seguridad de los ciudadanos está respaldada por tres hechos fundamentales: las muertes violentas crecieron en un 8% entre 2008 y 2016; los homicidios en un 4%; y los hurtos aumentan año tras año, lo que se resume en un alza del 39% en el periodo.
“En resumen, la tasa de homicidios ha tenido un comportamiento estable sin lograr reducirse de manera significativa y contundente, al compararse con otras ciudades capitales, Medellín (21,5) y Bogotá (16,3) tienen tasas de homicidio por 100 mil habitantes inferiores a la de Barranquilla (32,7). En este escenario, Barranquilla llega a duplicar la tasa presentada en Bogotá”, enfatizan los investigadores que realizaron el informe.
Otro tema que preocupa es la accidentalidad que se ha mantenido al alza a lo largo de todo el periodo 2008 y 2016, con un incremento del 50%. En resumen, el número de accidentes de tránsito de 2008 a 2016 se incrementó, pasando de 4.329 a 6.516 accidentes, de los cuales se registran más de 1000 lesionados en 2016.
En resumen, la tasa de homicidios ha tenido un comportamiento estable sin lograr reducirse de manera significativa y contundente, al compararse con otras ciudades capitales,
Las muertes por accidente de tránsito aumentaron en estos 9 años, pasando de una tasa de 5,6 a 8,7 muertes por 100.000 habitantes. “La tasa de Barranquilla es superior a la de Bogotá (7,3) y la de Cartagena (8,4) e inferior a la de Medellín (10,9). En personas de 15 a 44 años en 2016 los accidentes fueron la tercera causa de muerte”, sostiene el informe.
La cultura vial de los barranquilleros no mejora. Los comparendos por infracciones de tránsito y alcoholemia aumentaron a lo largo del periodo, también se dispararon en 2016 posiblemente debido al incremento de los controles policiales. De manera específica, los comparendos por alcoholemia aumentaron de 2008 a 2016 y sólo en el periodo comprendido de 2013 a 2014 éstos disminuyeron. En 2016 se registraron 1284 comparendos por alcoholemia a conductores particulares, siendo estos últimos los que mayores comparendos en general registran.
Por último los resultados del Índice de Calidad Ambiental Urbana (ICAU), del Ministerio de Ambiente, concluye que Barranquilla presentó una baja calidad ambiental (siendo muy baja el peor nivel), solo por encima de ciudades como Cartagena y Cúcuta.
Hacen falta mayores esfuerzos por parte del Distrito en la producción de indicadores para la calidad del aire, contaminación auditiva, construcciones bajo criterios sostenibles y el consumo residencial de energía por habitante, gran parte del mal resultado en el Índice se refleja por la información no entregada o por los reportes inválidos. Aspecto mencionado por el Cómo Vamos en múltiples informes.