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Barranquilla

Verdades de la India Catalina, un emblema de La Heroica

La historia de la India Catalina tiene pasajes no revelados, pero el investigador Hernán Urbina ha venido detectándolos.

La historia de la India Catalina tiene pasajes no revelados, pero el investigador Hernán Urbina ha venido detectándolos.

Foto:Arhivo/EL TIEMPO

Libro de Hernán Urbina, historiador, afirma que mucho de lo dicho no se ajusta a la realidad.

Álvaro Oviedo
En El laberinto de la soledad, Octavio Paz legó un buen esclarecimiento sobre la historiografía y advierte que la historia es conocimiento que se encuentra entre la ciencia y la poesía; que el historiador hace descripciones como el hombre de ciencia y tiene visiones como el poeta. En ambos casos, científico y poeta, mejoran los significados, encuentran muchos otros para enriquecer la historia, no son fratricidas de oficio de los personajes históricos.
En la ocultación por cerca de 500 años de la India Catalina histórica se impusieron caricaturas de la India Catalina fea, traidora, prostituta, todas ellas ventajosas para ejercer el odio primitivo al periodo de La Conquista y sus personajes. Catalina fue un buen chivo expiatorio para verter el rencor personal y colectivo que deforma y oculta, y ese ejercicio, aunque muchas veces inconsciente, pero en todo caso siniestro, sigue siendo muy actual, por lo que Entre las huellas de la India Catalina (segunda edición, 2017. Universidad del Rosario) invita a indagar y compartir la historia lo más despojada posible de reduccionismos, clichés e ideologías.
La naturaleza de los seres humanos desde que surgieron hace millones de años en África, ha sido la de migrar y mezclarse, caminar, pese a la confrontación, hacia el mestizaje, pero los malquerientes de la India Catalina no saben qué hacer con el dolor que les produce su mestizaje ni con la soledad de la independencia.
Ellos, que tratan a la India Catalina de puta –todos sin revisar con seriedad lo mínimo respecto al tema– no saben que tienen algo de razón: la palabra puta deriva del latín puttus, que describe a alguien que no ha crecido lo suficiente, de edad inferior, como la América Mestiza rezagada, como la India Catalina, que quedó a medio camino de ser una venerable india sobrina de caciques principales, como lo era en su infancia, o una respetable india españolizada y cristianizada, como las hubo en el siglo XVI.

Los malquerientes de la India Catalina no saben qué hacer con el dolor que les produce su mestizaje ni con la soledad de la independencia

Ignoran que puta es expresión vinculada con el latín putida, que significa hedionda, podrida, como la América corrompida que principió en el siglo XVI, como la India Catalina, de todas formas, viciada violentamente desde su infancia por la ideología conquistadora.
Entre las huellas de la India Catalina revisa los pasos recobrados de esta mujer imprescindible para la historia de América, como lo atestiguó en 1535 Álvaro de Torres, Alguacil de Cartagena Indias:
“Pedro de Heredia ha poblado esta tierra por ser la dicha lengua como es, sobrina de los caciques principales de esta provincia, y que ella los apaciguó e hizo todos de paz, lo que sin ella no se pudiera hacer, por ser los cristianos y la tierra muy belicosa”.
Entre las huellas de la India Catalina arroja luz sobre sus orígenes; su infancia; su secuestro siendo niña; su estricta educación a la española en Santo Domingo, en lugar de ser consumida como esclava –lo que era esperable en la época–; su labor convencida como evangelizadora, incluso en su pueblo originario, Zamba; su actuar siempre apegado a sus fuertes convicciones cristianas en el siglo XVI, incluso la de salvar a su pueblo 'apóstata'; su postura ética frente a la corrupción liderada por Pedro de Heredia, pese a ser su compañera de alcoba, que la llevó a la más dolorosa denuncia de traición en la conquista de Heredia, de acuerdo a documentos que recabamos en el Archivo General de Indias; su final desesperado, envuelta en la soledad en Cartagena de Indias, entre muchas otras informaciones.
Entre las huellas de la India Catalina prueba que Catalina no vistió prendas indígenas siendo adulta, como lo muestran su estatuilla y su monumento, elaborados en Cartagena de Indias en 1961 y 1974, respectivamente.

Obras instituidas por el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, que, al exponerla a tan grande escala, finalmente la volvió motivo de estudio, en nuestro caso desde 1997 hasta 2017

Entre las huellas de la India Catalina prueba que Catalina no tuvo vergüenza de presentarse con traje español ante los suyos, quienes en Zamba no la despreciaron y parecieron sentir como si la hubiesen recuperado, quizás como lo sentimos cada vez que admiramos su estatua de mujer crecida, con la apariencia en que posiblemente la añoramos en secreto, tal vez porque la del bronce siempre se resistirá a morir y a volver a ser sacada a la fuerza del territorio de Cartagena de Indias.
Sin embargo, es necesario recordar que hoy conocemos con formidable claridad la vida trágica y compleja de la India Catalina gracias a las búsquedas que propiciaron la creación de la estatuilla y el monumento en su honor en Cartagena de Indias, obras instituidas por el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, que, al exponerla a tan grande escala, finalmente la volvió motivo de estudio, en nuestro caso desde 1997 hasta 2017.
Entre las huellas de la India Catalina restaura, tras 20 años de averiguaciones, una historia corroída por quienes le temen a Catalina o sufren invida, que significa corroer, vivencia regular en la América Mestiza de enorme canibalismo fratricida.
HERNÁN URBINA JOIRO
ESPECIAL PARA EL TIEMPO
BARRANQUILLA
* Médico, historiador y escritor guajiro, autor del libro ‘Entre las huellas de la India Catalina’, publicado hace unos días.
Álvaro Oviedo
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