El fiscal general de la Nación, Néstor Humberto Martínez Neira, lamentó que se haya extendido por tanto tiempo el proceso por abuso sexual a menores de edad en contra de Juan Carlos Sánchez Latorre, a quien se le ha llamado el 'Lobo Feroz', y quien fue detenido en Venezuela.
“Lamentablemente estos son los tiempos que he venido denunciando a lo largo de todo el país. Casos como este piden una acción rápida de la justicia”, dijo Martínez en su última visita a Barranquilla, el pasado miércoles.
Además, hizo un llamado a que las víctimas se acerquen a las dependencias de la Fiscalía a instaurar denuncias en contra de Sánchez, para que de esta manera se recopilen evidencias que sirvan para continuar con el proceso y judicialización.
Aseguró que “si no hay testigos, no hay condenas, no avanzan los casos. Desde 2016, hemos pedido a la Policía Judicial apoyo para la reconducción de los testigos para que asistan a las diligencias”.
La investigación en contra de Sánchez es llevada a cabo por la Fiscalía 251 de Bogotá desde el año 2008, cuando fue denunciado por dos menores de edad por abuso sexual. Sin embargo, esos dos testigos no se presentaron a declarar en contra del individuo al juicio que se trató de llevar en ese entonces en Barranquilla.
El accionar de Sánchez consistía en sobornar a niños entre los 11 y 15 años en un local de videojuegos ubicado en el centro comercial Metrocentro, en el sur de Barranquilla, a quienes les ofrecía dinero para llevárselos a un motel en el centro de la ciudad, donde procedía a accederlos carnalmente, grabarlos y fotografiarlos mientras lo hacía, para luego distribuir el material vía correo electrónico por personas en otras partes del mundo.
Precisamente, este hombre de 37 años fue mencionado por primera vez en un informe de la Interpol en México, como uno de los proveedores de imágenes de abusos de niños a Héctor Manuel Farías, otro abusador en serie capturado en ese país.
Farías, conocido como ‘Anthony’, está preso en Jalisco desde el 2007 y era el encargado de distribuir el material por diferentes países del mundo.
Cuando la Organización Internacional de Policía Criminal logró descifrar los computadores de Farías, descubrió que su principal contacto era un colombiano, técnico y programador de computadores, que ofrecía un catálogo de imágenes de niños barranquilleros. Sánchez Latorre cobraba entre 200 y 400 dólares por cada paquete fotográfico.
Hasta el momento, las autoridades tienen conocimiento de 276 casos de menores abusados por este hombre; sin embargo, se especula que la cifra ascienda a 500 víctimas.
ELIANA AVENDAÑO SOLÍS
Para EL TIEMPO
BARRANQUILLA
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