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Barranquilla

Así avanza Barranquilla en su lucha contra los ‘arroyos mortales’

La calle 84, a la altura de la carrera 51B, tomó un nuevo aspecto tras ser intervenida la vía por donde pasaba un arroyo.

La calle 84, a la altura de la carrera 51B, tomó un nuevo aspecto tras ser intervenida la vía por donde pasaba un arroyo.

Foto:Vanexa Romero / EL TIEMPO

Distrito canalizó, entre 2008 y 2022, 70 kilómetros lineales, distancia entre la ciudad y Ciénaga.

LEONARDO HERRERA DELGANS
En los primeros cinco días de noviembre, llovió más en Barranquilla que en todo octubre.
Según los cálculos de la Agencia Distrital de Infraestructura (ADI), en el primer puente festivo de noviembre cayeron sobre la capital del Atlántico 216,2 milímetros de agua, 40 por ciento más de lluvias que lo registrado en todo octubre.
Las intensas lluvias se tradujeron en imágenes que fueron tendencias en las redes sociales: Barranquilla sitiada por los arroyos.
La situación volvió a agitar el debate en el Concejo sobre la efectividad y el costo-beneficio de lo que se está haciendo para el manejo de estos torrentes violentos de agua.
Los arroyos han sido parte de la historia de la ciudad. En 99 años se han reportado las muertes de 133 personas por estas corrientes. La última víctima mortal fue Rodolfo Luis Quiroz Estrada, de 25 años, el pasado lunes festivo 17 de octubre. Fue arrastrado por el arroyo del parque Jardín Botánico, en el barrio La Victoria, sur de Barranquilla.
Estas crecientes de aguas repentinas, además de representar un riesgo para la vida de los ciudadanos, también afectan la movilidad, producción y actividades económicas de esta capital.
En la ciudad existen 107 cauces por donde corren estos flujos súbitos de aguas pluviales, unas van hacia el occidente, donde son recogidas por el arroyo León, que las lleva a la ciénaga de Mallorquín; y otros por el oriente, que conducen al caño de la Ahuyama y río Magdalena.
Aspecto de la obra en el arroyo El Salao II, que comprende el tramo entre los barrios El Edén y Los Olivos.

Aspecto de la obra en el arroyo El Salao II, que comprende el tramo entre los barrios El Edén y Los Olivos.

Foto:Kronos

Entre el 2008 y el 2022 se han canalizado 70 kilómetros lineales, lo que equivale a la distancia que hay entre Barranquilla y el centro del municipio de Ciénaga (Magdalena), y que representa una inversión superior al billón de pesos.
De estas, 25 kilómetros son subterráneas tipo box-culvert; es decir, van por debajo de la vía, como en la calle 84 o la carrera 21; y 45 son canales al aire libre.
Solo entre el 2017 y 2019 se realizaron seis canalizaciones de los arroyos más peligrosos que representaron 15.380 metros intervenidos, distribuidas a lo largo de la carrera 21 entre la calle 53D y calle 30; Hospital, en la calle 76, el de la carrera 65 y el de Felicidad, desde la calle 63B con carrera 41 hasta la calle 48, y el de las calles 91 y 92.
Son obras ejecutadas con recursos propios de los barranquilleros a través del programa ‘Barranquilla sin arroyos’.
Los arroyos en Barranquilla han provocado la muerte de decenas de ciudadanos.

Los arroyos en Barranquilla han provocado la muerte de decenas de ciudadanos.

Foto:Archivo/EL TIEMPO

No hay ninguna posibilidad de hoy estar pensando en que todos estos procesos de crear un sistema de alcantarillado pluvial estén generando nuevas corrientes

No obstante, sobre la posibilidad de la presencia de nuevos arroyos generado por las canalizaciones, como lo han dejado entrever algunas personas en Barranquilla, el director de la ADI, Alberto Salah, sostiene que no es cierto y explica que la topografía de la ciudad sigue siendo la misma, así como los planos, altimetría y cuencas hidrográficas por donde los arroyos drenan normalmente.
“No hay ninguna posibilidad de hoy estar pensando en que todos estos procesos de crear un sistema de alcantarillado pluvial estén generando nuevas corrientes o nuevos arroyos”, subraya Salah.
Pero hay décadas de historia en esta guerra contra los arroyos. Resolver este problema es un trabajo que se inició hace 30 años, después de que se hizo el primer estudio de drenaje urbano en Barranquilla por parte de la Agencia de Cooperación Internacional de la Misión Japonesa, a mediados de los 80. Los primeros movimientos de tierra vienen desde el 2008 en las administraciones de Alejandro Char, Elsa Noguera y ahora siguió Jaime Pumarejo.
Aunque los avances son notables, Pumarejo ha dicho en varias ocasiones que es necesario continuar canalizando los arroyos para superar definitivamente un problema que lleva más de 200 años, y que en una década se ha demostrado que sí era posible resolverlo.
Solo en la calle 30, arteria que comunica a Barranquilla con Soledad y lleva al aeropuerto Ernesto Cortissoz, se han canalizado 5,5 kilómetros. Caudalosos arroyos como los de las calles 76, 79, 84 y 91 han desaparecido.
De igual manera, en el caño de la Ahuyama, canal de agua que recibe las descargas de los arroyos del occidente, zona en que se avanza en la canalización de 4,6 kilómetros que acabarán con inundaciones en los barrios como La Luz y La Chinita.
Los trabajos que se ejecutan en la actualidad contemplan que los bordes del caño se hagan en concreto, con el fin de evitar socavaciones. Igualmente, se construirá un dique paralelo al caño, por el costado de los barrios, con el fin de garantizar la contención de las aguas del caño.

El plan maestro en Barranquilla

La tarea que ocupa a los técnicos e ingenieros de la ADI es la elaboración del Plan Maestro del sistema de alcantarillado fluvial de Barranquilla, documento que será entregado en los próximos días.
Esta sería, explica Salah, la hoja de ruta para que se coordinen y programen de manera planificada las inversiones que las administraciones distritales entrantes deben realizar en la ciudad para intervenir los 30 kilómetros de arroyos que faltan por canalizar.
La meta del alcalde Pumarejo es entregarle el próximo año a Barranquilla 15,4 kilómetros de arroyos canalizados, vías nuevas y recuperación del espacio público en cauces que significan un peligro latente para la comunidad.
Aquí se encuentra la canalización del arroyo de la calle 85, entre carreras 47 y 50, el más peligroso del norte de Barranquilla y cuyas imágenes son las que más aparecen en las redes sociales cada vez que llueve. Esta sola obra cuesta 92.000 millones de pesos y se ejecutaría con recursos de la Nación.
Y la canalización del arroyo del Jardín Botánico, en el sur de la ciudad, y que fue en donde el pasado 17 de octubre murió en su corrientes un joven por intentar salvar su moto. El torrente imparable de agua se lo llevó y su cuerpo apareció 24 horas después en un caño.
Estas son las tragedias que se buscan evitar, con un proyecto de canalización que es largo y costoso, y que le apunta a dejar en el pasado la imagen de una ciudad sitiada por los arroyos en las temporadas de lluvias.

Así taparon los 6 arroyos más peligrosos de la ciudad

La Alcaldía de Barranquilla confirmó que lograron canalizar los arroyos que en el último siglo más víctimas han cobrado de las 133 registradas.
Para el de la carrera 21 se ejecutaron 3.000 metros lineales de canalización hasta la calle 52 y en sus afluentes Jardín Botánico y calle 47B.
En los de las calles 75 y 76 hicieron 2.750 metros lineales de canalización y 25.000 metros cuadrados de pavimento. Se encuentra terminada la pavimentación de la calle 76 entre carreras 54 y 43, carrera 43 entre calles 75B y 76, carrera 52 entre calles 76 y 75, calle 75 entre carreras 52 y 45 y ya opera la intersección de la calle 46 con 75.
En el arroyo de la calle 91 ya acabaron obras de tunelación hasta la calle 92 con carrera 51B, con el sistema Pipe Jacking. La canalización total fue de 1.660 metros lineales.
Incluyendo las obras en calle 90 con carrera 64, se pavimentaron más de 9.000 metros cuadrados del sector, entre carreras 65 y calle 57. En el de la carrera 65, que entrega sus aguas al box de la Vía 40 con carrera 65, se canalizaron 2.200 metros lineales desde este punto hasta la calle 62 con carrera 45.
El arroyo de la calle 84 dejo de ser un peligro para transeúntes y vehículos este fue de los primeros en ser canalizados

El arroyo de la calle 84 dejo de ser un peligro para transeúntes y vehículos este fue de los primeros en ser canalizados

Foto:Carlos Capella/El Tiempo

En cuanto al arroyo del sector la Felicidad, hicieron 2.450 metros lineales de box culvert en concreto en la calle 48 entre carreras 54 y 44, carrera 44 entre calles 48 y 51, calle 51 entre carreras 43 y 44, carrera 43 entre calles 51 y 63B, y calle 51 entre carreras 43 y 38. Zonas en las que también se han pavimentado 12.300 metros cuadrados.
Finalmente, en el arroyo Hospital se han canalizado 920 metros cuadrados entre el caño de La Ahuyama y la calle 30.
Se abrieron varios frentes de obra para la reubicación de redes de acueducto y alcantarillado y la reconstrucción del pavimento en concreto rígido, además de paraderos de buses, subterranización de redes eléctricas de baja tensión, postería metálica con alumbrado led, bancos de ductos de telecomunicaciones, bancas y arborización.

Los reparos a los altos costos

El concejal Antonio Bohórquez mantiene abierto un debate en la corporación por lo que considera sobrecostos en la contratación de obras de canalización de arroyos.
Dice que se triplicaron los costos por contratar con tasas muy altas y endeudar a la ciudad hasta el año 2035, además de no cumplir lo autorizado por el Concejo en 2016, que permitía endeudamiento por 7 obras, y contrataron 6. La deuda era de $ 755.000 millones, pero asegura que llegó a $ 1,87 billones.
El Distrito, a través de la ADI, explicó que cuando iniciaron obras, la alcaldía estaba en Ley 550, por lo que se hizo por la modalidad de crédito proveedor, en la que el contratista asume los costos del proyecto y recibe el pago al entregarlo. La intención era cubrir el crédito hasta el 2035 con vigencias futuras.
En el informe de la ADI al Concejo señala que, cuando las obras avanzaban en un 60 %, el Distrito logró salir de la 550, por lo que pudo refinanciar la deuda con los contratistas y conseguir un ahorro de $ 700.000 millones. Y aclaró que la canalización de los 6 arroyos, que ya se ejecutaron y están en servicio, sirvió para cobijar el séptimo, así que no necesitaron canalizar el denominado arroyo de la Base Naval.

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LEONARDO HERRERA DELGANS
Corresponsal de EL TIEMPO en Barranquilla
En Twitter: @LeoHer69
LEONARDO HERRERA DELGANS
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