Alrededor de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad del Atlántico pasó una semana más marcada por anuncios, como los otros tantos que han dado las autoridades en casi cuatro años, desde que parte del edificio se vino abajo.
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Sin embargo, los estudiantes no ven nada concreto. En realidad, lo único concreto es ese material apilado como escombro que está a la vista de ellos, de vecinos y de transeúntes del barrio El Prado, de Barranquilla, donde está ubicado lo que antes era un edificio característico de un área patrimonial.
“No hay nada todavía. Siempre nos piden tres meses (de plazo), pero de tres meses en tres meses ya vamos por cuatro años”, manifiesta a EL TIEMPO el representante estudiantil de la Facultad de Bellas Artes, Junior Villarreal.
Ese patrimonio se derrumbó desde junio de 2017 y, desde entonces, el deterioro avanzó en la infraestructura que queda en pie. Ahora hay paredes quebradas, afectadas por la humedad y salones a la intemperie, porque la cubierta ya no está.
Hay que recordar que la intención de recuperar la edificación tuvo su avance a partir de 2018, tras los paros y presiones que hicieron unos mil estudiantes de Licenciatura en Música, Música, Artes Plásticas, Arte Dramático y Danza, quienes están afectados por el hecho.
Se creó una mesa de concertación y luego el proceso se estancó en los estudios técnicos de conservación integral y adecuación funcional de la estructura.

El interior de Bellas Artes luce como si el tiempo se hubiera detenido allí.
Vanexa Romero /EL TIEMPO
En los estudios técnicos están incluidos los diseños necesarios para la ejecución de las obras. Por ello, el 14 de agosto de 2019 se celebró un contrato por encima de los 300 millones de pesos entre la Universidad del Atlántico y la contratista Yasmeidis Constante Figueroa, según pudo verificar EL TIEMPO.
El objeto del contrato fue el diseño paisajístico y componentes para la recuperación de los espacios de Bellas Artes y el plazo de ejecución de los diseños era de 100 días calendarios, contados a partir de la fecha de suscripción del acta de inicio.
Sin embargo, el 25 de octubre de 2019 se elaboró el acta de suspensión de dicho contrato, considerando que “se dio inicio a la toma estudiantil en las sedes” de la Uniatlántico.
Entre otras razones, se explicó en la suspensión que la toma estudiantil impedía el normal desarrollo de las actividades académicas y en consecuencia el funcionamiento de los procesos de contratación.
Es decir, de ese contrato se ejecutaron 49 días y quedaron pendientes por ejecutar en ese entonces 51 días. Tal cual como quedó registrado en el acta de suspensión, donde acuerdan que la misma no genera sobrecostos para la ‘U’.
Mientras esto se definía, los estudiantes fueron reubicados en otras sedes alternas de la institución y a los alumnos de Música los recibían desde 2017 en la Alianza Colombo Francesa, en calidad de arrendamiento que le costaba a la Universidad más de 151 millones de pesos.
En 2018 hubo otros dos arrendamientos, uno en cada semestre en la misma entidad: el primero superaba los 166 millones de pesos y el segundo, por encima de los 288 millones de pesos.
Tres meses y una semana después de la suspensión, el 5 de febrero de 2020, se formalizó el acta de reinicio, en la que, además, se registró una adición al valor del contrato inicial del 49,8 por ciento (más de 149 millones de pesos).
Asimismo, se adicionó al plazo inicial 60 días calendario para el cumplimiento de la labor. Justificando que “surgieron de la necesidad de contar con la información completa de la sede Bellas Artes para el trámite de los permisos de intervención y restauración”.
Estos estudios consistían en: levantamiento arquitectónico y topográfico, calificación y diagnóstico, proyecto de intervención: restauración integral de bloques 2, 3, 5, 6, 7, 8 y 9, y presupuesto y programación de obra.

Elías Lacouture recibió el apoyo de estudiantes de la UA durante los nueve días de huelga.
Vanexa Romero /EL TIEMPO
Aparentemente, el 2020 era el año de los avances del proyecto para la recuperación de Bellas Artes: la Gobernación del Atlántico informó en septiembre la inversión de 20 mil millones de pesos, de los cuales esta autoridad del departamento aportaba 10 mil millones para la restauración y 2 mil millones para los estudios y diseños.
Por su parte, la Universidad del Atlántico anunció en octubre que había recibido el aval del Concejo Distrital de Patrimonio de Barranquilla para las obras.
Luego de ese paso, se esperaba por parte de la institución pública la radicación de los diseños ante el Ministerio de Cultura para recibir la aprobación que permitiera dar vía libre al proceso de licitación con el fin de elegir una firma constructora.
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Esta noticia nos decepciona, porque el 30 de septiembre, en la oficina de la gobernadora, nos dijeron que el proyecto estaba al cien por ciento
Sin embargo, avanzaba todo menos los diseños. Y sin diseño, no hay aprobación del Ministerio de Cultura para la ejecución de las obras, de acuerdo con las declaraciones del representante estudiantil.
“Esta noticia nos decepciona, porque el 30 de septiembre, en la oficina de la gobernadora, nos dijeron que el proyecto estaba al cien por ciento, pero ahora en 2021 nos salen que del cien por ciento bajó al 70 por ciento y todo el meollo se encuentra en la Oficina de Planeación”, dijo Villarreal.
Esta “inoperancia”, como definen los estudiantes la gestión de las directivas de la Universidad y de la Gobernación, provocó que el joven Elías Lacouture, quien no registra como estudiante de la UA, realizara por nueve días una huelga de hambre en la puerta de la Facultad.
Impulsado por la indignación de ver la suerte de esta Escuela y de otros centros culturales de la ciudad como el Museo del Caribe, el Teatro Amira de la Rosa, el Museo del Caribe, el edificio sin terminar del Museo de Arte Moderno de Barranquilla.
La información que nos da el Ministerio de Cultura es que ellos no han podido dar el visto bueno, porque los diseños que subieron a la plataforma están incompletos
“Esa protesta de Elías sirvió para visibilizar todo lo que está pasando en Bellas Artes, pero no hay nada concreto. Bellas Artes ha estado abandonada desde siempre. El 30 por ciento restante del proyecto se va a realizar bajo la dirección de Katia González, contratada por la Gobernación, con un equipo de Bogotá”, señaló Villarreal, según las razones que ha recibido de la institución.
Hay que tener en cuenta que este último movimiento se dio ante la terminación del contrato, que contaba con pólizas de seguro, con la firma contratada por “incumplimientos”. La medida fue tomada por la Universidad, respondiendo al llamado de la Gobernación.
“La información que nos da el Ministerio de Cultura es que ellos no han podido dar el visto bueno, porque los diseños que subieron a la plataforma del Ministerio están incompletos”, comunicó en ese entonces la Gobernación del departamento.
De hecho, Elsa Noguera, quien funge como presidente del Consejo Superior de la Universidad, aseguró este miércoles 27 de enero que están del lado de los estudiantes y la restauración de Bellas Artes no da espera.
“Vigilaremos la terminación de los diseños para que en tres meses los tengamos aprobados por parte de la Dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura”, expresó la mandataria en sus redes sociales.
A la fecha no se cuenta con ningún registro en la plataforma SIPA de documentos que hayan sido colgados
Sin embargo, EL TIEMPO consultó a la Dirección de Patrimonio de Mincultura qué le hizo falta a esos diseños, pero dicen no tener registros ni de los incompletos.
“A la fecha no se cuenta con ningún registro en la plataforma SIPA de documentos que hayan sido colgados por parte de la Universidad del Atlántico, ni de la firma contratada relacionados con los diseños de la Escuela de Bellas Artes”, aseguró esta dependencia.
La Dirección de Patrimonio explicó que, para dar inicio a la evaluación, los estudios técnicos y el proyecto de intervención deben registrarse de manera completa, conforme a los requisitos establecidos en la plataforma SIPA. De lo contrario, se devolverán al solicitante sin emisión de concepto.

Aspecto de uno de los pasillos destruidos en Bellas Artes.
Vanexa Romero /EL TIEMPO
"En caso de que el proyecto se devuelva con una comunicación del Director de Patrimonio y Memoria, y el solicitante no allegue los documentos requeridos o no realice los ajustes a las observaciones en un plazo de tres meses calendario, se entenderá que desistió de la solicitud", aseguró.
Esta Dirección indicó que, pasados los tres meses, el solicitante podrá presentar nuevamente el proyecto con las observaciones corregidas, pero se radicará como un proyecto nuevo para que inicie el proceso de evaluación.
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Este medio contactó al respecto a la Universidad del Atlántico, pero no obtuvo respuesta.
Mientras tanto, los estudiantes observan con impotencia cómo ese edificio de Bellas Artes que compaginaba en sus mejores épocas con las edificaciones de El Prado ahora se desvanece, como perdiendo la batalla con el avance del tiempo.
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Deivis López Ortega
Corresponsal de EL TIEMPO Barranquilla
En Twitter: @DeJhoLopez
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