Por su hija hizo una pausa en su carrera musical, y justamente por ella regresa. Amparo Sandino recuerda que Tatiana, de 14 años, hace dos le preguntó por qué no volvía a cantar. La propuesta le quedó sonando. Y empezó a hacer gestiones. “Yo tenía contrato con PeerMusic hace 25 años; llamé al presidente, muy amigo mío, y le conté que quería volver. Le propuse una coproducción: que él ponía su dinero y yo ponía el mío, y sacamos Fin de semana, mi primer sencillo”, cuenta.
Sandino, recordada por su trabajo musical en la banda La Provincia, con Carlos Vives, y por su posterior incursión en solitario con temas como Gózate la vida, éxito a finales de los 90, está radicada en Londres con su esposo, el financiero español Ignacio Gomendio, y su hija. Su nuevo trabajo es una mezcla de tropical pop con reguetón, sin dejar de lado el sonido vallenato. “Una bomba atómica”, dice ella de Fin de semana, el sencillo con el que vuelve “a estar en la jugada”.
¿No la asusta retomar su carrera ahora, a los 55 años?
Los 50 son los nuevos 30. Yo ya he chuleado la etapa de la maternidad, pero voy a seguir siendo mamá hasta que me muera, porque es enriquecedor ver crecer a mi hija y crear su propia personalidad y carácter. Pero que uno esté tan encima de ella, como que no. Uno tiene que empezar a dejarlos ir, a soltar. Y es un momento bueno, porque así ambas abrimos nuestros espacios y ella también comienza a entender que yo tengo mi carrera, que ha sido mi trabajo de toda la vida.
¿Por qué dejó su carrera hace 14 años, en su momento de más brillo?
Yo tenía contrato con Warner Music España e iba a sacar el tercer disco, pero tenía que parar. Y lo hice sin ningún remordimiento.
Su momento de gloria coincidía también con un momento personal en que usted ha dicho que estaba cansada de las relaciones de pareja...
Antes de conocer a mi marido (el español Ignacio Gomendio), yo decía: ‘No quiero saber nada más de relaciones’. Solo quería cantar y estar conmigo misma. Y fue cuando lo conocí. Nos encarretamos, y estamos juntos desde 1996. Me di cuenta de que cuanto más agobiado esté uno por algo, menos se dan las cosas. Todo fluye cuando estás relajada.
Fue mamá a los 40. ¿Qué tal la experiencia?
Cuando paré mi vida profesional fue algo natural. Mi mente dijo: ‘¡Se acabó! Vamos a cerrar la puerta un ratito y vamos a ser mamá y a estar en la casa’. Serlo a esa edad, cuando has estado sola tanto tiempo, cuesta trabajo. Pero ver crecer ese retoñito que se vuelve la alegría de la casa te reblandece el alma y el espíritu.
¿Cuál ha sido su mayor momento de crisis?
Cuando cumplí 49 años me dio durísimo, fue como entrar en una dimensión desconocida. Me dije: ‘¡Brutas, ya estoy llegando al quinto piso, qué espanto!’. Yo les temía a los 50 porque a nuestras mamás a esa edad las llamaban y trataban de señoras, y yo no quería eso. Pero hoy estoy contenta conmigo misma. Uno tiene que seguir siendo coqueto y cuidándose. Gracias a Dios, todavía no he pasado por cirugías porque tengo buenos genes.
¿Qué le llama la atención de la nueva movida musical?
El trap me ha sorprendido; hay cosas que me gustan. Y me encanta Maluma, su voz y su swing. Y también me gusta J. Balvin; tiene energía positiva y da mensajes chéveres.
¿Qué les diría a las mujeres que quieren recuperar una faceta de su vida como lo hizo usted?
Que sean fieles a sí mismas, que se quieran y proyecten, que nunca dejen que nadie las invada ni maltrate. Y, sobre todo, siempre echar pa’ lante y estar abiertas al cambio. Cuando tú lo estás, no envejeces. Lo hará tu cuerpo, pero no tu mente porque siempre estarás abierta a lo nuevo.
FLOR NADYNE MILLÁN
REDACCIÓN CARRUSEL @NadyneMillan
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