Ana Sofía Henao (Medellín, 1982) sabe que no es solo el recuerdo eterno de las portadas de cuadernos escolares en las que posaba en vestido de baño. También sabe que es más que una imagen: es una influenciadora. Consciente de ese papel, la paisa decidió hace cinco años imponerse el reto de escribir (pasión que lleva consigo incluso desde antes de ser modelo, en la adolescencia). Desde Anne Rice, la famosa escritora de series de vampiros, hasta Carolina Andújar, una de las autoras más famosas de literatura juvenil en Colombia, Henao dice haber leído "hasta la etiqueta de un champú".
Este año, Intermedio Editores le cumplió el sueño: acaba de publicar Belinda, princesa de fuego, ya disponible en librerías. Se trata de una novela juvenil que mezcla un mundo mágico parecido al de un cuento de hadas (con unicornios a bordo), con el universo contemporáneo de una adolescente.
¿En qué consiste el mundo fantástico de Belinda?
Belinda accede a ese mundo por medio de un libro mágico que ella se encuentra en un baúl de su casa. Junto al tomo encuentra, además, un espejo; cuando se mira en él, se da cuenta de que se ve borrosa. Con eso quería hacer una metáfora: Belinda está confundida, no sabe bien quién es ella (como toda adolescente) y por eso no logra ver bien su rostro en la superficie. Todos los adultos llevamos esa parte de adolescente, somos inseguros, a veces estamos perdidos.
¿Lee literatura juvenil?
Hay un libro que me he leído unas cinco veces que se llama Hija de humo y hueso (2011), de la escritora estadounidense Laini Taylor. Antes de escribir Belinda, princesa de fuego tenía claro que quería apuntarle al público juvenil, así que para hacer el libro empecé a leer y a buscar autores que se dedicaran a lo juvenil y descubrí un mundo increíble, como el de esa autora.
Yo prefiero un tipo de literatura que, más allá del género que sea, cree un mundo y una historia que estén muy bien fundamentados.
Entonces, ¿cuál es su relación con la lectura?
Siempre he pensado que cualquier libro puede ser leído por una persona de cualquier edad. Eso implica un mensaje diferente para cada lector. No por ser un adulto tienes que leer un ensayo. También puedes enriquecer tu imaginación con historias, por ejemplo, infantiles. Si nosotros, los grandes, no tuviéramos prejuicios encima, podríamos ser más creativos en cualquier profesión, sea la literatura, sea médico, cirujano, zapatero…
Es llamativo que este libro tenga un mensaje muy positivo, quizás contrario a autores oscuros como Anne Rice.
Soy un personaje público y quiero dar buen ejemplo de verdad. A través de mi trabajo quiero decirles a los lectores que no importa si quieres ser escritora, modelo, chef, si eres una glotoncita que le fascinan los postres, o una flacuchenta (como me decían a mí)… De todas maneras puedes cumplir tus sueños.
Uno podría considerar que es contradictorio que una modelo les diga a las niñas que se quieran cuando, en la vida diaria, pueden sentirse presionadas a tener que verse como usted: con una ‘figura perfecta’. ¿Se ha encontrado con esa contradicción?
De hecho, no. La gente ve una modelo como algo lejano y realmente todas pasamos por lo mismo: inseguridades, presiones, momentos de duda, de miedo. A mí me decían: “¿Que vas a ser una modelo escritora? ¿Y cómo?”. Y yo respondía: “No importa, yo quiero, yo puedo y lo voy a hacer”. No digo que yo haya logrado ya conocerme, pero si logras superar todos esos miedos y el qué dirán y aceptarte, puedes hacerlo todo.
MARÍA EUGENIA LOMBARDO
Redacción CARRUSEL@puntoyseacabo
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