Ágatha Ruiz de la Prada siempre encuentra una buena excusa para visitar Colombia. Esta vez fue la apertura de su primera tienda en Bogotá (en el centro comercial Unicentro) que también es la primera en Latinoamérica. Original y excéntrica, nada dulce, según ella misma se define, la diseñadora española es un ícono de la moda en su país.
Hablamos con ella durante su viaje relámpago, pocos días después de que se conociera su separación, tras treinta años de matrimonio, de Pedro J. Ramírez, exdirector del diario El Mundo. Ruiz de la Prada dice que ve la vida en fucsia y rosa mexicano. Confiesa que cree en Dios, que le teme a la muerte y que con la llegada de Trump al poder se impondrá la moda 'hortera' (ordinaria).
¿Qué significa la apertura de esta tienda?
Me alegra tanto que sea en Colombia, porque yo tengo una relación muy especial con este país. Hace muchos años hice algo con el Éxito a lo bestia. Aquí he tenido hasta ocho fabricantes, pero no había tenido un sitio donde se vendiera todo y desde el que se pudiera vender también por Internet.
¿Cómo se concretó la idea?
A Natalia Muñoz, que es una diseñadora de moda bogotana, la conocí en un viaje reciente a Colombia, pero me hice más amiga de su mamá, que es más de mi edad. Y luego la conocí a ella, hablamos y dicho y hecho. Ellas son las dueñas del local.
Si tuviera que definirse, ¿qué diría?
Soy una mujer que lleva muchos años trabajando y hace lo que piensa y dice. Soy una diseñadora bastante coherente. Y como mujer también. No soy nada dulce. Vengo de una familia donde tener conversaciones era importante. La verdad es que la gente que tiene poca conversación es muy aburrida.
¿Qué tan cierto es que en sus inicios le avergonzaba vender?
A mí me han gustado las tiendas mucho. Cuando empecé en esto era muy buena vendedora y hubo una época en la que me puse muy de moda, pero me avergonzaba estar en la tienda. Imagínate, ¡qué idiota! ¿Por qué me daba vergüenza si no hay ninguna sensación tan fuerte como la de vender? Te produce una adrenalina impresionante. Vender es lo más divertido del mundo.
Incluso ha hecho grandes amigos a partir de una venta...
Sí, mis mayores amigas las he hecho en esto. Al final digo que quien es amigo mío se pone mi ropa, porque la persona que de verdad te quiere es la persona que lleva tus cosas. Las mejores amigas que tengo las he sacado de mi relación de clientas.
¿Por qué le da tanta importancia a que un diseñador permanezca tiempo en sus tiendas?
Cuando estoy en mis tiendas es cuando me doy cuenta de cómo es el público, de qué es lo que quiere y lo que no. Yo me paso la vida en mis tiendas de París, Milán y Nueva York. A la de Madrid, la verdad, no voy mucho.
¿Qué trucos tiene para vender?
Yo creo que la venta es un momento mágico. Hay días que estás como tonto, o lo que sea, y no vendes. Y hay otros que estás sensacional y vendes. No sé por qué pasa eso.
¿A quién le sacó esa fascinación por los colores vibrantes, llenos de vida?
Juan Urruela, el padre de mi abuela, era de Guatemala. Yo creo que a mí me viene de por ahí. Otra explicación no hay. Yo tengo una familia grandísima, como de 400 personas a las que no conozco, pero que conoceré en breve, cuando viaje a Guatemala.
¿De qué color ve la vida?
Para mí, es el fucsia o el rosa mexicano. Me encanta desde pequeña. Yo creo que el mundo de la moda está dividido entre los que les gusta el fucsia y los que les gusta el negro. Son los dos grandes colores de la moda. Y yo soy del primero.
¿Qué es lo más atrevido que ha hecho?
Ni idea. Tengo muy mala memoria.
¿Cuál es su balance del 2016?
Ha sido un año muy intenso. Todavía no te puedo hacer un balance.
¿Qué hace el 31 de diciembre?
Para mí, el 31 es como si fuera un cambio total. Trabajo muchísimo hasta el final y, de verdad, es como si hubiera un abismo.
¿Y en Navidad?
Me acabas de recordar que no he hecho nada en mi casa. Yo siempre le dedico muchísimo a esta época, pero le dedicaba más tiempo cuando mis hijos estaban pequeños. Ahora tienen 29 y 25, o sea que ya la ilusión se fue. Además, hago de todo: árboles navideños, Belenes... Alguna vez hicimos las luces de Navidad de todo Madrid y estuvieron por años. Era precioso. Yo abría la ventana y a lo largo de la calle se veía la decoración. Era como si la ciudad fuera mía.
¿Cómo es el proceso de elaboración de sus perfumes?
La verdad es que tengo la suerte de trabajar con una gran empresa como Puig, que tiene un equipo bestial. Me ayudan mucho, porque con todo esto que estoy haciendo en Latinoamérica sería imposible.
El concepto de la edad ha cambiado en los últimos tiempos, incluso hay redefiniciones. ¿Qué siente al estar en la década de los 50?
Estoy en un momento interesante de mi vida en el que les estoy más o menos pasando la compañía a mis hijos. Al mayor lo he nombrado director general de la marca a nivel mundial, y mi hija, Cósima Oliva, es la imagen de todo. Ellos me están ayudando mucho, pero yo sigo trabajando igual. En vez de quitarme trabajo estamos trabajando más.
Es un voto de confianza...
Mis hijos estudiaron historia, entonces ven la moda desde un punto de vista intelectual. Es muy interesante. Mi hijo trabajó siete años con Inditex Zara, que ha sido una excelente universidad. Ha estado en China, India, París... Estoy muy tranquila y feliz de que esté aquí.
¿Para usted, cuál es la etapa más interesante en la vida de una mujer?
Todas. Me parece interesantísimo todo lo que aprende un bebé o una niña pequeña. La más difícil quizá sea la adolescencia, pero todas son muy interesantes.
¿Qué es la moda para Ágatha?
La moda es la pera.
¿Cuáles son esas prendas que jamás usaría?
Abrigos de piel de animales, cosas negras o muy bling bling, con muchas joyas. Aunque se pondrá de moda todo lo hortera con ese cambio que hemos tenido en el planeta. Con la nueva familia que llegará a la Casa Blanca vendrá una estética contraria a la ecológica, que es lo que me gusta.
¿Y qué opina de eso?
Estamos asustados; es que yo era muy fan de Hillary Clinton. Me gusta desde hace 20 años porque es una mujer extraordinaria; ha luchado, tiene inteligencia y preparación… Sus ideas… Me encantaba.
¿No valdría la pena darle el beneficio de la duda a Trump?
No sé. No esperaba que estuviéramos así.
¿En qué es escéptica?
Yo estoy muy en mi mundo, en lo que me divierte.
¿Cuáles son sus planes para el 2017?
Yo llegó hasta el 31 de diciembre del 2016, ya luego me dejo sorprender. De momento, que yo sepa, en enero voy a hacer un desfile en Valparaíso, Chile, porque me han invitado.
¿La mejor lección que ha recibido?
Lo bonito de la vida es aprender siempre, como lo hacen los médicos o los abogados. Mi padre, por ejemplo, era un gran arquitecto, le gustaba muchísimo el arte, y con él aprendí mucho.
Usted se declara enamorada de Colombia. ¿Recuerda su primer día aquí?
Sí, lo recuerdo como un viaje maravilloso. Lo que no te puedo decir es exactamente el año. Creo que fue en el 2007, pero no dejo de pensar cómo tardé tanto en venir a Colombia. Cuando dicen que Miguel Bosé es hijo adoptivo de este país me dan muchos celos (risas).
¿Por qué le gusta tanto este país?
Es una cosa instintiva.
FLOR NADYNE MILLÁN M.@NadyneMillan
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