La vía entre Bogotá y Villavicencio está atravesando una de sus más difíciles etapas de los últimos tiempos por cuenta de una serie de deslizamientos que han bloqueado, desde hace tres días, el paso y han dejado atrapados en la orilla de la carretera a cientos de personas que tratan de llegar a sus destinos.
Los derrumbes más graves se han reportado en el kilómetro 58 y en el 64 con 200 metros, donde máquinas excavadoras y volquetas de Coviandes, la concesionaria a cargo de la vía, han trabajado incansablemente por abrir el paso.
Mélida Trujillo, una mujer que vive en Villavicencio, pero que viajó el fin de semana pasado a Bogotá para llevarle unas cosas a su hijo que estudia allí, quedó detenida el martes a las 9 a. m., cuando volvía a su ciudad de origen.
“Yo tomé un bus en el terminal de Bogotá, pero nos quedamos atrapados en el peaje del Naranjal. Nos tocó pasar la noche dentro del bus y tuve que caminar como 40 minutos para encontrar algo de comida”.
En la vereda Limoncito, del municipio de Guayabetal, una comerciante se lamentaba de la situación, que le ha generado serias pérdidas económicas no solo a ella, que vende comida, sino a su comunidad, que depende en gran medida de los productos agrícolas.
“La gente sufre con sus verduras, con los productos que sacan al mercado, porque no hay vía”, relató.
Alexánder Álvarez es precisamente uno de los conductores que transporta los productos de esta región, pero que no había podido hacerlo por los cierres. Álvarez quedó a pocos metros del kilómetro 58, cuando iba a recoger 700 unidades de plátano en Guayabetal.
“Vengo de Bogotá con empaque y voy a cargar, no podemos hacer más que esperar. Estoy desde el martes, a la 1 de la tarde. A veces no hay comida, hoy no hemos tomado ni siquiera un tinto”, dijo antes de comentar que los derrumbes en esta zona del país, en época de invierno, son comunes.
Las autoridades lograron habilitar este miércoles el cruce parcial de los vehículos de todo tipo y tamaño, que permanecían entre el peaje el Naranjal y Pipiral.
Con esto, cientos de personas, entre ellos Mélida y Alexánder, lograron seguir adelante.
El coronel José Ricardo Archila, comandante de la seccional de Tránsito y Transporte de la Policía de Cundinamarca, indicó que se logró liberar un tramo de aproximadamente seis kilómetros.
Sin embargo, las alertas de Coviandes continúan por la posibilidad de que ocurran más derrumbes, como uno leve que se registró en el kilómetro 58 a las 2:30 de la tarde.
“Desde tiempo atrás, Coviandes viene realizando actividades de mitigación y de control sobre la ladera del kilómetro 58, la cual presenta una inestabilidad geológica agravada por factores ajenos, en especial, las actividades industriales de terceros sobre la meseta de Mesa Grande, que afectaron los suelos impidiendo la adecuada absorción de las lluvias y el flujo natural de las escorrentías”, explicó sobre la situación Coviandes.
Durante la tarde de este miércoles se había habilitado el paso de vehículos, principalmente camiones de carga, que estaban represados a la salida de Bogotá, en el kilómetro cero y en el 82.
En los puntos de la emergencia, se permitió el uso de la vía alterna, bajo guía del personal.
La concesionaria explicó que este jueves, a las 11:30 a. m., realizará una rueda de prensa en la que se espera que aclaren la situación que está afrontando la vía Bogotá-Villavicencio, y anuncien cuándo volverá a la normalidad esta importante carretera.
ÓSCAR MURRILLO