Aunque la mayoría de las movilizaciones que buscaban agilizar los Acuerdos de Paz de este mes sucedieron sin ningún tipo de disturbio, la estatua de Américo Vespucio, ubicada en la calle 98 con 7.ª, fue vandalizada, al parecer por manifestantes indígenas.
Por lo menos así lo indica su placa, sobre la que fue pintada una whiphala o bandera multicolor que simboliza las etnias nativas de Latinoamérica. Pero también lo prueba el cuerpo del cartógrafo italiano, que fue bañado con pintura roja, así como parte del mapa de América que integra todo el monumento.
“Se entiende que los manifestantes traten de denunciar el maltrato que han sufrido los pueblos indígenas desde el descubrimiento del continente hasta este siglo. Los indígenas son una población vulnerable, pero este tipo de acciones, o de insultos al patrimonio de la ciudad, no ayudan a lograr la paz”, dijo Mauricio Gutiérrez, vecino de la calle 98, en Chapinero.
En vista de este claro daño a un bien de interés cultural, EL TIEMPO ZONA alertó al Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC), entidad encargada de su mantenimiento, para adelantar una posible restauración o borrado de la pintura con que fue afectado.
“Constatamos que la estatua de Américo Vespucio fue vandalizada el pasado 4 de octubre. Sin embargo, en este momento no se puede estipular una fecha para su arreglo, ya que el presupuesto de esta obra se asignará hasta el 2017”, afirmó el IDPC.
Además, la entidad explicó que la restauración de la estatua llegaría a tener un costo de entre 10 y 30 millones de pesos, dependiendo de los daños, mientras que el borrado de los rayones con aerosol, que afectan al Américo, podría costar unos cinco millones de pesos, como mínimo.
(Vea también: infografía del vandalismo en Bogotá)
Desde su instalación en 1987, por petición de la Sociedad de Mejoras y Ornato, en ese entonces encabezada por el historiador Germán Arciniegas, la estatua de Américo Vespucio ha sufrido por lo menos 10 mutilaciones, entre las que se cuenta la cabeza, en el 2010. Esto, según información entregada hace algunos años por el autor de la estatua, Octavio Martínez Charry, al IDPC.
Además, el globo terráqueo que hoy sostiene esta imagen del cartógrafo italiano no es el original, ya que fue robado en el 2010 y luego reemplazado por uno hecho de varillas de metal, que no corresponde con el primer diseño de esta pieza.
Martínez Charry, según lo registrado por el IDPC, contó que en una ocasión un habitante del barrio El Chicó pagó a un fabricante de lanchas para hacer un arreglo del monumento, que estaba hecho en fibra de vidrio, material con el que también se trabajan los botes; sin embargo, en vez de mejorarlo, contribuyó a su mal aspecto, y “fue una falta de respeto”, expresó el autor en un documento entregado a Patrimonio Distrital.
Con todo esto, en el 2014, Martínez Charry se vio en la tarea de reemplazar el cuerpo completo del Américo y rellenarlo con cemento.
No obstante todos estos arreglos, la estatua sigue vandalizada, sobre todo porque no goza de ningún tipo de vigilancia; se encuentra en un sector poco transitado para peatones y tampoco tiene buena iluminación, lo que la transforma en un punto para el consumo de drogas.
A la luz de todos estos daños, el IDPC declaró a principios de este año que el monumento de Américo Vespucio se encuentra en riesgo inminente de pérdida o destrucción y su valor histórico puede verse comprometido si sigue siendo objeto de vandalismo y rayones.
(Además: Los muros de Bogotá están Indefensos ante los vándalos del aerosol)
“Es otro patrimonio olvidado de la localidad y que podemos perder. Hace unas semanas, EL TIEMPO ZONA denunció lo mismo con el Gandhi de la calle 100 con carrera 7.ª, pero ni el Distrito ni los vecinos hacemos nada. Es un panorama triste. Este tipo de acciones o de insultos al patrimonio de la ciudad no ayudan a lograr la paz en Colombia”, expresó Mauricio Gutiérrez, habitante del barrio El Chicó.
PABLO ARCINIEGAS
Redacción EL TIEMPO ZONA
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