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Bogotá

Cicatrices y lecciones: un año del asesinato de Javier Ordóñez

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El homicidio del taxista generó un amplio rechazo que se convirtió en un estallido social.

Óscar Murillo
En una finca. Inmóvil. Dependiendo de su mamá. Lejos de los sueños que lo tuvieron viviendo solo en Bogotá, saliendo adelante. Así está hoy Manuel Antonio Fernández, un joven que tenía 26 años el día que su vida cambió para siempre. Era deportista, le gustaba el ciclismo y el golf, aunque no lo practicara con tanta regularidad. Dependía de él mismo.
La noche del 9 de septiembre del 2020, hace un año, cuando la ciudad ardía después del estallido social que detonó el asesinato del taxista Javier Ordóñez en el CAI Villa Luz de Engativá, Manuel Antonio decidió salir a las inmediaciones del CAI Verbenal, en Usaquén, a unirse a las manifestaciones.
“Como a las 6:30 p. m. empezaron a llegar refuerzos de la policía porque un grupo de gente estaba al frente del CAI tirando fuego y cosas a las ventanas, y pues allí empezó a llegar la gente del barrio por publicaciones de Facebook. Y llegó mi hermano y muchos conocidos cuando ya estaban calentándose las cosas. Pero los policías estaban lejos de los manifestantes y mi hermano estaba detrás de una caneca de basura cuando empezaron los tiros, y pues uno de los tres primeros tiros impactaron a mi hermano en el pulmón derecho y atravesó la médula”. Habla Luisa Acevedo. Hermana.
Lo único que sabe la familia es que hasta hace un mes funcionarios de entidades distritales se acercaron a ellos. Ni la Policía, ni la Fiscalía han preguntado cómo siguió Manuel o han informado en qué van las indagaciones. Están convencidos de que fue un uniformado, y exigen justicia en un caso que tiene abierta la investigación, pero al que ya le cambiaron el fiscal una vez.
Protestas en CAI Villa Luz

Protestas en CAI Villa Luz

Foto:Néstor Gómez. EL TIEMPO

Este joven fue uno de los 72 heridos con armas de fuego que resultaron de los tres días de manifestaciones. El balance final: 10 muertos, entre ellos una mujer que fue arrollada por un bus del SITP que había sido robado por vándalos; 112 disturbios, 12.000 personas protestando, 38 CAI vandalizados y 37 incinerados, 216 policías y 305 civiles heridos. Unas noches trágicas.
“Considero que lo que sucedió en Bogotá respondió a una manifestación espontánea de indignación, solidaridad con la víctima, Javier Ordóñez, y el rechazo al abuso policial en Bogotá”, explica Andrés Idárraga, quien para ese momento era el director de Derechos Humanos de la Secretaría Distrital de Gobierno.
En su opinión, el volumen de protestas que iban surgiendo de manera natural en diferentes lugares sobrepasaron la capacidad de los equipos especializados como el Esmad y la fuerza disponible. Esto, entre otras razones, habría generado reacciones desmedidas de policías de vigilancia que terminaron atendiendo una jornada de manifestaciones violentas sin tener la información, ni el entrenamiento ni los instrumentos necesarios.
“En cualquier escenario no puedes justificar el accionar de la policía. Una cosa es que usen armas de fuego para disuadir, pero lo que está en imágenes de redes sociales es que la policía apuntó con sus armas al cuerpo de los manifestantes y por eso es importante hacer la diferencia, la policía no disuadió, atacó”, señaló Idárraga, quien agregó que estos sucesos obligaron a que en las marchas siguientes la Policía haya ajustado los protocolos para mitigar la violencia. La propia alcaldesa de Bogotá, Claudia López, ha destacado que pese a las movilizaciones que se han presentado en la ciudad después de estos hechos, no se ha vuelto a registrar un caos como el de aquella vez.

Así va la justicia

Sobre el caso de Javier Ordóñez, el patrullero Juan Camilo Lloreda fue condenado a 20 años de prisión tras lograr un acuerdo con la Fiscalía. Harby Damián Rodríguez Díaz, el otro involucrado, se encuentra afrontando la etapa de juicio.
Por lo ocurrido durante las noches posteriores, la Inspección General de la Policía Nacional inició 97 procesos disciplinarios contra 108 uniformados (92 de los procesos a partir de la información recopilada en fuentes abiertas y medios de comunicación y cinco por quejas recibidas). Es decir, en el 95 por ciento de los casos se dio apertura a dichos procesos por iniciativa de la misma Policía.
“Resultado de las actuaciones disciplinarias se establece que ocho de los procesos se encuentran vigentes y 89 fueron cerrados. De estos últimos, en total 10 terminaron con responsabilidad para 18 policías, que fueron sancionados; en 68 de los procesos no se determinó responsabilidad por falta de elementos probatorios que permitieran formular cargos contra integrantes de la institución, y la Procuraduría aplicó su poder preferente en 11 de los casos”, explicaron desde la Institución.
Protestas en el CAI Villa Luz este miércoles.

Protestas en el CAI Villa Luz este miércoles.

Foto:Néstor Gómez. EL TIEMPO

Por su parte, en la Fiscalía explicaron que ante jueces de la República han sido presentados tres uniformados que estarían relacionados con cuatro asesinatos. Además, que hay otras 11 investigaciones en curso, pero hasta ahora ninguna condena.
La alcaldesa se refirió a esto  en una rueda de prensa. “Un año después tenemos un balance muy doloroso y de muy poco avance para dar justicia en estos hechos. Me he reunido con las familias. La Alcaldía se comprometió a hacer un informe de memoria que vamos a presentar a finales del mes de octubre y a hacer un acompañamiento a las familias”, concluyó.
Para Néstor Rosanía, director del Centro de Estudios en Seguridad y Paz, el asesinato de Ordóñez generó una fractura entre la sociedad civil y la policía que se desprendió en hechos de violencia que incluso fueron de alcance nacional.
“Se creó un movimiento que va a exacerbar todas esas dificultades y sin sabores que tiene el colombiano de a pie frente al Gobierno, la Fuerza Pública y frente a cómo se está manejando el Estado, a partir de aquí vamos a tener hechos que van a genera el gran estallido social que hemos vivido este último año”, analizó Rosanía.
Desde hace varios días se han estado promoviendo  plantones y protestas en diferentes lugares de la ciudad para conmemorar un año del caos que se convirtió en tragedia en Bogotá.
ÓSCAR MURILLO Y JUSTICIA
EL TIEMPO
Óscar Murillo
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