¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Bogotá

‘Tuve todos los síntomas, pero no sé si tengo coronavirus’

Foto:AFP

no es hora de callar

No es hora de callar

Hace dos semanas, Ruby llegó al país proveniente de Estados Unidos. Tuvo fiebre, tos y malestar.

User Admin
El 16 de marzo a las 9:45 p. m. aterrizó en el aeropuerto internacional El Dorado uno de los cientos de vuelos que, en ese entonces, seguían entrando a Colombia. Desde Nueva York hasta Bogotá un avión dejaba a 250 pasajeros. Todos debían confinarse durante 14 días.
En ese vuelo llegó Ruby, quien venía a Bogotá desde Elizabeth, una ciudad en Nueva Jersey que hasta el pasado sábado, 28 de marzo, reportó 11.124 personas contagiadas de covid-19. Su regreso a Colombia estaba programado para el 19 de marzo, pero dadas las circunstancias y la posibilidad de que cerraran las fronteras aéreas, se adelantó tres días.
“¿De qué vuelo viene? ¿El de Nueva York o el de Italia?”, le preguntaron en el aeropuerto, pues se esperaban vuelos de ambos destinos. Sin embargo, el protocolo de El Dorado se adecuó, según cuenta, para que los aviones no aterrizaran al tiempo y, por tanto, los pasajeros no se cruzaran.
Le tomaron la temperatura y le hicieron firmar un documento en el que registraba la ciudad desde la que viajó, así como la dirección del lugar en el que pasaría la cuarentena obligatoria. Migración Colombia le dijo que alguien podría ir a verificar que estaba cumpliendo con el confinamiento.
Como ella, los demás pasajeros salieron del aeropuerto rumbo a sus hogares en el medio del transporte que quisieran. “No me preguntaron ni dijeron nada más. Fue más o menos ‘váyase para su casa y usted ya sabe cómo tiene que cuidarse’ ”, dice Ruby.
Dos días después empezó a sentirse mal. Tuvo fiebre. Luego llegó el malestar en la garganta y, por último, la tos. Era miércoles. Se levantó extrañada, con la sensación de que algo le pasaba a su cuerpo. Luego comprobó que su temperatura superaba los 37 grados. Entonces llamó a su EPS, pero no recibió respuesta positiva, pues, como no había hecho el último pago a salud, no recibirían su caso. “En la EPS me dijeron que no venían a visitarme porque no tenía pago el mes. Como yo estaba viajando, pues no había pagado”, comenta.
Pudo hacer el aporte hasta el viernes, solo para recibir una respuesta que la llenó de más angustia: Famisanar podría atenderla hasta el siguiente miércoles. “El pago se hizo el viernes, y me dijeron que no, que hasta el miércoles me atendían. Imagínese, eso son cinco días más”, cuenta Ruby mientras recuerda la zozobra de las últimas dos semanas.
La EPS dispuso en su portal web una pestaña para responder preguntas sobre la covid-19. A la duda de si cualquier persona puede realizarse el examen responde que no hay suficientes pruebas para hacerlo a toda la gente, por lo que solo se harán test a quienes tengan síntomas relacionados con la enfermedad, como fiebre, tos seca, dificultad para respirar o congestión nasal; o que hayan tenido contacto con personas de países en donde hay casos de covid-19 o que hayan dado positivo a la prueba.

En la EPS me dijeron que no venían a visitarme porque no tenía pago el mes. Como yo estaba viajando, pues no había pagado

Ruby tuvo fiebre y malestar en la garganta. No tenía congestión nasal u otro síntoma similar al de una gripa. Además, estuvo en Estados Unidos, país con numerosos casos de coronavirus. Aun así, se negaron a atenderla por falta de pago.
Ante tal situación, y siendo consciente de que venía del extranjero y podía ser una potencial portadora, Ruby recurrió a su nuera. Pensó que a través de ella y sus contactos en el sector de la salud podría encontrar una respuesta a su incertidumbre, pues sería más sencillo que alguien la visitara para hacerle la prueba. Llamó a un médico particular que tampoco la atendió por las mismas razones que le dieron cuando se comunicó con las líneas institucionales, para reportar un posible contagio. En ambos casos recibió otra respuesta negativa: no le harían el test porque manifestó no tener los típicos síntomas de gripa, aunque sí fiebre y dolor de garganta.
Tampoco la contactó nadie de Migración Colombia. “Nunca enviaron a nadie, ni llamaron. Esta es la hora en la que no dijeron nada”. En vista de no tener ayuda ni respuesta de nadie, Ruby reportó el caso ante la Superintendencia de Salud, pero no recibió una solución.

Me dio depresión, me puse a llorar mucho al saber que no hay nadie. Uno sabe que las entidades están muy ocupadas con todo, pero sí deberían tener unas personas disponibles para atender estos casos...

Lloró durante dos días. “Me dio depresión, me puse a llorar mucho al saber que no hay nadie. Uno sabe que las entidades están muy ocupadas con todo, pero sí deberían tener unas personas disponibles para atender estos casos de personas que llevamos una cuarentena y que estamos en el foco de ser probablemente portadores del virus (...). Y además que entran al país con esta incertidumbre”, relata.
En efecto, estaba sola. No solo las autoridades no le daban respuesta, sino que pasó los primeros días de la cuarentena aislada y sin compañía en un apartamento. Para tratar el malestar tomó infusiones de hierbas y mezclas con bicarbonato. No se atrevió a automedicarse con medicinas. Su hijo le dejaba la comida en la puerta del apartamento y, cuando él se iba, ella salía y la recogía.
“Gracias a Dios, ya estoy mejor. Los síntomas ya pasaron”, repite una y otra vez con alivio. Luego de 10 días de haber presentado fiebre y malestar en la garganta, estos desaparecieron. Sin embargo, sin una prueba todavía es incierto que pueda estar incubando el virus o sea una de las personas que, pese a no tener síntomas graves, sí está contagiada.
Y se repite algo que es cierto en este momento: “Como yo, ¿cuántas personas están en el filo de la incertidumbre, esperando que alguien les practique la prueba que descarte un posible contagio? ¿Cuántas de estas están infectadas y sin un test que lo verifique?”.
Ahora, su mayor incertidumbre es saber cómo retomar sus actividades, pensando si tuvo o no covid-19 y si puede contagiar a alguien.
LAURA TORRES
NO ES HORA DE CALLAR
User Admin
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO