Hay preocupación entre arquitectos y conocedores de lo que alguna vez fue el gran sistema ferroviario del país por la línea férrea que conduce de Facatativá a Girardot. Un tramo de esta línea de 132 kilómetros, declarada bien de interés cultural (BIC) por el Ministerio de Cultura a través de la resolución 0800 de 1998, hoy es intervenido en el marco del proyecto Vive Colombia ‘Vías verdes de Colombia’, desarrollado por el Invías e impulsado por el mismo presidente Iván Duque.
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‘Vías verdes’ es, en esencia, un proyecto que, según el Invías, busca reactivar y proteger tramos de red férrea inactiva a través de usos alternativos como ciclorrutas para el biciturismo. En total, ‘Vías verdes’ invertirá 242.000 millones de pesos en recuperar 366 kilómetros de líneas férreas en seis corredores ubicados en cinco departamentos: Cundinamarca, Huila, Caldas, Quindío y Antioquia. Ahora, el corredor donde se adelantó el proyecto piloto de ‘Vías verdes’ fue, precisamente, un tramo de 50 kilómetros entre Facatativá y La Mesa, que pertenece al Facatativá-Girardot, el mismo que tiene protección patrimonial. El proyecto, como indica la Dirección de Patrimonio y Memoria del Ministerio de Cultura, tiene su concepto técnico favorable desde marzo de 2021.
Los trabajos sobre el corredor Facatativá - La Mesa se ejecutan a través del contrato 854 de 2021 y abordan dos frentes de obra principales: la creación de una ciclorruta de 50 kilómetros a lo largo de la franja de vía de esta línea férrea y acciones de mantenimiento y reparación de infraestructura de los campamentos férreos de Facatativá y de estaciones férreas ubicadas en Facatativá y Zipacón.
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Las denunciasHoy, la primera parte –la ciclorruta– es la que está bajo la lupa de algunos sectores. ¿Por qué? Si bien la ciclorruta, en buena parte de los tramos, se construye de forma paralela a la vía férrea, sin afectar rieles ni traviesas (como lo verificó este diario en el inicio de la vía verde, en Facatativá), en otros puntos, según denuncian los arquitectos y conocedores de la historia férrea nacional Jaime Ortiz y Eduardo Uribe, se está cruzando la ciclorruta sobre la vía férrea.

Inicio de la Vía Verde Facatativá - La Mesa. Este es un ejemplo de intervención en la que la ciclorruta no riñe con la vía férre.
Ana Puentes
“Perfectamente pueden compartir espacio (ciclorruta y vía férrea), pero conservando lo que hay. Pero ¿qué está pasando? Que cuando ven el espacio reducido para hacer la ciclorruta de manera paralela, se montan encima y dejan enterrada la línea férrea”, asegura Ortiz, quien de hecho fue la persona que promovió la declaratoria BIC de esta vía. Ortiz, por cierto, es uno de los creadores de la ciclovía.

Denuncias de daños a la vía férrea Facatativá - Girardot
Cortesía de Eduardo Uribe
Ortiz anota otra intervención que, dice, está afectando la integralidad de la línea: “Hay otros tramos en los que la ciclorruta va en paralelo pero la confinan, en un lado con los bordillos de concreto y en el otro, con el mismo riel del tren: entonces, las traviesas quedan debajo de la base estabilizada (material con el que se ‘rellena’ la ciclorruta’). Y el día que haya que recuperar la vía tienen que romper eso”. Agrega que, incluso, en unos tramos, los rieles han sido hurtados; pero, pese a todo, insiste: “Aún estamos a tiempo de arreglar el problema si lo entendemos, este patrimonio aún tiene salvación”.
De otro lado, Uribe, quien tiene una finca en el municipio de Cachipay y ve pasar la llamada vía verde en una zona cercana a su predio, le compartió a este diario pruebas fotográficas en las que, afirma, se evidencian los daños a la vía férrea. “Hay algunos ítems de los contratos que favorecen el corredor férreo con limpiezas, despejes de derrumbes, arreglos de drenajes, señalizaciones, entre otros, pero hay otros tramos donde a la ciclorruta se le dio el imperativo categórico sobre la carrilera, dejándola inhabilitada en algunos sitios. Esos puntos se ven en Cachipay, Zipacón y Anolaima”, describe Uribe, y también hace un llamado al Invías para hacer los ajustes pertinentes y no eliminar el derecho de vía.
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Ahora, estas no son percepciones de Ortiz, Uribe y otros ciudadanos que se han comunicado con este diario para alertar sobre la situación. EL TIEMPO conoció una comunicación que el Ministerio de Cultura dirigió el 19 de mayo a la subdirección de red terciaria y férrea del Invías en la que se rinde un informe de una visita técnica hecha el 2 de mayo a esta vía verde. En esa visita, dos arquitectos verificaron las denuncias hechas, comprobaron que existían e hicieron recomendaciones:
"- En inmediaciones del km 45, se verificó que la vía férrea desafortunadamente presenta dificultades en la medida en que parte de los rieles han sido objeto de hurto y vandalismo. No obstante, en obra se han estado realizando labores de reposición de los diferentes elementos desaparecidos. En ese orden de ideas, atentamente le solicitamos que se tenga en cuenta al momento de la instalación, la importancia de que la vía férrea continúe teniendo características técnicas similares a las originales.
- En otros tramos de la vía férrea, se observó que el sendero peatonal se ubica sobre la misma y no deja suficientemente expuestos los rieles para que mantengan su funcionalidad. Por tanto, se requiere liberar parcialmente los rieles con el objeto de mantener su utilidad.
- En algunas partes, el sendero peatonal utiliza a manera de contención y en reemplazo del bordillo de concreto, la vía férrea misma. Lo anterior, se considera inapropiado en la medida en que la compactación puede desplazar los rieles y asimismo, en el futuro la utilización de los rieles puede afectar el sendero. De manera que, se requiere independizar el funcionamiento del sendero, de la vía férrea como tal".
El Ministerio finaliza su informe solicitando “realizar todas las previsiones técnicas necesarias, con el fin de garantizar que en el futuro cercano se pueda desplazar por la vía férrea un carro motor con fines turísticos, tal como lo ha solicitado la ciudadanía”.
De acuerdo con Uribe, “esta vía férrea fue la que abrió el camino para que Santa Fe de Bogotá se conectara con su época contemporánea. Sin este ferrocaril, le hubiera sido imposible empezar todo su ciclo de desarrollo: esa vía del tren la conectó a nivel cultural, industrial y de desarrollo económico con el exterior”. Y da una explicación sencilla: esta vía, en su extremo inicial en Facatativá hacía empalme con la vía férrea Bogotá - Facatativá (que parte de la estación de la Sabana, en Los Mártires) y, en su extremo final, en Girardot, empalmaba en el río Magdalena, donde la carga y los pasajeros continuaban sus recorridos por vía fluvial a bordo de los barcos de vapor hasta llegar a Barranquilla y, de ahí, continuaban su viaje por aguas internacionales. De otro lado, Uribe asegura que este corredor fue el detonante de un mercado inmobiliario de haciendas, hoteles y casas de descanso en la provincia del Tequendama (Cundinamarca).
Además, este fue uno de los corredores más complejos de construir en el país: se propuso desde mediados del siglo XIX, pero no fue sino hasta finales de ese siglo y principios del XX. Todos los detalles de la larga y tortuosa cronología de múltiples intentos por construir y dotar este corredor férreo están consignados en el libro ‘Nos dejó el tren’ de Gustavo Pérez Ángel.
En uno de los documentos técnicos de soporte del proyecto, el mismo Invías indica que “esta vía atraviesa 9 municipios, uniendo (25) estaciones del ferrocarril declaradas BIC del Ámbito Nacional mediante decreto No. 0746 del 24 de Abril de 1996. Posee el único tramo en zig-zag que hay en el país e incluye importantes obras de ingeniería como el túnel de Zipacón, y el puente de Girardot sobre el río Magdalena, entre otros”.
Precisamente, Ortiz ya ha comprobado que por este corredor férreo pueden correr máquinas pequeñas y ligeras para el transporte de turistas y locales a baja escala. Y no es una idea, Ortiz ya la implementó y parte de esa gestión fue galardonada con el Premio Bienal 2002 de Recuperación del Patrimonio. Con una inversión inicial, Ortiz recuperó parte de la vía férrea, construyó vagones de dos pisos y puso en funcionamiento dos trenes que circularon por estos rieles entre el 2002 y el 2010.
"Hoy en día su vocación es de tráfico local y turístico. El tema es cómo preservar algo que tiene un valor significativo para toda una región"
Jaime Ortiz Mariño
"Yo me encargué de hacer toda la gestión y restauración en varios tramos. Y pusimos en funcionamiento los trenes, eso era un recorrido delicioso", cuenta Ortiz y muestra las fotos de esa época que prueban que por esas vías sí corrieron, hace poco más de 10 años, vagones llenos de turistas. El proyecto se complementaba, además, con la recuperación de caminos reales -los caminos trazados, primero, por los indígenas y, luego, adaptados por los españoles durante la época colonial para adentrarse en el país-: es decir, el combo del paseo era completo. De ese proyecto hay registro en un reportaje hecho en esa época por Revista Semana: "Se hace camino: Cundinamarca recupera caminos reales y carrileras. Campesinos y turistas son los mayores beneficiados", decía la Revista.
En medio de ese contexto, el Invías suscribió un convenio con la Gobernación de Cundinamarca para "aunar esfuerzos para la habilitación, mantenimiento y operación del corredor férreo y sus anexidades que parte del municipio de facatativá hasta Girardot y el Corredor Férreo ubicado en el municipio de Soacha en la calle 22 hasta el Salto del Tequendama".
Ortiz, que conoce perfectamente los sistemas de movilidad de transporte masivo, sabe que es de alta complejidad poner a rodar en estos rieles un Regiotram, pero sí tiene claro que por estas vías aún pueden correr otro tipo de servicios y, por eso, defiende la conservación del derecho de vía. "Es preocupante lo que está pasando (con las obras en algunos tramos), cuando perfectamente puede ser el orgullo de todos tener la compaginación de las dos cosas (trenes y bicicleta)", afirma Ortiz.
Incluso, EL TIEMPO conoció cálculos y preproyectos en los que algunos sectores de la sociedad civil han estimado cuánto costaría un proyecto de reactivación férrea de baja escala con fines turísticos a través de esta vía.
Pero, lo cierto, es que el proyecto de activación turística emprendida por Ortiz un día se detuvo.
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¿Qué responde el Invías?El 26 de mayo, durante el evento en que el presidente Duque entregó los primeros 20 kilómetros de ‘Vías verdes’ del corredor Facatativá-La Mesa, EL TIEMPO consultó al director del Invías, Juan Esteban Gil, sobre las denuncias ciudadanas y el informe del Ministerio de Cultura.
Gil respondió que si bien la franja de vía es de 30 metros, en algunos tramos los 30 metros dan contra precipicios o montañas, por lo que se debe optar por alternativas como cruces con la línea férrea para seguir haciendo la ciclorruta. Eso sí, sostiene que cuando eso sucede “los rieles están a la vista de todos y garantizamos la continuidad. Incluso, hoy ahí hay transporte de material (usando los rieles): el respeto al patrimonio está en la continuidad del servicio de transporte”.
Acerca del uso de rieles como bordillos, respondió: “No tiene problema, porque lo que funciona del riel es la cara interna y la parte superior. Y las dos está bien”.
Sobre los robos de rieles, eclisas y otras piezas, afirmó que estas “se habían perdido con anterioridad y nosotros entramos a recuperarlas. Con la construcción de vías verdes vamos a garantizar que eso no vuelva a suceder”. Además, añadió que en algunos tramos están haciendo reemplazos de piezas e, incluso, reemplazo de traviesas de madera por traviesas de concreto. Este último punto, de hecho, fue ratificado por el Ministerio de Cultura en su informe.
Finalmente, Gil resaltó que ‘Vías verdes’ se adelanta para gestionar mejor los recursos que ya se les estaban invirtiendo a las líneas férreas. Estas franjas pertenecen al Invías desde principios de los 2000 y, de acuerdo con Gil, “estaban olvidadas y la Nación estaba gastando en tres aspectos: uno, para celadores para que no se robaran los rieles; dos, para abogados que gestionaran las restituciones, porque la gente estaba invadiendo, y, tres, a operarios para hacer mantenimientos en casos de derrumbe o para limpiar maleza. Entonces dijimos: ‘Hagamos un mantenimiento funcional’ y conservando que el ferrocarril, si algún día quiere pasar, puedan pasarlo por ahí”.
Gil aseguró tener conocimiento del informe del Ministerio de Cultura y estar atendiendo cada una de las recomendaciones.

Antes y después de vía férrea en Facatativá
Ana Puentes
Anotó, además, que se está trabajando en un programa para que sean los mismos campesinos quienes protejan las ciclorrutas de las Vías Verdes. "Son parejas de personas que, cada 6 u 8 kilómetros, van a estar haciendo recorridos y haciendo vigilancia y limpieza. Será una fuente adicional de ingreso para ellos y garantizará que eso siempre esté vigilado".
EL TIEMPO consultó también al Ministerio de Cultura, que respondió que "las diferentes obras que se pueden efectuar en las áreas afectadas de los BIC, sus colindantes, espacios públicos y sus zonas influencia, de acuerdo con nivel de Intervención permitido cuando cuentan con este (concepto técnico favorable) o con el proyecto de intervención presentado la autoridad que hubiere efectuado la declaratoria como BIC, y que deben contar con la previa autorización de intervención".
Por su parte, el Gobierno Nacional ha destacado el proyecto y ha asegurado que se estructuró a partir de experiencias internacionales similares:
"El programa Vive Colombia: Vías Verdes de Colombia no es una iniciativa exclusiva de
Colombia ya que propuestas parecidas han sido exitosas en países donde el modo
férreo fue por muchos años la principal fuente de transporte. Estados Unidos, México
y España han incorporado usos alternativos para su conservación y utilización,
generando experiencias con opciones de uso recreativo, ambiental y comercial. En España, por ejemplo, la acogida de estos proyectos fue tan importante que en 1998
crearon la Asociación Europea de Vías Verdes, que en la actualidad cuenta con 15
países socios", dice el Ministerio de Transporte en un insumo de prensa entregado a medios el 26 de mayo".
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¿Cuánto cuesta?Según información del Ministerio de Transporte, el tramo Facatativá - Zipacón tuvo una inversión de 33.000 millones de pesos. Esto incluye ciclorruta y recuperación de la estación de Facatativá y los campamentos férreos.
Pero hubo adiciones presupuestales:
"De Zipacón hacia La Mesa, tramo 2, continúan los trabajos de construcción y se
finalizarán en el segundo semestre de este año con una inversión adicional de
$28.000 millones", dice el Ministerio.
Por lo pronto, los primeros 20 kilómetros de esta sonada Vía Verde ya están listos. Y los primeros en ver los resultados son los habitantes de Facatativá.
El alcalde municipal, Guillermo Aldana, destaca que esta es una oportunidad de reactivación económica para el territorio.
"La Secretaría de Desarrollo económico va a estar con los temas de emprendimiento y también del mismo turismo. En cualquier ciclovía, de cualquier ciudad, se genera movimiento económico: los alimentos, los talleres de bicicletas... Quedamos de reunirnos con los alcaldes de los cinco municipios (por donde pasa la Vía Verde) para comenzar a actuar de manera coordinada", aseguró Aldana.
Al mandataria municipal le entusiasma, además, la recuperación de la estación del tren. "Estamos adelantando el comodato con Invías para que podamos quedar tanto con la estación como con el edifico de enfrente", afirma Aldan y explica que allí se ubicarán oficinas de distintas Secretarías, de organismos de socorro pero que, además, habrá un 'Museo Ferroviario'.
"El Museo Ferroviario tendrá una gran cantidad de elementos que nos han sido donados por los antiguas ferrocarriles nacionales", detalló el Alcalde. EL TIEMPO vio algunos de estos elementos el día de la entrega de los primeros 20 kilómetros de esa Vía Verde.

Panorámica de la estación de tren de Facatativá, donde inicia la Vía Verde.
Alcaldía de Facatativá.
"Vías Verdes constituirá no solo un espacio físico para realizar actividades deportivas, contemplativas y recreacionales, sino también culturales e históricas en procura del rescate de nuestras vivencias, aun muchas de ellas presentes por tradición oral o por el relato viviente de quienes han participado directamente de ellas (...) Seguramente que cada municipio del país podrá contar la historia desde su territorio, por tanto, la necesaria continuidad de revivir como senderos verdes la red ferroviaria inutilizada y sin posibilidades de operación, se presenta como una gran oportunidad y a la vez como un reto que los habitantes habrán de asumir", escribió Elkin Jurado, Secretario de Desarrollo Económico de Facatativá en un documento compartido a este diario.
A su vez, el mandatario menciona que, en medio de este proyecto, se recuperaron terrenos de la franja férrea invadidos por el asentamiento Coritos. "Ese asentamiento lleva por los menos unos 30 años aquí en Facatativá. Cuando se decidió el proyecto de Vías Verdes, una de las primeras preocupaciones fue ese asentamiento: la idea mía era no sacar a esas personas de manera violenta", asegura y anota que han logrado adelantarse concertaciones con la comunidad para recuperar los predios y, a ellos, darles opciones habitacionales.
Eso sí, el mandatario reconoce un reto que le mencionó este diario: las motocicletas.
- ¿Cómo garantizarán, alcalde, que esta Vía Verde no termine siendo un corredor de motos? Videos institucionales ya dejan ver unas cuantas motos circulando sobre la ciclorruta... -preguntó este diario
- Francamente, eso no quedó muy claro. Eso tenemos que definirlo con el Gobierno Nacional (...) Yo sí creo que, eventualmente, el tráfico de motor debería estar restringido.
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ANA PUENTES
En Twitter: @soypuentes
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