Norma García es una mujer de 55 años que está presa en la cárcel de mujeres El Buen Pastor en Bogotá, desde hace cinco años. Cumple una pena de siete años por tráfico de drogas, luego de que en 2013, fuera capturada en Pacho, Cundinamarca, con un paquete de cocaína.
Sólo le faltan dos años para quedar en libertad, sin embargo, “sentir el encierro en la celda hace que se pierda la noción del tiempo y la parte psicológica es muy difícil, se vuelve una bomba de tiempo”, asegura. Pero a Norma hoy le brillan los ojos. Consiente a Niquita, una perrita golden retriever, que será su nueva compañera.
Norma parece olvidar el lugar en el que está, mientras patas arriba y con la panza descubierta, Niquita la seduce con su ternura para que la acaricie. Ella la abraza, le coge las orejas, le sonríe y cuando deja de hacerlo, Niquita levanta su pata derecha y la pone suavemente en el estómago de Norma, para que no pare de mimarla.
Esta mujer extraña su casa, a su hija Emmy, y a Paloma, una de sus perras y a la que más quiso, pero falleció mientras ella paga su pena. Se le llenan los ojos de lágrimas cuando la recuerda, pero una sonrisa invade su rostro cuando Niquita se acerca y se sienta a su lado. “Se me parece tanto a Paloma, ambas tan nobles”, dice, respirando profundo para no llorar.
Al igual que ella, 24 reclusas más tendrán la oportunidad de tener como compañeros a 12 perros, que una vez por semana, estarán en las terapias asistidas.
Este nuevo centro canino, es una iniciativa liderada por la fundación Acción Interna, con la que pretenden brindarle ayuda psicológica y apoyo emocional a las reclusas de El Buen Pastor. Además, será una oportunidad para capacitarlas en adiestramiento, una opción laboral para cuando recuperen su libertad.
Norma y Niquita se encuentran en la apertura del centro canino dentro de la cárcel.
Carlos Ortega
Aunque no es la primera vez que se aplica este modelo en las cárceles del país, “está iniciativa tiene un plus. Es una segunda oportunidad tanto para las reclusas como para los caninos que son adoptados”, aseguró Johana Bahamón, directora de la fundación.
Listos para la inauguración de mañana de nuestro nuevo Centro CANINOINTERNO en la cárcel Buen Pastor. Un espacio de preparación para la libertad y de segundas oportunidades para las internas y los perros adoptados. Será un programa de Terapia Asistida con la mejor compañía. pic.twitter.com/IuOLSf2JJe
— Johana Bahamón (@Johana_Bahamon) 17 de octubre de 2018
Añadió, que esta es una oportunidad de ayudar a estas mujeres que se encuentran privadas de la libertad, mostrándoles, con el amor y humildad de los caninos, que se puede hacer un proceso de reconciliación y resocialización, de una forma distinta.
La terapia, que se hará una vez a la semana con las reclusas, “es una forma de reducir la ansiedad, la depresión y los bajos niveles de autoestima”, aseguró Marck Lee, experto en terapia canina, quien además recalcó, que muchas veces estos animales cumplen un papel de apoyo emocional tan fuerte, que las personas les hablan y les cuentan sus problemas, ayudando a sanar heridas y generando un sentimiento de paz.
Mientras tanto, en el patio del centro canino, Norma y Niquita se despiden. Abrazos vienen y lengüetazos van. Al parecer, se inicia una amistad con una característica especial: ni a Norma, ni tampoco a Niquita, les interesa qué ocurrió en el pasado. Ellas solo disfrutan de su compañía entre sonrisas y batidas de cola. Las dos están formando un lazo especial y la próxima semana esperan volver a verse.
BOGOTÁ
Natalia Silva
@NataliaSilvaCab