Los árboles han vuelto a ser noticia en Bogotá. En las últimas semanas, la opinión pública reaccionó a una serie de talas que buscaban generar espacio para obras de TransMilenio y a otras más en El Virrey hechas con motivo de mitigación de riesgo. No obstante las explicaciones que han dado la Alcaldía, el IDU, la Secretaría de Ambiente y otras entidades involucradas, aún hay inquietud entre algunos sectores por los procedimientos.
EL TIEMPO trasladó estas y otras dudas al Jardín Botánico de Bogotá (JBB), la entidad por la que, a fin de cuentas, pasan buena parte de las decisiones en la materia y los eventuales planes de compensación.
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¿Tenemos muchas deudas en materia ambiental con la ciudad?Hay deudas pendientes que se han acumulado a lo largo de décadas. Hemos tenido procesos de desarrollo no planificados que desafortunadamente han arrasado con los ecosistemas, dejando una huella ecológica. Hay que seguir aunando esfuerzos para ir acortando un poco esa huella y mitigar esos males que hemos causado.
En las últimas semanas hubo mucho debate por la tala de árboles para ampliar estaciones de TransMilenio...Esa es parte de las consecuencias de las que hablábamos de los procesos de planificación urbana, en donde se congregan muchos actores que requieren canales de movilidad para que funcione. El arbolado de la ciudad, por lo menos en espacio público, nos reporta 1’322.400 árboles que hacen parte de 374 especies. Más de la mitad de este arbolado son especies foráneas, non propias de nuestros sistema altoandino. La idea es enriquecer con especies nativas este arbolado.
Efectivamente, la ciudad se ha visto enfrentada, por efecto de obras, a la sustitución de varios de estos individuos vegetales. En ese orden de ideas, nosotros redujimos más del 67 por ciento esas talas.
Cada entidad que debe hacer sus obras realiza una solicitud de permisos ante la autoridad ambiental. Esos permisos estaban otorgados desde la administración anterior. Entiendo que el IDU explicó que, efectivamente, para las obras de las estaciones se requería, por la pandemia y evitar que la gente se aglomere, talar 27 árboles. Nosotros vamos a apoyar en la mitigación de ese impacto con 80 árboles en la zona cercana, y en la localidad de Bosa vamos a sembrar más de 700 árboles este año, y la alcaldía local tiene previsto sembrar más de 500. La alcaldesa nos ha pedido revisar los diseños de obras y que se revisen otras alternativas como trasladar estos individuos.
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¿Hay protocolos?El Jardín tiene un protocolo para tratar con las comunidades estos temas, y ese protocolo se está revisando con la Secretaría de Ambiente para aplicarlo en todas las entidades que tienen que hacer este tipo de tratamientos silviculturales. En el caso nuestro, cuando hemos tenido que talar árboles por cuestión de riesgo, hemos compensado antes de la tala y en concertación con las comunidades. Aspiramos a que las empresas que tienen que hacer proyectos de infraestructura puedan mejorar esos protocolos de trabajo y socialización con las comunidades para que garanticemos efectivamente la compensación. En el Jardín estamos haciendo una campaña para llamar a la gente, sembrar árboles en toda la ciudad y estamos colocando en nuestra página web el visor donde todos pueden identificar los árboles que se han ido sembrando y un contador.
¿Qué trae el POT que involucre al JBB?El POT incorporó una figura novedosa en términos de la gestión ambiental urbana y una estrategia de renovación urbana verde. Está en el artículo 110 del plan de desarrollo. Allí se plantea que debemos trazar estrategias que nos permitan convertir el suelo que hoy está endurecido, con asfalto o cemento y convertirlo en bosques urbanos y huertas urbanas. Esa es una estrategia que se está diseñando entre distintas entidades, lideradas por Planeación, Hábitat y Medio Ambiente para ganar suelo y poder sembrar. Cuál es el problema que estamos teniendo: que cuando uno mira en dónde hay áreas para sembrar, hay pequeños parchecitos por toda la ciudad...
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En el contexto urbano, lo que nos permite calcular el Sistema de Información Geográfica es que podemos sembrar 120.000 árboles. En el plan de desarrollo, al JBB se le otorga la posibilidad de sembrar 80.000 árboles en espacio urbano, y al Acueducto, 47.000 árboles. Es decir que prácticamente se puede copar esa capacidad. Para hacer frente a las islas de calor del cambio climático, para la permeabilidad del suelo y para brindar bienes y servicios ecosistémicos en la estructura ecológica principal, necesitamos consolidar parches de bosques urbanos, parecidos al Jardín Botánico. Aquí los árboles no están como en la calle, cada cinco metros en fila uno detrás de otro, sino que están condensados, son multiestratos, de diferentes especies...
¿Y esa es la idea? ¿Tiene sitios identificados?Hemos identificado algunos sitios y hemos empezado a trabajar con la gente. Hace poco hicimos un trabajo de apoyo a un programa que la alcaldesa de Kennedy está liderando en el sector de Guadalupe, donde recuperó nueve predios, de casas que estaban invadiendo la ronda del Tunjuelo y estaban en una situación muy complicada de inseguridad. Ella, con un trabajo de todas las entidades distritales, hizo un trabajo importante para levantar ese cemento, y entramos con ella, e incluso con la Brigada 13, a trabajar y hemos sembrado 150 árboles en este momento.
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Puede tener muchísimos. Realmente es parte de la voluntad y de las estrategias que se generen para compensar. Un constructor que hoy está compensando los árboles que tala solamente con árboles y lo compensa en dinero puede compensar, si los instrumentos lo permiten, en áreas donde haya bodegas desocupadas, zonas en deterioro, para levantar ese cemento y que podamos tener nuevos parques para la ciudad y nuevos parchecitos y consolidar la vegetación.
¿En qué etapa se encuentra el tema de la agricultura urbana y por qué nos beneficia a los ciudadanos?La agricultura urbana es una práctica bastante antigua, y nuestros habitantes de Bogotá, muchos de los cuales vienen de migración campesina, han mantenido esa práctica en el contexto urbano. Las personas que se han criado en el campo y han tenido contacto con la tierra difícilmente abandonan esa necesidad de seguir propagando la vida y seguir cultivando. Como JBB, se brinda asesoría, capacitación y asistencia técnica. Recibimos 438 huertas en 2019 con 3.107 personas, y en 2020 fortalecimos 2.00 huertas y capacitamos a más de 3.000 personas.
ERNESTO CORTÉS
EDITOR JEFE DE EL TIEMPO
En Twitter: @ernestocortes28
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