Así como la cuarentena les ha permitido a algunas empresas adaptarse a nuevos modelos de operación, como el teletrabajo, otras no han podido funcionar porque no son consideradas vitales en la actual emergencia por el nuevo coronavirus y, por lo tanto, no se encuentran exentas de las restricciones establecidas.
En este último grupo está la gran mayoría de unidades productivas, muchas de las cuales o han tenido que suspender parte o muy buena parte de sus actividades o simplemente cerrar temporalmente.
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Un sondeo de la Cámara de Comercio de Bogotá con 449 empresas de la ciudad y de la región, realizado entre el 3 y el 13 de abril, revela que solo el 3,6 % de las compañías están trabajando al ciento por ciento de su capacidad. Pero, por el contrario, menos de un tercio lo hacen al 10 % y un poco más de una carta parte no están activas.
Como consecuencia de esto, más de 72 % de las empresas reporta una reducción en sus ventas, que en promedio puede ser hasta de 60 %. Solo para un 11,4 % se subieron.
La consulta de la Cámara de Comercio no solo muestra un panorama de lo que hoy están viviendo muchas de las empresas bogotanas y de la región, sino también revela otro hecho no menos preocupante. La gran mayoría no tiene la solvencia para sostener los empleos. Para un tercio de las compañías consultadas disminuyó, y menos de una décima parte señala que aumentó.
Pero, además, un 17,4 % indica que puede cumplir con la nómina durante ocho semanas (dos meses) y un 23,5 solo hasta 4 semanas. Un 5 % no puede ni ocho días y apenas el 1,8 % dice estar en condiciones de garantizar la nómina durante todo un año.
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Ante estos datos, el presidente de la Cámara de Comercio de Bogotá, Nicolás Uribe Rueda, expresó que la principal preocupación de los empresarios es que las ayudas de los gobiernos Nacional, Departamental y Distrital lleguen con urgencia no solo a las poblaciones más vulnerables y al sector salud, sino también a las empresas, porque si no en el medio y largo plazo se va a ver afectado el empleo, con los efectos sociales que eso pueda tener más adelante.
“Cada vez son menos las empresas con capacidad de solventar de manera independiente las obligaciones de nómina, crédito y demás, como arriendos, contratos y proveedores... Eso va poniendo más tensión y eso se va a transmitir a una serie de demandas, preocupaciones y, por supuesto, a la tensión social”, dijo Uribe, quien agrega que “es urgente dotar cuanto antes de liquidez a las empresas, ayudarlas a diferir sus costos durante dos o tres años”.
El Gobierno Nacional ha anunciado garantías en créditos con el fin de que las empresas mantengan su actividad y conserven los empleos. De hecho, el pasado fin de semana, el Ministerio de Hacienda anunció un nuevo paquete de medidas, entre las cuales están la ampliación del 50 al 80 % de las garantías a los empréstitos, la suspensión del pago de los aportes a pensiones durante tres meses y garantizó las nóminas, también por el mismo lapso, para los empleados de hasta de 5 millones de pesos de las micro, pequeñas y medias empresas.
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De hecho, este sector ha sido el más golpeado en la actual crisis, según Uribe. Ellos representan el 97 % de las empresas de Bogotá y la región que tienen registro mercantil. De unos 520.000, alrededor de 6.000 son grandes empresas; 16.000, medianas; y 497.000, micros y pequeñas.
“Las dificultades asociadas a la pérdida de la actividad económica se reflejan principalmente en estas empresas, que no tienen gran capacidad de ahorro, ni de endeudamiento ni de gestión con sus proveedores y, obviamente, la frase de quien no trabaja no come para muchas es una realidad”, advirtió el presidente de la Cámara de Comercio.
Una posición similar tiene el director ejecutivo de Fenalco Bogotá y Cundinamarca, Juan Esteban Orrego, un gremio que agrupa a unos 7.000 establecimientos comerciales. En un sondeo preliminar del gremio con sus afiliados, el 55 % conoce las ayudas del Gobierno Nacional, pero de esos el 84 % dice que no han recibido ningún tipo de apoyo.
De acuerdo con Orrego, aunque hay buena voluntad del Gobierno, en el trámite de esas ayudas los comerciantes se han encontrado con “una pared”, y por eso el apoyo no está irrigando a todas las empresas.
Mientras las ayudas pasen de un banco de primer piso a uno de segundo piso va a ser complicado. Inclusive, hay bancos que parece que les diera pereza trabajar con Bancóldex...
“Mientras las ayudas pasen de un banco de primer piso a uno de segundo piso va a ser complicado. Inclusive, hay bancos que parece que les diera pereza trabajar con Bancóldex y los intereses han subido en muchos casos”, dice.
Una opinión similar tienen los pequeños y medianos empresarios, representados en Acopi. Ellos consideran que las medidas se han quedado cortas y por eso proponen un subsidio del 70 % de la nómina de las mipymes, que en el caso de Bogotá representaría 2,5 billones de pesos.
Alejandra Osorio, subdirectora ejecutiva de Acopi Bogotá-Cundinamarca, dice que un reciente sondeo con micros, pequeños y medianos empresarios reveló que para el 55 % las ayudas son insuficientes y que las tasas de interés que les ofrecen “son para épocas de bonanza y no de crisis”.
“Si no cuidamos el tejido empresarial ahora, la recuperación económica va a ser más difícil y se afectaría mucho más el fisco”, afirma Osorio.
GUILLERMO REINOSO RODRÍGUEZ
Editor de Bogotá
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