Con un aviso de la Curaduría Urbana n.° 3, esta semana los vecinos del barrio Chicó fueron notificados de la posible demolición de la casa donde por décadas funcionó la antigua embajada de Austria, ubicada en la carrera 13 con calle 87.
Este inmueble, diseñado en 1963 por el arquitecto italiano Bruno Violi, también autor del edificio de EL TIEMPO de la Jiménez y de la actual sede del Ministerio de las TIC (carrera octava con calle 12), según los vecinos, tiene todos los elementos históricos para ser considerado patrimonial, y así ser preservado.
Sin embargo, de acuerdo con los registros del Instituto Distrital de Patrimonio y Cultura (IDPC), no figura de esta manera, por lo que, hace más de veinte días, la Corporación de Propietarios del Chicó (Corpochicó) pidió formalmente a la Secretaría Distrital de Cultura emitir un concepto de si la embajada es patrimonio o no.
El problema, dicen los vecinos, es que el predio donde se sitúa la casa, cuyo titular es la nación austriaca, ya se encuentra en un proceso legal de subasta, a través de la empresa Savills Colombia, en el que se ha promocionado su uso como vivienda multifamiliar.
“Es decir, tenemos el tiempo en contra. Si la Secretaría de Cultura se demora, una de las últimas casas con arquitectura de los cincuenta en el Chicó sería reemplazada por otro edificio de altura”, manifestó Corpochicó.
Dicho esto, el pasado sábado 13 de agosto, Mauricio Uribe, director del IDPC, realizó una visita a la embajada. Con el ánimo de constatar su estado interno, que según el contrato de compraventa formulado por la República de Austria, “tiene daños severos y requiere (...) incluso su demolición”.
En efecto, Uribe señaló que los espacios interiores de la casa corren riesgo de colapso y presentan graves agrietamientos, “tal vez producto del impacto de las construcciones cercanas. Aunque esto no significa que se detenga la discusión de si la casa representa un bien de interés cultural para los bogotanos. De hecho, la próxima semana, el IDPC emitirá un concepto técnico sobre la embajada”.
Por lo pronto, los vecinos de Corpochicó también iniciaron un proceso ante la Curaduría n.° 3, con el propósito de frenar la demolición, el tiempo suficiente para que la decisión de la Secretaría de Cultura sea tomada en cuenta, “antes de que perdamos la embajada por completo”, dijeron.
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