Las intensas lluvias de las últimas dos semanas, y en especial las del viernes y el sábado que cayeron sobre Bogotá, obligaron a la Corporación Autónoma Regional (CAR) a regular manualmente el paso de cuatro millones de metros cúbicos de agua entre la cuenca alta y la baja del río Bogotá.
El director de la CAR, Néstor Franco González, explicó que el sábado el nivel de precipitaciones estuvo en 33 milímetros por metro cuadrado, cuando lo normal en días de lluvia es entre 15 y 20. Eso hizo que en la cuenca media del río Bogotá (en su paso por la capital) el caudal pasara de 70 a 120 metros cúbicos por segundo.
“Tuvimos que administrar la creciente en la franja entre la calle 80 (en el norte) y Alicachín, en Soacha, e ir soltándola progresivamente a través de la compuerta, que estuvo abierta a 63 metros cúbicos por segundo”, explicó Franco.
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Según el funcionario, en las localidades de Engativá, Fontibón, Kennedy y Bosa, así como en los municipios de Cundinamarca de esa zona del río, los caudales de agua se pudieron manejar sin problemas gracias al impacto de las obras de adecuación hidráulica que la Corporación ha realizado en el río.
Sin embargo, como los pronósticos indican que seguirá lloviendo en las próximas tres semanas, se decidió mantener la medida de alerta naranja en la cuenta baja del río, por el riesgo de inundación que se puede presentar en los municipios de San Antonio de Tequendama, Tena, La Mesa, El Colegio, Anapoima, Apulo, Tocaima, Agua de Dios, Ricaurte, Girardot, Zipacón, Anolaima, Cachipay y Viotá.
“Hacemos un llamado a los municipios ribereños de la cuenca baja para que estén alerta ante riesgos por inundaciones”, dijo Franco, y también se dirigió a los bogotanos para que no arrojen basura a la calle, porque en un solo aguacero esos desechos van a parar al río Bogotá.
En la capital, el Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (Idiger) informó que después de recorrer puntos estratégicos del río no se observaron condiciones de riesgo ni situaciones en las compuertas que puedan afectar el curso normal de las aguas.
El recorrido de verificación incluyó el tramo que va desde Fontibón, a la altura de la conocida zona franca; la localidad de Bosa, en la calle 38 sur; el sector de Gibraltar y, posteriormente, el puente de la ALO, para cerrar en la desembocadura del río Tunjuelo al río Bogotá.
El Idiger informó que las estaciones hidrometeorológicas instaladas sobre el Tunjuelo en los puntos Independencia, Kennedy y San Benito muestran niveles con borde libre superiores a los tres metros. Después de esta revisión, la entidad dijo que no hay razones para pensar que haya riesgos de inundaciones, pero informó que el monitoreo se mantendrá mientras sigan las lluvias.
Por otro lado, uno de los principales inconvenientes que ha traído a la ciudad esta temporada invernal es la movilidad, que colapsa con cada aguacero. Por esta razón, las autoridades piden prudencia al volante.
Solo en la tarde del sábado, según el Idiger, las localidades de Suba, Chapinero, Los Mártires, Santa Fe, San Cristóbal, Barrios Unidos, Engativá, Teusaquillo, Rafael Uribe Uribe, Puente Aranda y Usme fueron las que mayor número de reportes tuvieron por encharcamientos y caídas de árboles.
BOGOTÁ
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