Con escobas, traperos y botes de pintura, más de 200 habitantes del barrio San Bernardo (ubicado en el centro de Bogotá) salieron el fin de semana pasado a borrar los estragos que 10 años de venta y consumo de drogas dejaron alrededor de sus casas.
Tras el operativo realizado por la Policía Metropolitana a principios de este mes, en el cual se desarticuló uno de los expendios de drogas más grandes de Bogotá (12 capturados y 60.000 dosis de droga decomisadas), fue el turno de los vecinos para cambiarle la cara al sector. Con bote de pintura en mano y toda una colección de escobas, limpiaron el abandono y la suciedad. Esta iniciativa surgió luego de que la Policía logró el pasado 9 de septiembre desmantelar con éxito 5 ollas o lugares donde se vendían basuco y marihuana. Desde entonces, para los residentes se respira un aire diferente, más tranquilo.
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“Era necesario continuar con el trabajo de la Policía y el Distrito. Por fin tenemos calles seguras; ahora falta que estén limpias”, aseguró Samuel Amézquita, residente por más de 40 años en el barrio y presidente de su junta de acción comunal.
La alcaldía de Santa Fe y otras entidades del Distrito apoyaron esta intención. Para ello, el sábado pasado, día de la recuperación, desde operarios de Aguas Bogotá y el Jardín Botánico hasta la Secretaría de Integración se sumaron a la limpieza.
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“Hoy se inicia la historia de un San Bernardo distinto: uno para que los niños puedan jugar en paz y las calles sean limpias y libres del consumo de drogas”, manifestó Gustavo Niño, alcalde local de Santa Fe, quien se unió a la limpieza de corredores asediados por este problema, como las carreras once y décima.
El verdadero ‘Sanber’
Aunque una vez fue reconocido como uno de los barrios tradicionales para la compra de muebles en Bogotá, hace 10 años el barrio San Bernardo, a causa de su cercanía al Cartucho (hoy parque del Tercer Milenio) y luego el ‘Bronx’ (carrera 15 entre calles 9.ª y 10.ª), se convirtió en la guarida de la segunda olla más grande de la ciudad, reconocida como ‘Sanber’.
Tan solo en el 2015, el Distrito contabilizó a 260 personas en situación de indigencia (muchos de ellos consumidores de estupefacientes) que convivían junto con residentes del barrio, quienes sufrían de hurtos y amenazas de las bandas de traficantes.
Este año, tras los operativos en el ‘Bronx’, las autoridades acordonaron el San Bernardo con el propósito de evitar que recibiera toda la oleada de consumidores que iban a quedar a la deriva. Pero pese a estos esfuerzos, hace tres meses, más de 100 habitantes de calle –contados por los vecinos– se tomaron la carrera 11 entre calles 6.ª y 7.ª.
El operativo realizado hace 15 días le puso punto final a esta situación, con 280 uniformados dedicados a la seguridad del barrio. Viendo esta oportunidad, los residentes se sumaron a esta recuperación definitiva, que además esperan que ayude a reactivar el comercio de la zona.
“El verdadero ‘Sanber’ no son las ollas y la inseguridad, sino la industria de muebles, que siempre surtió a los hogares bogotanos. Hoy, sin el crimen presente, podemos devolverle esto al barrio”, expresó Jorge Jiménez, dueño de uno de los muchos talleres de camas, sillas y mesas de la carrera décima entre calles segunda y tercera.
Además de este corredor, que el fin de semana pasado también fue recuperado por los vecinos, el parque San Bernardo, justo en el centro del barrio, resultó otro punto en el que se volcaron los esfuerzos de la comunidad.
“Para evitar que el crimen vuelva al barrio, debemos mantener libres las áreas donde los vecinos y los niños se conocen, como este parque, que estuvo invadido por consumidores de droga, al punto de que se dejaron de jugar torneos de microfútbol en él. Pero eso cambia desde hoy”, añadió el alcalde Niño.
Ayuda inesperada
Llegando por sorpresa, más de 50 exhabitantes de calle del Centro de Autocuidado y Autoacogida Bacatá (algunos que vivían en el barrio) sumaron sus manos a la limpieza.
“Menos mal acabaron esto. Por el ‘Bronx’ y por aquí era muy caliente: mucha droga y cosas que los niños no debían ver. Menos mal nos sacaron de la calle y dieron la oportunidad de ayudar”, mencionó Mauricio Ruda, exhabitante de calle del suroriente de Bogotá.
Junto con la barrida y pintada, exhabitantes de calle y vecinos también participaron en la siembra de 10 árboles de la especie jazmín de la China; esto fue sobre los alrededores del colegio Antonio José Uribe, en la calle 3.ª con 9.ª.
“Da ánimo saber que los estudiantes, en vez de respirar el mal ambiente de las drogas, gracias a estos árboles van a tener un aire más limpio”, finalizó Niño, congraciado con el resultado de la labor colectiva.
PABLO ARCINIEGAS
Redacción EL TIEMPO ZONA
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