Hace poco, el alcalde Enrique Peñalosa dijo que no iba a cambiar su gabinete y que lo mantenía porque era un excelente equipo. Sin embargo, el lunes se conoció su primera baja estratégica: María Carolina Castillo, la secretaria de Hábitat, entidad responsable de sacar adelante el programa de vivienda en Bogotá.
Aunque no es la primera renuncia –en octubre de 2016 se fue el entonces secretario de Desarrollo Freddy Castro– esta vez la salida de Castillo causó sorpresa, no solo por los resultados alcanzados y las metas esperadas en el sector, sino por el ruido político que hay detrás de esta decisión.
En primer lugar, para nadie es un secreto que Castillo es cercana al grupo político Cambio Radical que encabeza el aspirante presidencial Germán Vargas Llegas, como quiera que fue directora de Aguas cuando él fue Ministro de Vivienda.
De allí salió a trabajar con Peñalosa, lo que en su momento se interpretó como la cuota política de CR en el Gobierno Distrital, al que Vargas apoyó decididamente en campaña. Por eso, en los mentideros políticos del Concejo se habla de que la salida de la funcionaria tendría que ver más con un distanciamiento entre Vargas y Peñalosa.
A la salida de Castillo se suma el golpe de opinión que la semana pasada dio el contralor distrital, Juan Carlos Granados Becerra –hombre de las entrañas de Cambio Radical–, al anunciar la apertura de una investigación fiscal por 146.000 millones de pesos a Peñalosa, por un presunto detrimento patrimonial por el tema metro.
Más allá del tema político, también está la hipótesis sobre la gestión de Castillo. Si bien en el reciente informe de calidad de vida del año 2016 del programa ‘Bogotá, cómo vamos’ aparece como una de las entidades con menos ejecutorias, bajo licenciamiento de lotes para vivienda de interés social y en general falta de una política integral de vivienda, la saliente funcionaria tiene a su haber el crecimiento del 10,2 por ciento en la venta de viviendas, al alcanzar 44.969 unidades, y la gestión para el licenciamiento de 51.609 adicionales, para un crecimiento del 6 por ciento, de las cuales 39.122 corresponden a complejos de interés social.
Desde su despacho se inició la construcción de 14.863 viviendas sociales y la firma de un acuerdo con el Gobierno Nacional para 80.000 subsidios de vivienda para Bogotá, de los cuales 50.000 han sido ya habilitados, entre otros logros. Es decir que, si es por resultados, la decisión tampoco se entiende.
Y finalmente está lo de siempre: las discrepancias entre la funcionaria saliente y sectores del Concejo que han presionado por cargos y demás, a lo que ella no habría accedido, lo que la llevó a hacerse a un lado aunque no se descarta que continúe con esta Administración, pero en otro cargo afín a su especialidad: el agua. Esa es otra hipótesis.
Por lo pronto, Peñalosa deberá conjurar la salida de Hábitat y buscar a alguien que le ayude a conseguir la meta establecida en el plan de desarrollo: las 60.000 viviendas nuevas para Bogotá en lo que resta de Administración.
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