Carlos Ernesto Jaramillo Vega es el nombre del sacerdote que alrededor de las 4 de la tarde del lunes fue encontrado muerto en su apartamento en el conjunto Los Condominios etapa III, en Tierra Buena, localidad de Kennedy.
Según versiones de los mismos residentes, los responsables de su muerte serían dos jóvenes que estaban en la vivienda de él. “Uno salió encapuchado y otro se escondió, estaba con sangre en los pies y los guardias de la portería lo retuvieron”, dijo Cielo Cardona, residente del conjunto.
El venía y llevaba sus arepitas porque le fascinaban con caldito de pescado, nos daba la bendición y se iba
Por su parte, la Fiscalía informó que uno de los jóvenes capturados era de nacionalidad venezolana y quien fue trasladado a la Unidad de Reacción Inmediata de Infancia y Adolescencia (URI), donde será llamado para realizarle una audiencia y lograr esclarecer los hechos.
Además, la entidad agregó que el padre Carlos fue trasladado al hospital del Occidente, a donde llegó sin signos vitales.
Cuentan los vecinos y vendedores de los locales que lo distinguían, que el padre era una persona muy querida por la comunidad, caminaba solo por las calles hablando con las personas y que, día de por medio, compraba arepas a las afueras del conjunto.
“El venía y llevaba sus arepitas porque le fascinaba comérselas con caldito de pescado, nos daba la bendición y se iba”, aseguró Fabio Rodríguez, un vendedor de la zona, quien añadió con una voz quebrantada que la última vez que lo vio fue el lunes –día en que ocurrió el asesinato–, llegó al local alrededor de las 9 de la mañana.
“Me dijo que tenía que hacer una diligencia, y que no lo fuera a dejar sin arepas y se fue”, contó Rodríguez.
El padre Jaramillo nació en Mariquita, Tolima; vivió por un tiempo en Granada, Meta, y hacía más de dos años había llegado al barrio Tierra Buena, para ayudar a las personas que más lo necesitaban, así lo contaron varias personas que se encontraban en el lugar.
“Le gustaban las frutas; el sábado compró su papaya, su piña y sus mandarinas. Era una persona de bien. Siempre me hablaba de Dios”, dijo Camilo Rojas, tendero de un supermercado, donde el padre Carlos concurría para hacer mercado.
Asimismo, ofrecía misas particulares en iglesias o en lugares donde las personas le pidieran el favor. “Me comentó que él no tenía una iglesia fija, lo llamaban para hacer relevos”, dijo Martha Zambrano, amiga de hace más de seis meses del sacerdote. Además, expresó haber amanecido muy desconcertada con lo sucedido, pues el padre era muy amable.
Le dije que cuándo se iba a salir de ese apartamento, porque ahí habían matado a una muchacha hace como ocho años
No solo la señora Zambrano amaneció asombrada por la noticia, sino también Cielo Cardona, quien era la persona que le hacía arreglos a la ropa, además había hablado con él días anteriores sobre el apartamento donde vivía. “Hace cuatro días me lo encontré, me dio la bendición y le dije que cuándo se iba a salir de ese apartamento, porque ahí habían matado a una muchacha hace como ocho años. Se sentían cosas feas cuando uno pasaba por ahí”, comentó la residente.
REDACCIÓN BOGOTÁ
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