"Quiero que me ayuden a alertar, porque no solo le pudo pasar a mi familia sino a cualquier persona, por las irregularidades que se presentan en los esquemas de seguridad. La muerte de mi padre no se pueden quedar así".
Con estas palabras, y en medio del dolor que agobia a la familia Castillo Amaya, Luis Carlos -que lleva el mismo nombre de su padre, el funcionario asesinado este jueves en la Gobernación de Cundinamarca- espera que el hecho no quede en la impunidad.
"Ya estamos analizando la estrategia jurídica que adoptaremos y ya tenemos un abogado. Vamos a pedir que se investigue qué fue lo que pasó", señaló Luis Carlos, de 28 años, y quien fue personero del municipio de Sopó.
El joven agradeció el apoyo que ha recibido de los bogotanos y cundinamarqueses que están indignados por el asesinato de Luis Carlos Castillo Amaya,
Su gran sueño: Ser periodistaLuis Carlos Castillo Amaya nació en 1955. En su adolescencia estudió en la Escuela Normal Superior de Nocaima, una población ubicada a dos horas, aproximadamente, de Bogotá.
En este municipio culminó su bachillerato y luego realizó estudios en radio y comunicaciones. Su gran sueño de joven siempre fue ser periodista. Él tenía una voz impresionante. En cada evento familiar realizaba las presentaciones de una manera extraordinaria. Le gustaba también la locución", indicó Luis Carlos, su hijo.
En cada evento al que asistía, Luis Carlos realizaba presentaciones. Tenía buena voz.
Sin embargo, pasó el tiempo y Luis Carlos decidió estudiar un técnico en secretariado, carrera que le valió para comenzar a trabajar con entidades públicas durante toda su vida.
Una fuerte labor socialCon estos estudios, pasó a trabajar a al Empresa de Licores de Cundinamarca, y en la Secretaría Distrital de Salud (en Bogotá), con temas de saneamiento. Pero la vida de Luis Carlos Castillo estuvo siempre ligada a su labor social. Dicen quienes lo conocen que amaba Facatativá.
"A mí me enseñó que en mi vida siempre tenía que servirle a la comunidad en la que vivo, que tenía que pensar en los demás. Y eso lo aplicaba él. Siempre vivía ayudando a todo el mundo. Él era un ser muy querido por todos", reseñó su hijo.
Por esa labor social, decidió lanzarse al Concejo de Facatativa, la primera vez en los años 90, y la segunda, en la década del 2000. En ninguna de las dos oportunidades quedó como cabildante, pero igual siguió luchando por su comunidad. De ahí se dio su paso como funcionario a la Gobernación de Cundinamarca.
Aunque trabajó varios años como contratista en esta entidad, se vinculó a la planta desde el 2011. Allí estuvo en el departamento de Rentas de la Secretaría de Hacienda. Luis Carlos continuaba viviendo en Facatativá y todos los días viajaba a Bogotá.
Lo que hoy no se explica la familia de Luis Carlos Castillo es cómo Amaury García Berrocal, alias El Niche, entró un arma a la Gobernación de Cundinamarca y en pleno almuerzo, cuando cientos de funcionarios estaban en la plazoleta, disparó sin que lo hubiera advertido el equipo de vigilancia.
"Mi papá nunca recibió amenazas; no tenía enemigos, ni asuntos extraños, ni manejaba información sensible", enfatizó su hijo. Hoy pide que se haga justicia.
Mientras tanto, en el municipio de Facatativá, durante la celebración de los 202 años del fusilamiento de los mártires Grillo, líderes de la independencia, se realizará un minuto de silencio por la muerte de Luis Carlos, mientras que a la 1 de la tarde habrá una misa en la Gobernación, para pedir por su descanso en paz.
MICHAEL CRUZ ROA
Redacción BOGOTÁ
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