Dos casos de inseguridad ocurridos en menos de una semana en buses de TransMilenio (TM) abrieron nuevamente la discusión sobre las 32.837 cámaras de seguridad instaladas en los vehículos, las cuales, según denuncia la Personería, no están conectadas al Central de TransMilenio y el Centro de Comando, Control, Comunicaciones y Cómputo (C4).
En el primero, una banda integrada por al menos ocho delincuentes sembró el terror en la noche del lunes 13 de junio dentro de un articulado de TM. Los ladrones abordaron el bus en la estación Ricaurte y atacaron en gavilla a los pasajeros, quienes se dirigían hacia el Portal Sur.
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Aunque la coronel Sandra Lancheros, oficial de inspección de la Policía que atendió el caso, señaló que uno de los delincuentes fue capturado, los otros huyeron.
Un día después, en un articulado que circulaba por la troncal NQS a la altura de la estación CAD, un delincuente forzó una puerta, entró y le quitó el celular a una de las pasajeras que iba en el bus. “Cuando entró, se abalanzó sobre mí y me intentó robar el teléfono. (...) Forcejeamos hasta que se lo llevó. Luego accionó el botón de emergencia, las puertas se abrieron y huyó”, relató Nathaly Jiménez, víctima del raponazo.
En ambos casos, las víctimas denunciaron poca presencia policial y dificultades para acceder a las grabaciones de seguridad.
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Eso sí, la dificultad para acceder al material de estas cámaras no es algo nuevo y, de hecho, ya había sido señalado por entes de control. A principios de 2022, luego de que una mujer saliera herida en medio de un asalto a uno de los buses articulados de TM, la Personería de Bogotá denunció que de las 28.017 cámaras de seguridad instaladas en aquel momento en los buses, ninguna emitía señal hacia al C4 del Distrito.
“Se observa que no existe un trabajo conjunto entre la Central de TM y el Centro de Comando, Control, Comunicaciones y Cómputo (C4). Las cámaras del sistema de transporte público no se encuentran integradas a ese centro de comando”, señalaron desde el ente de control.
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En aquel momento, a través de una carta, TM respondió y admitió que las cámaras de seguridad de la estación en donde ocurrieron los hechos no están vinculadas al centro de monitoreo.
“Las cámaras de operación del centro control no se encuentran comunicadas con el C4, durante 2021 denunciaron las implementaciones de los ajustes necesarias para que dichos artefactos sean conectadas. Proceso que espera culminarse en el año 2022”, señaló la empresa en la misiva.
Hoy, cinco meses después, los avances no son claros. De acuerdo con la Personería, durante el último ejercicio de control realizado en la primera semana de junio se evidenció que el C4 sigue sin tener interconexión con las cámaras ubicada en el interior de los buses, articulados, colectivos y demás automotores de transporte público.
“Conclusión que se confirma según respuesta de TM, la cual informó que en el corto plazo estás cámaras no podrán ser interconectadas por temas presupuestales, técnicos y de personal”, le dijo a EL TIEMPO el ente de control.
Asimismo, sobre las que se encuentran en las estaciones, afirmaron que, pese a que creció la cobertura –de 25 a 41 paradas–, estas “siguen siendo insuficientes puesto que no cubren la totalidad de las estaciones”.
A la fecha, según cifras del sistema, TM tiene 34.126 cámaras repartidas de la siguiente forma: 423 para monitorear puntos críticos del sistema conectadas directamente al C4; 866 –incluidos 60 domos– que se encuentran en estaciones, registran eventos que afectan la operación y a las cuales el Grupo de Transporte Masivo de la Policía Nacional les puede hacer seguimiento desde el Centro de Control de TM y el C4; por último, hay 32.837 en los buses. (Ver gráfico).
TM informó que si bien estas últimas no están conectadas directamente al C4, quienes se encuentran allí tienen acceso a la visualización de las imágenes según se requiera. La empresa agregó que en la actualidad la señal de las cámaras de los buses se recibe en el sistema de visualización en el Centro de Gestión.
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“Se trata de un esquema orientado a eventos y alarmas, a partir de la identificación de diversas situaciones relacionadas con la seguridad o la funcionalidad del vehículo, toda vez que la visualización simultánea de más de 30.000 cámaras en movimiento, no se encuentra dentro del alcance de una estructura basada en red celular”, le explicaron a EL TIEMPO.
Para la Personería, esta situación genera una “falta de articulación” entre la entidad distrital y el sistema de transporte público con respecto a la atención y reacción en temas de seguridad. Pero, voceros de la empresa de transporte señalaron que seguirán trabajando para aumentar el número de cámaras de seguridad para completar 1.119 a finales del tercer trimestre de este año.
“La conexión de las cámaras es un ejercicio de coordinación entre la Secretaría de Seguridad, Convivencia y Justicia del Distrito y TM, para contar con mayores mecanismos que contribuyan a mejorar la seguridad de nuestros usuarios”, puntualizaron desde TransMilenio.
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Hugo Acero fue secretario de Seguridad cuando el proceso de implementación de las cámaras en los buses recién comenzaba en Bogotá y explica que tenerlas conectadas al C4 “es casi imposible con la infraestructura actual”, y que el efecto de las 32.000 disponibles no debe medirse en cuántos ojos vigilan a las personas, sino en lo que pueden hacer TM y las autoridades con esas grabaciones.
“Estos sistemas son efectivos en muchos países en dos sentidos prácticos. Primero, en la disuasión, porque les dice a los delincuentes que deben tener cuidado porque están siendo vigilados. Y segundo, las cámaras sirven para revisar el archivo y poder identificar qué sujetos están actuando en determinado sitio, pero esto va de la mano de las cifras y de las denuncias de los hechos”, señaló Acero.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Seguridad, entre enero y mayo pasados se reportaron 1.188 hurtos a personas dentro de los alimentadores, es decir, un promedio de 7,8 casos por día. Esto representa 203 denuncias más que en el mismo periodo de 2021, para un incremento del 20,6 %.
En los articulados y biarticulados también hubo un repunte del delito del 51,3 %, es decir, de 1.155 casos en los primeros cinco meses de 2021, se pasó a 1.747. En el interior de los buses también subieron las lesiones personales (5 denuncias más) y el hurto de celulares (448 casos más).
Con respecto a los casos de atraco en los buses zonales, las cifras de la entidad evidencian una disminución en el número de denuncias. El hurto a personas cayó 22,5 %, lo que equivale a 92 casos menos entre 2021 (408) y 2022 (316). Las lesiones personales bajaron un 66,7 % y el hurto de celulares, 26,1 %.