Si usted va en un vehículo y observa en algunas vías reductores de velocidad nuevos fabricados en gravilla, caucho y plástico o bordillos de color amarillo que separan los carriles y guían el tráfico, tenga en cuenta que no fueron instalados por capricho.
Cada uno cumple una función específica para pacificar el tránsito y evitar los accidentes fatales.
Una de las metas de esta administración es bajar en un 15 por ciento las muertes por siniestros viales en el cuatrienio, teniendo como base la estrategia Visión Cero, la cual sostiene que ninguna muerte en el tránsito es aceptable, todas son evitables.
Entre enero y octubre pasado fallecieron en Bogotá 433 personas en accidentes de tránsito. Aunque la cifra es alta, ha bajado en comparación al mismo periodo del 2016, cuando perdieron la vida 495 personas, 62 menos.
Esta disminución de los siniestros viales se debe en gran medida a estos dispositivos que ha instalado la Secretaría de Movilidad, como los taches, que son elementos reflectivos ubicados en el suelo y guían al conductor en condición de baja visibilidad.
Los bordillos son lo que separan los carriles y en algunos casos protegen a los usuarios de las ciclorrutas. El resalto portátil, que se usa como reductor de velocidad, se instala de lado a lado de la calzada y hace que el conductor baje la velocidad para que los peatones y ciclistas pasen de manera segura.
Los estoperoles son elementos en forma de botón que se instalan en el pavimento de forma secuencial y alertan al conductor cuando se acerca a una zona escolar o peatonal para que baje la velocidad, o podría perder el control del vehículo. Por último están los hitos flexibles, que indican zonas de disminución de velocidad, segregan el tránsito y brindan visibilidad al conductor, en especial en curvas o cuando van hacer giros.
Esto termina salvando vidas, incluso la de los conductores que equivocadamente piensan que pierden tiempo en el trancón
Hoy existen en la ciudad 7.263 sectores que tienen este tipo de controles de velocidad, entre los cuales la localidad de Kennedy es la de mayor porcentaje con 842 puntos, seguida por Engativá con 796 y Puente Aranda con 751.
“Estas medidas trajeron consigo la canalización y el ordenamiento de los flujos vehiculares, la disminución de conflictos vehículo-vehículo y vehículo-usuarios más vulnerables (peatones y ciclistas)”, señala la Secretaría de Movilidad.
Con la unión de estos dispositivos se forman zonas de pacificación del tráfico en donde los peatones pueden transitar seguros, tal como lo plantea la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sin embargo, para algunos conductores, estos elementos hacen en ciertos tramos que el tráfico colapse. EL TIEMPO visitó varios sitios y observó que en muchas ocasiones, esos trancones se registran por el parqueo de vehículos sobre la vía que ha sido adecuada para el tránsito seguro de peatones, lo que hace que se reduzca el carril.
Expertos en el tema manifestaron que los elementos de reducción de carriles y los reductores de velocidad hacen que los conductores cumplan los límites de velocidad de forma segura y responsable. “Esto termina salvando vidas, incluso la de los conductores que equivocadamente piensan que pierden tiempo en el trancón”, asegura Darío Hidalgo, experto en movilidad.
A esto se suma que la reducción de 50 a 30 kilómetros por hora en zonas residenciales solo hace perder 18 segundos por kilómetro.

Estoperoles; tienen forma de esfera (o domo), alertan al conductor sobre la cercanía de una zona escolar o peatonal para que baje la velocidad.
Secretaría de Movilidad
“La verdad, es difícil entender que algunas personas egoístas piensen más en ahorrar tiempo que en evitar muertes”, puntualizó Hidalgo.
Entre los ejemplos más exitosos que registra el Distrito luego de la instalación de estos elementos está el de la carrera 16 con calle 24. Allí se mejoró la movilidad y la seguridad vial al demarcar con estos elementos viales el flujo de los carros. “Entre el 2013 y el 2016 se presentaron 14 siniestros viales en esta intersección provocados por el desplazamiento de los carros en doble fila. Luego de la implementación de la medida, el 25 de agosto de 2016 se presentó un choque simple en el mes de diciembre, y en lo corrido de 2017 no se ha registrado ninguno”, revelan cifras de la Secretaría de Movilidad.

Hitos: son para indicar zonas o áreas de disminución de velocidad y para segregar el tránsito. También se ubican para brindar visibilidad al conductor,
Secretaría de Movilidad
Una persona atropellada a 50 kilómetros por hora tiene menos del 15 por ciento de probabilidad de sobrevivir como consecuencia del incidente de tráfico.
De acuerdo con mediciones de Johns Hopkins University y la Universidad de los Andes, el 24 por ciento de los conductores exceden la velocidad establecida, mientras que 1 por ciento conduce en estado de embriaguez.
Otro de los puntos que se destacan es el ubicado en la carrera 5 entre calles 71 A y 68 (zona G), donde se diseñaron medidas que incluyeron reductores de velocidad tipo resalto portátil, se amplió la longitud de las cebras existentes, se redujeron las calzadas y también se construyeron refugios peatonales mediante hitos y tachones.
Esto se instaló durante la primera semana de junio de 2016.
Datos indican que en este mismo punto entre 2010 y 2015 se presentaron en promedio 12 siniestros viales, de los cuales 89 por ciento fueron choques simples con solo daños y 11 por ciento, con víctimas lesionadas.
“Para el primer semestre de 2016 se reportaron 4 siniestros viales, y luego de la implementación hasta la fecha, un total de 3 choques simples que no han registrado personas lesionadas”, aseguró el Distrito.
JOHN CERÓN
johcer@eltiempo.com
Twitter: @CeronBastidas