Luego de la firma del contrato que asegura que la Empresa de Acueducto de Bogotá (EAB) le venderá agua en bloque a los municipios del Tequendama (La Mesa y Anapoima), comienza una carrera contrarreloj para que estos territorios culminen las obras que les permitirán recibir el líquido.
Para ello, en 2015 un convenio entre la Nación y el departamento dispuso más de $ 22.000 millones para culminar el acueducto de estas dos poblaciones, al que ya se le habían invertido $ 48.000 millones, pero que se perdieron por problemas de corrupción.
Una de las posibilidades para llevar el agua era construir unos pozos profundos en Bojacá, pero la comunidad de ese municipio se opuso, por lo que el año pasado se descartó la obra, y se congelaron los recursos, por parte de la Nación.
Por eso, la Comisión de Moralización de Bogotá-Cundinamarca, que dirige el contralor de Cundinamarca, Ricardo López, y que reúne a varias entidades de la región, sentó en una mesa de trabajo tanto a los municipios, como al departamento y a la Nación, para destrabar el proyecto.
Por ello, se planteó retomar las obras que quedaron inconclusas en el 2006, y aprovechar la conexión que tiene Bogotá con los municipios de Mosquera, Funza y Madrid, para extender esa red hasta La Mesa.
La ruta de la obra contempla la conexión Madrid-Bojacá-La Mesa, para que Bogotá les venda agua en bloque a esta última población y a Anapoima, una vez se culminen las obras.
La idea, según comentó el gerente de la EAB, Germán González, “no es solo ampliarles el caudal a estos municipios, sino que ellos puedan redistribuir esa agua para La Mesa y Anapoima, dado que allí hay una necesidad sentida de la población”, indicó.
Según estima la Gobernación de Cundinamarca, son más de 40.000 los habitantes de estos dos municipios los que han tenido problemas de abastecimiento de agua, durante décadas.
Además de la culminación de la red de acueducto en el Tequendama, se deberá realizar el reforzamiento de los acueductos de Madrid, Funza y Mosquera, para que puedan recibir más caudal de Bogotá, y así distribuirlo a La Mesa.
Para ello, Empresas Públicas de Cundinamarca firmó un convenio para adelantar las obras, que deberán estar listas para el 2018.
Con estos dos frentes se espera disminuirle el racionamiento a La Mesa, que según explicó su alcaldesa, Mercedes Rodríguez, “cada 12 días llega el servicio a nuestros habitantes, dado que nuestra única fuente de agua es la quebrada La Honda”. Este mismo afluente surte a Anapoima, en donde los pobladores reciben agua cada ocho días.
Además, se espera que en los próximos años ya no sea necesario acudir a repartir aguas en carrotanques para las partes altas de los municipios en donde el racionamiento es más común, hoy en día.
En el 2005 se ideó el proyecto para llevar agua a los dos municipios, aprovechando la conexión que existe entre Madrid y Bogotá. La idea era extender la red de Madrid a La Mesa.
Se dispusieron más de $ 48.000 millones, para desarrollarlo en 4 fases. El contrato lo adjudicó el departamento a una firma propiedad de los hermanos Nule, investigados por el ‘carrusel’ de la contratación de Bogotá.
El contrato se incumplió, y las obras se abandonaron en el 2006, cuando iban en la fase 2.
Empresas Públicas de Cundinamarca (EPC) contrató un estudio de evaluación de la obra por $ 2.814 millones y se concluyó que para finalizar la obra se necesitarían $ 22.000 millones.
En el 2015 se firmó el nuevo contrato, apalancado por la Nación y el departamento.
CUNDINAMARCA
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