La violencia por parte de las bandas criminales, el asesinato de varios jóvenes como parte de los 'falsos positivos' hasta crímenes históricos que laceraron la tranquilidad del país -como la de Luis Carlos Galán en agosto de 1989- fueron motivos suficientes para que el presidente Juan Manuel Santos, decidiera sembrar este viernes en el municipio de Soacha uno de los 75.000 árboles que se abonarán en la tierra a nivel nacional como símbolo de paz.
La estrategia es liderada por el ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo, como símbolo de respeto por las víctimas que ha dejado en conflicto interno en varias regiones del país, incluidos, los cascos urbanos.
Durante los últimos cinco años han llegado a Soacha 10.640 personas expulsadas por la violencia en otros territorios, circunstancia que complejiza los niveles de vulnerabilidad social en ese sector.
Según el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, desde el primero de enero y hasta el 19 de mayo de 2016 se habían registrado 58 muertes violentas por homicidio en Soacha, y entre el primero de enero y el 20 de junio, 26 asesinatos únicamente en la Comuna 4 de Cazucá.
Este municipio ha padecido periodos de inmenso dolor a causa de la violencia como la cruenta historia de los 'falsos positivos'. Cerca de 20 madres fueron noticia mundial cuando se conocieron las historias de sus hijos; jóvenes que aparecieron lejos de su casa, en regiones como Ocaña, Norte de Santander, como si fueran combatientes asesinados, incluso, vestidos con prendas propias de la insurgencia.
La siembra de los árboles, por parte del presidente Santos, se reconocerá como un mensaje de reconciliación con todas las víctimas de la violencia en este municipio.
BOGOTÁ
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