Cuando se cuenta que la comisaria Hanneke Brouwer y los instructores Michiel Blits y Jos Van Der Velden, de la Policía de Holanda, están capacitando a los uniformados de Bogotá en prevención y defensa con la bicicleta, muchos se preguntan que si más bien no es al contrario. Y hay risas.
Pero cuando se les ve en acción, lo mejor es no meterse en líos con ellos, porque saben ejecutar todo tipo de llaves y estrategias para someter a los delincuentes, a los ebrios problemáticos o a los que están en estado alterado.
Durante tres semanas y con la respectiva retroalimentación, los policías que ruedan en bicicleta por las siete zonas más críticas de las ciclorrutas de la ciudad aprendieron cómo defenderse de un posible ataque de un delincuente, a utilizar el ‘caballito de acero’ como escudo e incluso a someter a los agresores que están causando problemas de convivencia y seguridad.
El capitán Fabián Camilo Beltrán, del grupo de vigilancia y control en las ciclorrutas de Bogotá, dice que han aprendido sobre patrullaje, contacto con la comunidad y temas de defensa personal.
Entre tanto, Brouwer, jefe comisario de la policía holandesa, advierte que la situación no es muy diferente a lo que sucede, por ejemplo, en Ámsterdam, donde la bicicleta, por el tráfico vehicular, se convierte en una herramienta más fácil y rápida para desplazarse. Añaden los expertos holandeses que otro beneficio de las bicis que ofrece una oportunidad para estar más cerca de los ciudadanos.
Con estas acciones se espera la reducción del hurto de bicicletas en localidades como Usaquén, donde aumentó 26 %; y Suba y Kennedy, en 23 %, en el 2016.