“Están alborotados”. Esa ha sido la expresión que se ha escuchado en las últimas horas en la zona aledaña a la plaza España, donde en la tarde este jueves se registró una batalla campal que se desató para sabotear un operativo que adelantaba la Alcaldía Local de Los Mártires.
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Aunque las miradas están concentradas en los impresionantes videos de la violencia y hurtos cometidos en la tarde del jueves sobre la calle 10.ª con carrera 18, en inmediaciones de la plaza, el asunto es mucho más grave que eso, y para verlo se requiere ‘rebobinar el casete’ y ampliar el lente.
Según le explicó la alcaldesa local (e) de Los Mártires, Tatiana Piñeros, a EL TIEMPO, en días previos habían recibido denuncias de que en el barrio La Estanzuela, unas cuadras al sur de la plaza España, no se podía ingresar y que el acceso estaba dado o negado por bandas que operan en la zona.
“Entonces íbamos a hacer esa vigilancia, inspección y control de los sitios, sitios comerciales comunes y corrientes. Adicional mente, la Secretaría de Integración Social iba a atender a los habitantes de la calle. Pero no lo permitieron”, dice Piñeros, y relata que el equipo del operativo, compuesto por alcaldía local, Ejército Nacional, Migración Colombia, el Dadep y las secretarías de Gobierno e Integración Social y apenas un miembro de la Policía, no llegó a entrar al perímetro a intervenir. Las bandas de la zona estaban atentas.
“Estábamos llegando y como tienen campaneros, empezaron con pitos y chiflidos a alertar y a prepararse (...) , y para evitar el accionar de las autoridades, hicieron que los habitantes de calle se fueran a otro punto a cometer la asonada. Entonces la atención se centra en eso, tuvimos esa información y suspendimos el operativo”, dijo Piñeros.
Del otro lado, no fue fácil restablecer el orden. Según le contó a City tv una de las víctimas de hurto, el caos duró más de una hora.
Para evitar el accionar de las autoridades, hicieron que los habitantes de calle se fueran a otro punto a cometer la asonada
Hacia la noche, el secretario de Seguridad, Hugo Acero, y la alcaldesa Claudia López hablaron de “fallas de planeación” en el operativo. Fuentes de la Policía, además, le confirmaron a este diario que el operativo estuvo “mal planteado”, pues no se contó con fuerza disponible o Esmad, como debía ser, en caso de que surgiera algún imprevisto.
Incluso, el secretario de Gobierno, Luis Ernesto Gómez, en entrevista con Noticias Caracol, llegó a decir este viernes: “No contábamos con que estos delincuentes, denominados ‘sayayines’, estaban preparando esta asonada”. Esta es una afirmación que para expertos exige mayores pruebas.
"Si los sayayines se toman el centro, este jueves habría habido muerto", apunta, a secas, el experto en seguridad Alberto Sánchez.
Lo último que se supo de las autoridades este viernes fue que se realizó un consejo extraordinario se seguridad donde la conclusión, según el pronunciamiento final de la alcaldesa local, era que se debía “revisar y actualizar los protocolos de atención de estos operativos”, "seguir trabajando articuladamente con la fuerza pública para evitar sectores vedados" y "articular una estrategia integral para la recuperación del Plan Centro".
Sostuvo que, pese a todo, se sostendrán en la recuperación del sector. Desde que asumió como alcaldesa local, Piñeros le ha apostado a llevar la institucionalidad a sectores como Cinco Huecos, a mantener el control sobre un eje clave como Plaza España, a dialogar con los comerciantes y a llevar la oferta institucional a poblaciones vulnerables.

Así luce la localidad de Los Mártires este viernes, un día después de la batalla campal.
Milton Díaz / EL TIEMPO
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Una mala señalAhora, lo ocurrido en la plaza España era previsible, pero pudo haberse manejado.
Para Sánchez, estos “son operativos complejos, pero están en un umbral que se puede manejar sin que pase algo como lo que pasó. Pero cuando pasan, la pregunta no es sobre la capacidad institucional, sino sobre lo que está ahí: un operativo que hace un año era sencillo ahora no lo es”. Y esto lo confirma lo que conversó este diario con la alcaldesa local, quien afirmó que la planeación fue similar a la de otros 30 operativos realizados en el año y, además, reconoce que esta práctica de distracción no es nueva y que, por el contrario, era utilizada cuando se trataban de hacer acciones en el ya extinto Bronx, que, de hecho, queda a pocas cuadras de donde ocurrieron los hechos este jueves.
(Si no puede ver el mapa del sector, haga clic aquí)
ET GRAF 2vecinos Antiguo Bronx by Ana Puentes on Scribd
De la misma Piñeros viene, incluso, un diagnóstico alarmante: “Se denota un territorio en el que no se le está permitiendo el ingreso a la institucionalidad. El Bronx era eso (...), y es algo que hemos venido atacando. No puede haber un territorio en el que no podamos entrar o en el que tengamos que pedir permiso”.
Pero pasó. No pudieron entrar a La Estanzuela y además, como le señalaron otras fuentes a EL TIEMPO, trataron de ingresar mediante un operativo que no se planteó para ese delicado contexto.
Pero, aparte de la manifiesta falla de planeación, expertos sostienen que la situación se está tornando complicada. “Llevo más de 20 años trabajando en seguridad. Hace dos semanas pasé por esa zona y nunca había sentido tanta preocupación: el espacio público está perdido y tomado por la informalidad y los factores de inseguridad que se generan, la calidad del entorno se está deteriorando y no hay nada para que se transforme eso, urbanísticamente hablando. El sector está tan deteriorado como cuando hubo que intervenir el área”, manifestó César Restrepo, director de Seguridad Urbana de ProBogotá Región.
Sin ir más lejos, este viernes hubo ecos del caos. Un equipo de EL TIEMPO fue atacado cuando realizaba su labor. Al reportero gráfico se le abalanzó un grupo de personas para quitarle la cámara, lo halaron de la ropa y trataron de agredirlo; cuando el logró liberarse, corrió hacia el carro para buscar resguardo; pero allí llegaron, destrozaron los vidrios y a punta de golpes hundieron las latas. Fotógrafo y conductor lograron salir de la zona: sin embargo, el conductor quedó con una herida en una de sus manos. El fotógrafo, con años de experiencia en reportería gráfica en Bogotá, jamás había vivido un episodio similar.
Restrepo teme, además, que la alcaldía local esté perdiendo control sobre el territorio y que todo se agrave “por una descoordinación institucional”. "Cualquier operativo fallido va a empoderar al crimen", sostuvo Restrepo.
Sánchez, de otro lado, señala que el Distrito debe poner atención sobre los habitantes de la calle que, por una vulnerabilidad acentuada por la pandemia, están siendo instrumentalizados por las estructuras criminales de la zona: una práctica que, aunque no es nueva, no es cosa menor en estos momentos.
"La mayor parte de la oferta para habitantes de calle se pone en el mismo sector que pone factores de riesgo. Eso es muy complejo. Los habitantes de calle tienen un círculo diario de acciones para el consumo, muchos consumen la última dosis antes de dormir. Y ahí pasa algo, a los centros de atención ellos no pueden entrar droga y surge una barrera de acceso que lleva a muchos a decidir quedarse en la calle. Entonces, cuando tienes esa contradicción entre la acción general del distrito y la situación particular, la persona puede tener que delinquir o hacer lo que dice una persona que le paga", describe Sánchez.
Pero insiste en que esa es apenas una de las aristas del asunto y que lo de esta semana podría ser un llamado de alerta. “Se están dando señales claves de que hay que ajustar la estrategia para no perder los esfuerzos que se traían de antes. No necesariamente está empeorando, sino que está cambiando. Y cuando eso pasa, uno tiene que intervenir con mayor finura”, sugiere.
Es casi imposible desligar lo que pasa en Plaza España, La Estanzuela y Cinco Huecos de lo que pasaba en el Bronx antes de la intervención de 2016.
El informe 'Bogotá sin el Bronx: Expendios y habitantes de calle' de la Fundación Ideas para la Paz, publicado en 2017, da cuenta de los efectos del desalojo de la que fue una de las ollas más poderosas del centro de Bogotá. "Los habitantes de calle que se movían en El Bronx, San Bernardo, Cinco Huecos y en las localidades de Santafé y Los Mártires, persisten en la zona. Ya no se aglomeran, pero continúan en su dinámica de moverse continuamente, incluso más allá de estas localidades. Hoy, los expendios y sopladeros ya no congregan a grupos diferentes a los habitantes de calle,
es decir, otros adictos y consumidores, jóvenes, integrantes de barras, etc. Ha desaparecido el Bronx como un espacio donde convivían múltiples prácticas, incluido el trabajo sexual, pero sobreviven los habitantes de calle que siguen atados a las organizaciones que anteriormente controlaban la olla", dice el informe y advierte, para 2017, que es clave ver qué camino toman habitantes de calle y expendedores.
Sánchez, quien fue una de las personas que estuvo detrás de la planeación de la intervención de 2016, resalta que además del gran desalojo hubo cinco intervenciones adicionales en esos sectores cercanos y también críticos en expendio.
"En el sector donde pasó se disminuyó la violencia, pero el mercado de drogas se organizó un poco mejor. Es menos violento y menos visible y eso genera una situación difícil de resolver: como es menos visible y menos violento te puedes descuidar y el sector se deteriora muy rápido", dice y agrega que, entonces, empieza un ciclo: se agrava todo, luego se calma, se agrava una vez más y vuelve a calmarse.
ANA PUENTES