En un comunicado de prensa publicado ayer, la Universidad Nacional de Colombia sede Bogotá informó que los recientes disturbios que han ocurrido en inmediaciones de su campus en la capital del país han sido protagonizados por personas ajenas a esa comunidad estudiantil.
El hecho más grave ocurrió la noche del pasado lunes 16 de diciembre, cuando Cristian Rodríguez, un joven estudiante de décimo semestre de Trabajo Social de Unimonserrate, resultó herido en medio de enfrentamientos que tuvieron lugar en la carrera 30 con calle 45 entre manifestantes y agentes del Esmad.
De acuerdo con testigos de este hecho, y al observatorio de derechos humanos de la Universidad Nacional, al parecer, un artefacto de aturdimiento disparado por los antimotines alcanzó el ojo izquierdo del joven, lo cual le generó una pérdida total de este órgano, según supo EL TIEMPO.
El joven, gravemente herido en vía pública, fue ingresado a la Universidad Nacional y, posteriormente, fue remitido al Hospital Universitario Méderi, en donde todavía está siendo atendido.
A este hecho se suman cuatro más que han ocurrido en las últimas semanas y que han tenido como común denominador la presencia de personas que no tienen ninguna relación con este centro de educación superior, “y en algunos casos, incluso, ajenas a la comunidad estudiantil de la ciudad”, explicaron en el comunicado.
“La magnitud de los disturbios y el vandalismo han superado la capacidad de la universidad para garantizar la integridad de las personas y la seguridad de los bienes públicos bajo su cuidado”, dice el documento, que fue firmado por la rectora de la institución, Dolly Montoya Castaño, y el vicerrector de la sede de Bogotá, Jaime Franky Rodríguez.
La universidad decidió que el campus se mantuviera abierto en esta época de fin de año para que allí se llevaran a cabo labores de investigación, proyección, sociales y, además, actividades parciales de docencia.
Sin embargo, y a la luz de los recientes acontecimientos, parece que esto ha permitido que en las instalaciones y en sus inmediaciones se altere el orden público y se ponga en riesgo a la comunidad universitaria.
“El esfuerzo por mantener abiertos a la reflexión y el diálogo constructivo los espacios físicos de la institución se ha visto obstaculizado en las actuales circunstancias. Lamentablemente, gran parte de las actividades de investigación, extensión, formación y de debate han debido ser canceladas o reprogramadas”, informaron.
Teniendo en cuenta esta situación, los directivos decidieron suspender todas las actividades y restringir el ingreso a la Ciudad Universitaria a partir de ayer, a la 1 p. m., hasta el próximo 15 de enero del 2020.
Finalmente, les enviaron un mensaje de tranquilidad a quienes desean manifestarse.
“Hacemos un llamado para que quienes consideran cualquier forma de violencia como un camino, la reemplacen por la discusión y el respeto y el disenso. Invitamos a que durante este tiempo de reflexión la comunidad universitaria reafirme su compromiso para aportar, desde la academia, propuestas a la solución de la problemática nacional que ha motivado las actuales movilizaciones sociales”.
BOGOTÁ
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