La carrera novena tiene aproximadamente 8 kilómetros de longitud y hace años sirvió para desembotellar el tráfico vehicular, pero con el crecimiento urbano se ha convertido en una amenaza para los vecinos.
La instalación de universidades, centros comerciales, conjuntos y supermercados ha generado una demanda de uso por parte de ciudadanos que no cuentan con suficientes puentes ni pasos peatonales seguros.
El diseño del corredor vial, que no se basó en las necesidades que tienen los peatones, sino en las de tráfico vehicular, se ha convertido en una trampa para las personas que a diario lo cruzan de lado a lado.
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Según Darío Hidalgo, consultor en movilidad, “la novena es una avenida que tiene pocas intersecciones semaforizadas, está pensada como un corredor vial para la velocidad de los vehículos”.
Cifras de la Secretaría de Movilidad indican que en el 2019, en esa vía en el norte de la ciudad se presentaron 14 casos de peatones arrollados y siete personas perdieron la vida: dos ciclistas, un motociclista, un pasajero y tres transeúntes. En lo que va de 2020 se registran dos atropellados.
EL TIEMPO hizo un recorrido por esta avenida, desde la calle 100 hasta la 160, y encontró que solo hay habilitados cinco puentes peatonales, ellos se encuentran en las calles 108, 116, 121, 127 y 129, hay carencia de estos en las calles 129 y 160.
Además, solo existen cinco cruces semaforizados, por lo que es común ver a los transeúntes cruzando por la vía férrea.
Todos los días pasamos de un lado a otro para ir a comprar materiales de las clases, las personas a veces se caen al tropezar con las piedras en la carrilera
“Todos los días pasamos de un lado a otro para ir a comprar materiales de las clases, las personas a veces se caen al tropezar con las piedras en la carrilera”, asegura Alejandro Higuera, estudiante de Enfermería en la Universidad del Bosque.
Aunque no existe una normatividad que hable sobre la distancia mínima entre puentes peatonales, porque es algo que depende de la necesidad del cruce de peatones, cuando la avenida tiene dos o más carriles es muy importante que tenga las señales apropiadas para los ciudadanos e intersecciones semaforizadas.
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Para Hidalgo, “los puentes peatonales no son la infraestructura real para la seguridad vial de los peatones, son los cruces a nivel semaforizados para hacer control y gestión de la velocidad de los vehículos automotores”.
En efecto, la falta de intersecciones con semáforos hace que los vehículos se desplacen a altas velocidades, por lo que el año pasado se presentaron, según la entidad distrital, 180 accidentes como choques y volcamientos.
Aunque para los peatones resulta fácil transitar por los caminos marcados desde hace años en el pasto, las personas en condición de discapacidad son las que más sufren cuando intentan atravesar la carrera novena. Ellos deben desplazarse hasta uno de los corredores semaforizados o puentes peatonales, los cuales quedan a más de 200 metros de distancia.
“La avenida es terrible porque nos toca atravesarnos para poder cruzar de un lado a otro, la gente no tiene por dónde pasar”, asegura Jaime Morales, habitante del sector.
Aunque muchos expertos actualmente prefieren la implementación de zonas con semáforos que permitan el paso de peatones y frenen el trafico vehicular, sobre la construcción de nuevos puentes peatonales.
Con la posible construcción del Regiotram del norte y la posible llegada de trenes, se podría aumentar el índice de accidentalidad, “se puede generar un riesgo adicional en la vida de las personas que hoy cruzan, por lo que habría que contemplar la construcción de puentes peatonales en este corredor vial”, dice Hidalgo.
REDACCIÓN BOGOTÁ
EL TIEMPO
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