No había pasado más de una hora de empezar las concentraciones de manifestantes, cuando alrededor de las 6:15 a. m. ya se reportaban puntos con problemas de movilidad en Bogotá. Los embotellamientos en la avenida Boyacá con carrera 71B sur, Caracas con calle 54 sur, portal Suba, y otros puntos, ya daban un indicio de cómo sería el flujo vehicular en la ciudad.
Inclusive, el secretario de Movilidad, Nicolás Estupiñán, había dicho en una entrevista con EL TIEMPO un día previo a las marchas del paro que en los nueve portales de TransMilenio habría presencia de la Policía para evitar afectaciones de la movilidad que habían ocurrido en plantones días previos a la jornada de ayer.
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Sin embargo, la presencia de las autoridades distritales en los portales y en más de 54 puntos de la ciudad no fueron suficientes, pues a medida que iban pasando las horas, las concentraciones de los manifestantes crecían y la movilidad vehicular se hacía cada vez más agobiante. Alrededor de las 7 a. m. TransMilenio ya informaba el cierre de operaciones en algunas de sus estaciones, y mientras pasaban las horas, eran cada vez más las cerradas.
Los manifestantes ya se tomaban algunas de las vías principales en la ciudad: carrera séptima a la altura del parque Nacional y calle 170, calle 26 , la glorieta en el monumento a los héroes (que conecta la autopista Norte con la avenida Caracas y la calle 80), autopista Sur (bloqueando el acceso a Soacha por esta vía), avenida NQS en varios puntos, y muchas otras más.
Aun en la mañana, ya se reportaba que TransMilenio estaba operando solo en un cinco por ciento de la capacidad en sus estaciones, y al mediodía ya habían colapsado en su totalidad las troncales. Bogotá ya era un caos vehicular. Ni siquiera las rutas para evitar las aglomeraciones, propuestas por la Secretaría de Movilidad, les pudieron poner un freno a los trancones.
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Aunque el sistema de transporte volvía a funcionar de manera gradual, fue tanta la preocupación que casi a la una de la tarde, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, dio una declaración pública de un poco más de dos minutos. Les pedía a los manifestantes que comenzaran a devolverse a sus viviendas a partir de las dos de la tarde y anunciaba que TransMilenio iba a terminar sus funciones a las 5 de la tarde.Con este panorama, los manifestantes continuaron concentrados en varios puntos de la ciudad, aunque con el pasar de la tarde, las autoridades ya levantaban algunas de las marchas y disturbios que se habían generado.
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A cierre de esta edición, eran cerca de 13 puntos donde seguían las protestas en la noche, acompañados de los trancones en varias vías de la ciudad y de cientos de personas que, ante la falta del sistema masivo de transporte, se devolvieron a sus hogares caminando.
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