Las obras de la segunda fase de la peatonalización de la carrera 7.ª, una de las vías más simbólicas en el corazón de Bogotá, se van a realizar en tres tramos, así: el primero va de la calle 26 (parque Bicentenario) a la calle 19; luego de la 19 hasta la avenida Jiménez y, por último, de la calle 10 (Capitolio Nacional) hasta la calle 7.ª (esquina sur de la Casa de Nariño).
En total son 1,4 kilómetros con una inversión cercana a los 40.000 millones de pesos, cifra que incluye la renovación de las redes de servicios públicos. Estos recursos salen de las empresas y suman 5.000 millones de pesos.
Estas obras, que según el cronograma van hasta marzo del 2019, empatan con un tramo que ya se realizó entre la calle 11 y el costado sur de la avenida Jiménez, trabajos que se ejecutaron durante la pasada administración.
Precisamente, la peatonalización de estos nuevos tramos se reinicia con un año de atraso luego de los líos que, según informó la actual administración, se presentaron porque faltaban nueve estudios, entre ellos de topografía, tránsito, señalización y semaforización, geotecnia y pavimentos; y diseños geométricos, hidráulicos, de alumbrado, el inventario forestal y de redes eléctricas, dijo este lunes el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU).
Se espera que esta semana, una vez se ajusten unas pólizas, a más tardar el próximo lunes, comiencen los trabajos en el terreno.
Entre las novedades que van a encontrar los usuarios de todo el sector, por donde se estima que pasan más de un millón 600 personas en un día, está que la ciclorruta se va ampliar de 2,4 metros de ancho a 3 metros y que los 3 mil usuarios de la bicicleta van a poder identificar porque se va a demarcar con color verde para evitar accidentes con los peatones.
Otro de los elementos llamativos es que el adoquín será de color terracota y además se sembrarán especies claves para la zona como el falso nogal, pimiento y eucalipto pomarroso.
Este martes el IDU y la Secretaría de Movilidad darán a conocer el manejo de tráfico porque muchos ciudadanos tendrán que buscar vías alternas para llegar, por ejemplo, desde y hacia la plaza de Bolívar, La Candelaria, Concordia, Eje Ambiental de la Jiménez, universidades y sitios claves como el Museo del Oro o la Biblioteca Luis Ángel Arango.
Los comerciantes de la carrera 7.ª también están a la expectativa de las obras y piden la colaboración del Distrito para minimizar el impacto en sus establecimientos. Por ejemplo, Reinaldo Salcedo, administrador de la cigarrería Casa Lis, dijo que es clave que el IDU y las empresas responsables de la ejecución de la peatonalización entreguen a los ciudadanos suficiente información para que sepan por dónde llegar.
De igual manera, indicó que es clave que toda la logística esté dirigida para facilitar el ingreso. “Ojalá que los trabajos en las entradas al comercio se puedan hacer de noche o los fines de semana”, dijo Salcedo.
La obra está a cargo del consorcio Peatones Go y la interventoría de la firma Edinter.
BOGOTÁ
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